El equipo de gobierno del Ayuntamiento de València ya tiene listas sus conclusiones de la comisión de estudio de la DANA. Tras 40 intervenciones de expertos y técnicos, en las que quedaron fuera responsables políticos, el consistorio ha esbozado algunas líneas sobre el futuro de la ciudad. Lo han hecho los concejales Maria José Ferrer y Juan Carlos Caballero, vicepresidenta de la comisión y portavoz del gobierno, en una comparecencia sin la alcaldesa, que a primera hora estaba en las Corts Valencianes junto a Mazón, y sin ediles de Vox, sus socios de gobierno municipal.
Las conclusiones tendrán que trasladarse al resto de grupos políticos en la comisión, que elaborará un dictamen y lo elevará al pleno para su aprobación. Entre ellas, los concejales apuntan a la necesidad de más formación a la población en catástrofes, la elaboración de un mapa de vulnerabilidades de la ciudad y una actualización de los avisos por megafonía. El equipo de gobierno de Maria José Catalá evita aclarar si suspenderán los planes urbanísticos en zonas inundables para revisarlos, tal como recomendaron los expertos, y apunta que hay que esperar a conocer más datos, pese a que la cartografía que desaconseja la construcción en San Miguel de los Reyes ya existe.
Ni una palabra sobre las responsabilidades de la Generalitat Valenciana o de autocrítica a la acción local en las conclusiones expuestas, apenas una parte de los 60 puntos que componen la propuesta de PP y Vox. Los concejales han subrayado la necesidad de construir una ciudad resiliente, con propuestas como la mejor equipación para los servicios de emergencias, la vigilancia en tiempo real de los cauces o la instalación de más parques y pavimento drenante que pueda filtrar el agua en caso de tormentas intensas.
La cartografía de la ciudad incluirá el número de bajos habitados, personas con discapacidad o movilidad reducida, el impacto de los vehículos, la existencia de garajes o la importancia de barreras físicas como el nuevo cauce del Turia. También se ha reseñado el establecimiento de sistemas de avisos sonoros a la población en núcleos de población diseminada, pedanías en general, núcleos urbanos frente línea costa, núcleos urbanos frente a la ribera del río, núcleos urbanos en zona forestal; viabilidad implantación activación desde Sala CISE y realización de simulacros periódicos en caso de resultar viable su implantación.
Se propone también crear planes de evaluación o confinamiento específicos en zonas de mayor riesgo, acompañado de la ejecución de simulacros y posible base de datos de personas vulnerables residiendo en bajos. Asimismo, el equipo de Catalá plantea impulsar los aparcamientos en altura y evitar los garajes, especialmente en las zonas inundables.