Los Mossos desarticulan un grupo dedicado al tráfico de seres humanos y explotación laboral en supermercados

ACN

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Los Mossos d'Esquadra han desarticulado un grupo criminal que traficaba con seres humanos y obligaba a trabajar a sus víctimas en dieciséis supermercados catalanes, en condiciones de casi de esclavitud, cobrando sueldos mínimos o inexistentes. Además, vivían en entornos insalubres, en pisos gestionados por la banda situados en sótanos de los mismos establecimientos o en los pasillos.

La investigación se inició hace justo un año, cuando la Unidad Central de Tráfico de Seres Humanos de los Mossos tuvo conocimiento de esta organización criminal, asentada principalmente en la comarca del Maresme (Barcelona), liderada por un empresario de origen pakistaní y cuya actividad principal consistía en la explotación de compatriotas en supermercados.

Según ha explicado el jefe de la Unidad, Lluís Moreno, los Mossos determinaron que el grupo gestionaba un total de 16 franquicias de marcas muy conocidas del sector, ubicadas en distintas localidades de Barcelona y Girona. El entramado contaba con una infraestructura de sociedades mercantiles vinculadas a los establecimientos investigados y con varios domicilios en los que los trabajadores eran distribuidos y alojados.

Víctimas engañadas

Moreno ha detallado que algunas de las víctimas habían sido captadas en Pakistán a través del engaño: “Les prometían un trabajo o un sueldo y las engañaban con la promesa de que obtendrían una regularización administrativa”. Luego, al llegar a Catalunya, los miembros de la organización se aprovechaban de su situación de poder y reclamaban el pago de la deuda contraída, bien por el viaje realizado o bien por las gestiones asociadas al contrato de trabajo o regularización, trámites que, por otra parte, se llevaban a cabo falsificando documentos.

 “Les hacían trabajar a todas horas, con sueldos bajos o inexistentes”, ha afirmado el subinspector, que ha apuntado que el entorno en el que vivían era insalubre. Así, ha señalado que muchas de estas personas se alojaban en pisos que eran propiedad del grupo “para así controlarlos mejor”, en los sótanos de los establecimientos comerciales o, incluso, estaban obligadas a dormir en los pasillos. 

Inspecciones, entradas y registros

El 21 de febrero los Mossos detuvieron a seis de los investigados y llevaron a cabo seis entradas y registros. Conjuntamente con efectivos de la Inspección de Trabajo, se ejecutaron doce inspecciones administrativas en supermercados. Estos establecimientos estaban gestionados por el mismo entramado criminal y se ubicaban en Badalona, Barcelona, Alella, Igualada, San Félix de Guíxols, Pineda de Mar, Premiá de Mar, Vallromanes, Montornés del Vallés, Caldes de Montbui, Santa Perpetua de Mogoda, Capellades y Santa Margarita de Montbui.

En las inspecciones administrativas se identificaron a más de una treintena de personas trabajadoras. Junto con una organización especializada en la asistencia integral a víctimas de tráfico de seres humanos, se pudo determinar que existían indicios suficientes para considerar que cuatro de ellas eran víctimas de tráfico de seres humanos y catorce más de explotación laboral. Los detenidos pasaron a disposición judicial el pasado 9 de febrero. La investigación sigue abierta y no se descartan otras detenciones.

Un caso recurrente

El responsable de la Unidad Central de Tráfico de Seres Humanos de los Mossos ha explicado que este “no es un caso aislado”, sino que es habitual y que desde 2022 la policía ha llevado a cabo tres investigaciones muy similares. “A día de hoy es fácil conseguir franquicias de grandes marcas comerciales y estos establecimientos son emplazamientos son muy propicios a tener trabajadores explotados”, ha comentado.

Por este motivo, ha pedido a las grandes marcas que “estén más encima de sus franquiciados” y que sean más prudentes. “Pueden calcular el número de trabajadores que debería haber en un determinado local teniendo en cuenta los metros cuadrados del supermercado y los horarios”, ha asegurado Moreno.