Todos contra el director del Macba

No todos somos Charlie Hebdo. “Me pregunto simplemente qué diferencia hay entre la censura de las caricaturas de Charlie Hebdo desde el aislamiento integrista y el establecimiento de los límites del curador en un museo público de arte contemporáneo de un país supuestamente democrático cuando se trata de poder exponer una obra que parodia o caricaturiza la figura del ex monarca”.

Así empieza el pequeño y contundente texto donde Paul B. Preciado, co-comisario de la exposición cancelada y jefe de Programas Públicos del museo, destaca con doble nudo la ironía de la situación en la que se encuentra su muestra, un análisis crítico a la soberanía, hoy desmantelada sin haber inaugurado por orden del director Bartomeu Marí.

La mayor parte de los ciudadanos actúa como si no pasara nada, porque las cosas del museo les resultan más ajenas que las de, pongamos, los bares que se cierran por la jubilación del régimen de alquiler antiguo. Al ciudadano español le parece que los museos son algo que sólo interesa cuando interviene su majestad la reina. Paradójicamente, la misma mano que estrechaba la importantísima colección suiza que se reparte hoy entre el Prado y el Museo Reina Sofía podría haber saboteado la colaboración con el Württembergischer Kunstverein (WKV) de Stuttgart que pagaba la mayor parte de la exposición.

Un portavoz de la Casa Real ha asegurado a Europa Press que la institución no ha intervenido. El conseller de Cultura, Ferran Mascarell, ha dicho que tiene una opinión pero que se la guarda hasta que Bartomeu Marí se haya pronunciado (?) y el concejal competente del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Ciruana, mantiene un obstinado silencio. Marí está solo contra todos y sigue diciendo que todo ha sido un lamentable malentendido.

Los trabajadores del Macba

Contra la nota que publicó ayer la institución, donde se lamentaba profundamente “que esto no haya sido posible ya que, al fin y al cabo, a quien perjudica es a nuestro público y a nuestra permanente vocación de servicio”, los trabajadores del MACBA firman un comunicado donde manifiestan su rechazo personal y profesional a la actuación de su director Bartomeu Marí.

Los gestores culturales catalanes

Ayer la Asociación de Profesionales de la Gestión Cultural de Catalunya también expresaba su “total desacuerdo” con la gestión de Bartomeu Marí y su apoyo al equipo técnico y artístico de la exposición, Hans D.Crist, Iris Dressler, Paul B. Preciado y Valentín Roma. Según la asociación, el cancelamiento pone “en evidencia las dificultades para preservar la libertad de expresión en el ámbito creativo, artístico y técnico, especialmente cuando se cruzan con la delicada línea que separa el arte y la política”.

Los gestores culturales catalanes aseguran que “someter el arte a lógicas de directrices políticas o institucionales es reducir y limitar su condición”, y destacan que “el arte es político, porque se posiciona y analiza la sociedad. No obstante, la política no debería de estar por encima de la creación artística, ni de su producción y exhibición”.

Los artistas, mientras tanto, han tardado un par de días en pergeñar un comunicado, tan escueto como el de Preciado, donde califican la decisión de “reaccionaria” y recuerdan que “los debates públicos son la esencia de la democracia, y la función de un museo es contribuir a ellos”.

Lo firman 23 de los 30 artistas de la muestra: Efrén Álvarez, Angela Bonadies and Juan José Olavarría, Peggy Buth, Ines Doujak and John Barker, Edgar Endress, Oier Etxeberria, Eiko Grimberg, Banu Cennetoglu and Philippine Hoegen, Jan Peter Hammer, Geumhyung Jeong, Julia Montilla, Prabhakar Pachpute, Mary Reid Kelley and Patrick Kelley, Jorge Ribalta, Wu Tsang, Stefanos Tsivopoulos, Viktor Vorobyev & Yelena Vorobyeva, Sergio Zevallos.