Ribó pide a la DGT flexibilidad para el uso de los patinetes y las bicicletas en las ciudades que apuestan por la movilidad sostenible

“Desde el Ayuntamiento de València consideramos que la prohibición absoluta de circular en bicicleta por zonas peatonales dificulta tanto la promoción del uso de este modo de transporte como la seguridad de algunas de las personas usuarias, y que la de impedirlo sin la excepción de las menores de 8 años, lo hace especialmente grave durante la etapa de la infancia”.

El alcalde de València, Joan Ribó, se ha expresado en estos términos en una carta que ha remitido recientemente al director general de Tráfico, Pere Navarro, en la que pone de manifiesto su preocupación, “compartida con muchísimos municipios” ante las enmiendas presentadas a la reforma de Ley de Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial y el paso atrás que pueden suponer en caso de aprobarse para el fomento de la movilidad sostenible.

En concreto, Ribó menciona las enmiendas presentadas por el Grupo Socialista del Senado, según las cuales “los vehículos de movilidad personal (VMP) y las bicicletas y ciclos no podrán circular por las aceras y demás zonas peatonales” y se solcita que esta infracción sea considerada grave.

Tal y como explica el primer edil en la misiva, “desde las administraciones locales hemos trabajado duro para interpretar la normativa de la forma más favorable posible para promover una movilidad más sostenible en nuestras ciudades, e incluso nos hemos coordinado con otras ciudades, intercambiando conocimientos técnicos y experiencias, con el objetivo de coordinar las ordenanzas municipales, de forma que circular en bicicleta, ya sea en València o Gasteiz, en Barcelona o en Sevilla, Bilbao o Elche, sea una experiencia ligada a unas circunstancias y unas ordenanzas similares”.

Ribó traslada a Navarro que “en València, solo en los últimos 6 años, hemos incrementado la extensión de áreas peatonales en 61.130 m2, recuperados del espacio público destinado con anterioridad exclusivamente al tráfico motorizado”.

Esta reversión, “unida a la creación de muchas y extensas vías de uso residencial o de preferencia peatonal, ha sido posible porque se ha articulado una normativa que posibilita que la ciudad siga funcionando con normalidad, permitiendo el acceso al transporte de mercancías (especialmente a la ciclologística), al vecindario, a las plazas de garaje existentes en ellas, al taxi u otros servicios, por ejemplo”.

Y por supuesto, también “a las personas que contribuyen a la mejora de la ciudad desplazándose en bicicleta o vehículo de movilidad personal (VMP), que al igual que se regula en muchas ciudades del país, solo pueden hacerlo circulando a la velocidad peatonal y respetando siempre la prioridad de personas que van a pie”. Como es obvio, “negar el acceso a ninguno de estos actores tendría sentido, y tampoco lo tendría negarlo parcialmente solo a las personas que van en bici o VMP, cuando por ese mismo espacio se permite el acceso motorizado (aunque sea en determinadas franjas horarias o en determinadas condiciones)”.

Esta circunstancia, afirma Ribó en la carta, “de convivencia ciclista y peatón en amplios espacios peatonales (que no aceras) no es nueva en la normativa municipal, y se detalló en mayor medida en la redacción de la última ordenanza de Movilidad Sostenible, y no constan en las estadísticas de siniestralidad incidentes ni conflictos a destacar”.

Bien al contrario, “algunas de las arterias comerciales peatonales más tradicionales de la ciudad, como la calle Juan de Austria, demuestran el perfecto entendimiento de la norma, registrando numerosos pasos de ciclistas a primera hora de la mañana y ninguno el resto del día cuando la ocupación peatonal es muy alta”.

Del mismo modo, “la coexistencia sin incidentes de peatones y ciclistas en grandes actuaciones de recuperación de espacio público como la de la Plaza del Ayuntamiento, es la que está favoreciendo aún más la deseada transición del vehículo motorizado a la movilidad activa y la mejora de la ciudad” por lo que “aplicar una normativa más restrictiva para un vehículo como la bicicleta que para vehículos de motor como se propone en esta enmienda sería del todo contraproducente”.

Añade el alcalde que “para no desincentivar la introducción del uso de la bicicleta en edades tempranas, nuestra Ordenanza de Movilidad permite circular en bicicletas por las aceras a los/las menores de 8 años a quienes acompañe una persona adulta a pie, a velocidad similar a la de las personas viandantes y respetando en todo momento la prioridad de estas”. El resto de personas “tiene prohibido circular en bicicleta o VMP por la acera (y por supuesto en vehículos a motor), pero el matiz es importante”.

Por este motivo, Ribó solicita que atiendan “a la posibilidad de aprobar el texto con algunas modificaciones, de manera que se garantice alguna excepcionalidad a la bicicleta, que actualmente ya recogen muchas ordenanzas municipales de nuestro país y resuelva posibles malas interpretaciones de la norma estatal” ya que “hay que trabajar en diferentes líneas para conseguir una buena convivencia en el espacio público, pero en ningún caso podemos resolver la falta de educación vial en nuestro país a base de una normativa restrictiva que dificulte la promoción de la movilidad activa en nuestras ciudades”.