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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Un ciclista 'amateur' gana un juicio al gigante Trek: tendrá que cumplir su “garantía de por vida” y cambiar el cuadro

Analía Plaza

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Un juzgado de Córdoba ha condenado a Trek a cambiar el cuadro de una bicicleta a un cliente y a pagarle los 373,89 euros que este desembolsó por el informe pericial. Trek es un reputado fabricante estadounidense especializado en bicis de alta gama, con pocos modelos que cuesten menos de mil euros, que ofrece una “garantía de por vida” en los cuadros. Y Manuel Fernández es un ciclista “de fin de semana, totalmente amateur” que, ante el trato “despótico” de la empresa y su total “indefensión”, decidió llevar su reclamación a la justicia. Y ganó.

En diciembre de 2017, Fernández y su hermana (la otra usuaria de la bici y a nombre de quien está la factura de compra) pagaron 2.500 euros por una Trek Procaliber 9.7. Es una bicicleta con cuadro de carbono —más ligero y costoso que el aluminio— apta para rodar por la montaña. “En una de las revisiones, en 2019, el mecánico detectó una fisura en un lugar muy escondido del cuadro”, cuenta. “Dijo: afortunadamente, la hemos detectado. Esto iba camino de romperse. Una bicicleta de montaña está sometida a muchísima fuerza cuando baja”.

Tal y como estaba la fisura, le aseguró el mecánico, era un problema del carbono. No había golpe. “Llévatela, que te lo cubre la garantía”, le dijo.

Fernández escribió entonces a Trek, que le comunicó que eso no entraba en garantía. En un documento del servicio de reparaciones, la empresa alegó que “la rotura que presenta la vaina no se debe a ningún defecto de fábrica o de materiales”. El daño, decía, había sido provocado por “una presión desde el exterior”.

“Me quedé a cuadros”, continúa el cliente. “Pedí que desarrollaran el tema, creía que eran más serios. Pero no hubo posibilidad”.

La garantía que promociona Trek va más allá de los dos años legales. La empresa garantiza sus cuadros contra defectos de fabricación o materiales “durante toda su vida útil”, con algunas excepciones que no se dan en este caso. Es un potente reclamo que ofrecen varios fabricantes, con el que parecen decir: “estamos tan convencidos de la calidad de nuestras bicicletas que podemos garantizarlas de por vida”. Trek recalca que no es un seguro a todo riesgo, como algunos interpretan.

“Yo me gasté un dinero curioso, sobre todo respaldado por la garantía”, reconoce Fernández. “Son bicis caras. Haces una gran inversión, pero si hay problemas sabes que es una buena marca”.

El informe del perito

Disgustado, nuestro protagonista acudió al Colegio de Peritos de Córdoba y solicitó un estudio independiente. El informe, firmado por un ingeniero técnico industrial, concluyó que la fractura había sido originada “por un fallo en la estructura del material”. Esto es, que venía de fábrica.

“El fallo de un material compuesto laminado está asociado a la aparición de diversos mecanismos de daño, siendo el más común el de deslaminación o fractura interlaminar”. Además, y teniendo en cuenta dónde estaba la fisura, “vemos imposible que este fallo haya sido producido por un golpe o mal uso de la bicicleta”. De ser así también estaría dañado el plato, la biela o el pedal.

La versión de la compañía es distinta. El tipo de rotura indicaba que “el cuadro había recibido una fuerza o impacto sin la rueda trasera montada”, por lo que rechazaban incluirlo en la garantía ilimitada. Fuentes de la empresa dicen a elDiario.es que “es muy común que al transportar la bicicleta quites la rueda de atrás y pongas peso encima. Y basta que no esté colocada para que quiebre el cuadro, porque no está diseñada para eso. La prueba más evidente es que está roto por fuera, no por dentro. No es un defecto de fabricación”.

El fabricante asegura que ofreció a los propietarios un cuadro nuevo en varias ocasiones, pero que estos no aceptaron, demandaron y fueron a juicio. Ya habían pagado más de 300 euros en el peritaje, así que querían que la empresa se lo cubriera.

La sentencia, firme, considera que la garantía comercial adicional que ofrece Trek “supone un compromiso con el cliente” y genera en este “una confianza en la marca, tanto en la calidad y durabilidad del producto como en la ausencia de preocupación alguna porque el defecto de fabricación se manifieste transcurrido el plazo legal”. “Se podría decir que esa garantía comercial tiene mucha más amplitud que la legal”, expone el juez. El fabricante “debe responder de ese defecto que se garantizó de por vida cuando no resulta inequívoco que la causa sea externa”.

Aun así, la sentencia expone dudas sobre la causa de la rotura. Cita los “informes contradictorios sobre la causa del defecto”; esto es, que Trek decía una cosa y el perito otra. Desde la empresa consideran que, pese a estas dudas, el juez les condena porque “en materia de consumo hay que proteger al consumidor”. Acataron la decisión judicial, cambiaron el cuadro y pagaron los 373,89 euros debidos a Fernández. La sentencia no estimó la pretensión de los demandantes de que Trek pagara las costas del juicio.

“Es un caso aislado y muy extraño”, afirman. “Entendemos el enfado, pero creemos que es desproporcionado”. Trek no da datos de cuántas otras demandas ha recibido por casos similares y en el Centro de Documentación Judicial no aparece ninguna otra. Sin embargo, en foros especializados en ciclismo hay unas cuantas experiencias parecidas.

“En una época donde las ventas de bicicletas se han disparado, me parece oportuno que se conozca que es necesario recurrir a la justicia para que se hagan cargo de una deficiencia, pese a que la marca publicite que sus productos 'están cubiertos por la mejor garantía del mercado'. Después de toda la guerra que me han dado, ¿de verdad pensaban que me iba a quedar en la sentencia?”, concluye el afectado. “Esto ha sido una auténtica lucha”.