Se acerca el Día de Todos los Santos, una festividad que rememora a los seres queridos que han fallecido. Esta celebración tiene lugar cada 1 de noviembre y, durante este día, además de degustar castañas asadas y boniatos al horno, existen otros dulces tradicionales que llenan los hogares de aroma y sabor. Entre ellos, destacan los panellets de pistacho, un bocado exquisito para esa tarde de otoño acompañado de una taza de café o chocolate caliente.
Este dulce característico ocupa un lugar especial en la gastronomía de Andorra, Aragón, Comunitat Valenciana, Illes Balears y, sobre todo, en Catalunya, donde es muy típico y se prepara para celebrar esta fecha tan señalada. Aunque la receta clásica utiliza piñones y almendras como cobertura, los panellets son un postre versátil y creativo, pues con el paso del tiempo han surgido diversas variantes que sorprenden por su sabor, su color y su textura.
En cuanto al origen, este resulta algo incierto, aunque se considera fruto de una mezcla de cultura e historia. Al tener una base de almendra, se apunta a que los panellets podrían tener influencia árabe, ya que es un fruto característico de la repostería tradicional de la península arábiga. Sin embargo, también se sabe que, durante el siglo XVIII, los campesinos de la zona de Catalunya elaboraban estos dulces aprovechándose de los frutos secos recolectados en otoño. Preparaban los panellets como un gesto simbólico y devoto, era una ofrenda para rendir culto a los difuntos y los llevaban a las iglesias para ser bendecidos.
Además de ingredientes básicos como el azúcar y el huevo, la receta también incluye boniato o patata, que sirven para espesar la masa y darle una textura suave y compacta. Finalmente, los panellets se decoran con piñones, almendras, pistachos, coco o cacao dependiendo del gusto.
En esta versión, el pistacho se convierte en el ingrediente estrella. Este fruto seco no solo aporta un sabor intenso y un color vibrante a nuestro postre, sino que también ofrece un valor nutricional. Es fuente natural de calcio, magnesio, potasio, hierro o vitamina E entre otros nutrientes esenciales según la Federación Española de Nutrición (FEN). De hecho, se calcula que una ración de pistachos cubre el 15% de la ingesta diaria recomendada de fósforo, mineral que contribuye al mantenimiento de los huesos.
Panellets de pistacho (receta)
Esta receta es un pequeño descubrimiento gastronómico que no puede faltar en tu mesa durante el Día de Todos los Santos, los panellets de pistacho. En efecto, esa tarde tranquila de otoño se convierte en el momento ideal para encender el horno y dedicar tiempo en la cocina, preparando un dulce bocado para compartir en familia.
Además, este poste se distingue por su textura suave en el interior y ligeramente crujiente en el exterior, creando una combinación irresistible desde el primer bocado. Su sabor intenso y tostado por los pistachos da un toque aromático. Y, por si fuera poco, este fruto seco aporta un color verde intenso que destacará en la mesa. El tiempo estimado para elaborar esta receta es de una hora y para obtener alrededor de 20 raciones se necesitan los siguientes ingredientes:
- Una taza o 250 gramos de almendra molida
- Una taza o 200 gramos de azúcar
- Media taza o 100 gramos de pistachos pelados y sin sal
- Media taza o 100 gramos de patata cocida (opcional)
- Un huevo mediano
- Ralladura de limón (opcional)
- 100 gramos de pistachos troceados o enteros para la decoración
Con todos los ingredientes listos sobre la encimera, ya podemos ponernos manos a la obra. En primer lugar, colocamos un cazo al fuego, lo llenamos de agua hasta algo más de la mitad y cocemos la patata con piel durante unos 15 minutos. Una vez esté tierna, la retiramos con unas pinzas y la dejamos reposar un par de minutos en un plato para que se enfríe ligeramente.
Cuando aún esté tibia, la pelamos con cuidado de no quemarnos y, acto seguido, la machacamos con un tenedor hasta obtener un puré fino y sin grumos. A continuación, incorporamos la almendra molida y el azúcar, y mezclamos bien para que todos los ingredientes se integren de manera uniforme. Si lo deseamos, podemos añadir un toque de ralladura de limón para aportar frescura.
Seguidamente, separaremos las claras de las yemas de los huevos, ya que solo necesitaremos la clara en esta fase. La añadimos a la patata y mezclamos hasta conseguir una masa homogénea, suave y flexible. Por otro lado, picamos los pistachos con ayuda de un mortero o de una cuchara, una parte la incorporaremos a la masa y el resto la reservamos para decorar posteriormente. En un pequeño bol, batimos las yemas que habíamos reservado, ya que las utilizaremos para pincelar el exterior de las bolitas antes de hornearlas. A continuación, formamos pequeñas porciones de masa con las manos y las rebozamos en los pistachos troceados presionando ligeramente para que se adhieran bien.
Después cogemos una bandeja apta para el horno y la forramos de papel vegetal, colocamos las bolitas de forma ordenada, dejando espacio entre ellas para que no se peguen durante la cocción. Las introducimos en el horno, precalentado a 180 grados, y la dejamos hornear durante unos 15 minutos, hasta que la superficie adquiera un tono tostado, pero el interior siga tierno. Para comprobarlo, podemos pinchar una con un palillo o tenedor, si sale limpio, pero húmedo estarán en su punto. Antes de consumirlas debemos dejarlas enfriar.