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Sin patatas y con más proteína: la receta alternativa a la ensaladilla rusa de toda la vida que llevar a tu mesa este verano

A escasos días de que comience el verano, junto a él también vuelven los clásicos de la cocina fría. Y cómo no, no podrían ser otros que el gazpacho, el salmorejo, otras sopas frías y, por supuesto, la ensaladilla rusa. Este plato, que ha traspasado fronteras y se ha convertido en un emblema tanto en los bares como en las cocinas de casa, no solo es delicioso, sino también práctico porque se puede preparar con antelación, es económico y suele gustar a todos.

Sin embargo, en los últimos años, los hábitos alimentarios han comenzado a transformarse a pasos agigantados. La conciencia nutricional, las restricciones alimentarias y la búsqueda de opciones más saludables o con mayor contenido proteico están modificando la forma en la que reinterpretamos incluso los platos más tradicionales. Es en ese contexto donde surge esta propuesta innovadora: una ensaladilla “rusa” sin patata y con garbanzos.

Sí. Sin patatas. Pero antes de levantar las cejas, es importante destacar que esta versión no pretende suplantar a la receta clásica, sino ofrecer una alternativa igualmente sabrosa, más rica en proteínas vegetales y con una textura sorprendentemente agradable. En definitiva, una ensaladilla ideal para quienes buscan cuidar su alimentación sin renunciar al sabor.

Y como ocurre con todas las reinterpretaciones, este plato puede generar división entre los amantes de la cocina tradicional, pero lo cierto es que la ensaladilla es un plato flexible. Cada familia tiene su versión: con o sin guisantes, con encurtidos, con gambas, con pollo, o con mayonesa casera o de bote. ¿Por qué no añadir a esa lista una variante con garbanzos? Si te atreves a probarla en casa, a continuación te explicamos cómo hacerla paso a paso.

El origen de la ensaladilla y su evolución

La ensaladilla rusa, pese a su nombre, es un plato con múltiples nacionalidades. Se atribuye al chef belga Lucien Olivier, que la popularizó en el siglo XIX en Moscú, en el lujoso restaurante Hermitage. Su receta original dista bastante de la versión que hoy conocemos, ya que incluía ingredientes como caviar, carne de caza, lengua, pepinillos y una salsa secreta que muchos comparan con la mayonesa actual.

Con el tiempo, y especialmente tras su llegada a España, la receta se simplificó y se adaptó a ingredientes más comunes como la patata cocida, el atún en conserva, la zanahoria, guisantes, huevo duro y mayonesa. Una mezcla cremosa, suave, fresca y de sabor inconfundible.

Pero en esta versión moderna de la ensaladilla que hoy presentamos, el ingrediente que da cuerpo ya no es la patata, sino el garbanzo, una legumbre que ha sido base de la dieta mediterránea y de muchas otras culturas durante siglos.

Por qué sustituir la patata por garbanzos

Las razones pueden ser muchas y todas válidas:

  • Mayor contenido proteico: de acuerdo con la Fundación Española de la Nutrición, los garbanzos contienen alrededor de 19 gramos de proteína por cada 100 gramos, mientras que la patata apenas ofrece 2 gramos en la misma cantidad. Esto convierte a esta ensaladilla en una opción más adecuada para quienes siguen dietas vegetarianas, veganas o buscan aumentar su ingesta de proteínas sin recurrir a productos animales.
  • Índice glucémico más bajo: las patatas, especialmente cuando se cocinan y se enfrían, pueden elevar el índice glucémico del plato. Los garbanzos, en cambio, liberan la glucosa de forma más lenta, lo que ayuda a mantener niveles estables de azúcar en sangre.
  • Textura y sabor sorprendentemente buenos: lejos de romper con la suavidad clásica de la ensaladilla, los garbanzos aportan una textura algo más firme que se integra de maravilla con el resto de ingredientes. Al ser más neutros que otras legumbres, se adaptan bien a sabores suaves como el de la mayonesa o el atún.
  • Apto para intolerancias y alergias: en personas con intolerancia al almidón de la patata o con dietas bajas en carbohidratos, esta versión resulta más digestiva y adecuada.

La receta de la ensaladilla de garbanzos

Estos son los ingredientes que necesitarás para preparar esta versión de ensaladilla de garbanzos para cuatro personas:

  • 400 gramos de garbanzos cocidos (pueden ser de bote, bien escurridos y lavados)
  • Dos zanahorias medianas cocidas y picadas
  • 100 gramos de guisantes cocidos
  • Dos huevos duros
  • Una lata de atún en aceite de oliva (puede sustituirse por tofu ahumado para opción vegana)
  • Cuatro cucharadas de mayonesa (puede usarse vegana)
  • Una cucharada de mostaza suave (opcional)
  • Un chorrito de zumo de limón
  • Sal y pimienta al gusto

Con estos ingredientes, te mostramos cómo preparar paso a paso esta sabrosa y nutritiva ensaladilla de garbanzos, ideal para refrescar tus comidas veraniegas con un toque original y saludable:

  • En primer lugar, coloca en un bol grande los garbanzos ya cocidos y escurridos. Puedes triturarlos ligeramente con un tenedor para darles una textura más parecida al puré, o dejarlos enteros si prefieres una ensaladilla con más cuerpo.
  • A continuación, añade las zanahorias y los guisantes cocidos, el atún desmenuzado o el sustituto vegano, y los huevos picados.
  • En otro recipiente, mezcla la mayonesa con la mostaza, el zumo de limón, la sal y la pimienta.
  • Luego, vierte la mezcla sobre los ingredientes sólidos y remueve hasta que todo esté bien cubierto por la salsa.
  • Lleva el recipiente con la ensaladilla al frigorífico durante al menos una hora antes de servir. Cuanto más fría esté, mejor sabor tendrá.
  • Finalmente, puedes decorar la ensaladilla con perejil fresco, aceitunas o tiras de pimiento rojo.

Variaciones y consejos

La versatilidad de esta ensaladilla a base de garbanzos es uno de sus mayores atractivos. Al igual que la receta clásica ha ido mutando en cada hogar según gustos y costumbres, esta versión también admite múltiples adaptaciones que pueden convertirla en un plato aún más sorprendente.

Ya sea para ajustarla a una dieta específica, aportar un toque internacional o simplemente para experimentar con nuevos sabores y texturas, aquí te dejamos algunas ideas y consejos para personalizarla a tu gusto:

  • Versión vegana: para conseguir una receta cien por cien vegana, puedes sustituir el huevo y el atún por tofu, heura desmenuzada o incluso aguacate en daditos. También es importante que te asegures de que la mayonesa sea vegana. Puedes comprarla en cualquier establecimiento aunque siempre está la opción de preparar una mayonesa vegana en casa.
  • Con toque oriental: si quieres aportarle un toque extra al sabor, añade un poco de comino molido, cilantro fresco y una pizca de curry suave.
  • Para los fans del picante: un poco de salsa sriracha o unas gotas de tabasco pueden darle algo más de potencia al conjunto de la ensaladilla.
  • Presentación original: sirve la ensaladilla en tartaletas de masa quebrada, sobre tostas de pan integral o incluso dentro de hojas de lechuga a modo de wraps frescos.