El olivar valenciano atraviesa una situación crítica marcada por la falta de rentabilidad y el progresivo abandono de explotaciones, especialmente en zonas de secano. Aunque los datos oficiales señalan que la superficie total de este cultivo se mantiene estable, con 94.782 hectáreas en 2024 —una cifra prácticamente idéntica a la de hace diez años—, La Unió Llauradora afirma que en realidad 16.455 hectáreas han dejado de producir, lo que supone un abandono estructural creciente.
“Estamos ante un abandono silencioso. La superficie se mantiene, pero cada año más hectáreas dejan de producir, y esto pone en riesgo nuestro paisaje, nuestro entorno rural y nuestra soberanía alimentaria”, ha advertido Enric Simó, responsable de la sectorial del aceite de este colectivo agrario.
La organización señala que esta pérdida de actividad se concentra en las explotaciones de secano, donde la falta de rentabilidad y el acceso limitado a ayudas europeas adaptadas al modelo mediterráneo de cultivo dificultan la viabilidad del sector. A ello se suma la escasa implantación de prácticas agroambientales: apenas el 14,97% de la superficie de olivar cuenta con cubiertas vegetales, requisito para acceder a pagos vinculados a medidas de la PAC como el P6 o el P7.
Propuestas de reforma
Ante esta situación, La Unió reclama una reforma estructural de las ayudas europeas que tenga en cuenta la realidad del olivar valenciano, formado mayoritariamente por pequeñas explotaciones de secano. Entre sus propuestas figuran la adaptación de la PAC al cultivo mediterráneo, el reconocimiento del valor ecosistémico y territorial del olivar tradicional y la creación de una línea específica de apoyo de la Conselleria de Agricultura para mantener y recuperar olivares abandonados.
“El sector necesita políticas que entiendan su realidad. No podemos aplicar un modelo homogéneo pensado para grandes fincas de regadío cuando nuestro paisaje agrícola está formado por explotaciones pequeñas, con cultivos tradicionales y una función social y ambiental clave”, ha concluido Simó.