Ford hace números para recortar su presencia en Europa con otro ERE sobrevolando el futuro de Almussafes

“El año pasado lo teníamos que haber hecho mucho mejor”. El consejero delegado de Ford, Jim Farley, reconocía así el tropiezo del fabricante automovilístico durante 2022. Un año marcado por los cuellos de botella en la producción, por la falta de chips y de materias primas, en plena reconversión hacia el coche eléctrico y, en España, por los sucesivos Expedientes de Reducción Temporal de Empleo (ERTE) que han aplicado todos los fabricantes. Un mal ejercicio que, en el caso de la multinacional Ford, se cerró con números rojos que superan los 1.800 millones de euros.

En esta situación, Ford está pensándose su estructura de producción en Europa y eso puede tener consecuencias en Almussafes, su única factoría en España, sobre la que se cierne un nuevo recorte de empleo. Esta planta está a punto de finalizar la fabricación de dos de los cuatro modelos que tiene encargados.

La factoría Ford de Almussafes, hoy por hoy el mayor centro de trabajo de la Comunidad Valenciana con 6.000 empleados, vivirá un proceso de transformación y redimensionamiento en los próximos tres años, hasta que la anunciada electrificación de la planta sea una realidad en 2026.

Negociaciones este año

El director de fabricación de la factoría valenciana, Dionisio Campos, ya avanzó en octubre del pasado año que este ejercicio, seguramente a lo largo del segundo semestre, arrancarán las negociaciones con los sindicatos para reducir la plantilla, al necesitar menos mano de obra la fabricación de vehículos eléctricos.

Además, la dirección de Ford Europa anunció la finalización de la producción de los modelos S-Max y Galaxy en la fábrica de Almussafes el próximo mes de abril.

De esta forma, la factoría valenciana tan solo fabricará el Kuga y el Transit. Además, desde UGT aseguran que aunque sin plazo fijado, también está previsto que se deje de producir este último modelo, por lo que tan solo se hará en las instalaciones valencianas el Kuga hasta que empiecen a fabricarse los modelos eléctricos, motivo por el cual debe empezar a negociarse el ajuste de la plantilla, actualmente inmersa en un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que afecta a 700 empleados al día y que se renovó el pasado mes de diciembre durante seis meses. En cuanto a las cifras de despidos, fuentes sindicales estiman que afectarían a unos 1.000 empleados.

La planta valenciana viene encadenando ERTE aproximadamente desde un año antes de la pandemia hasta la actualidad de forma ininterrumpida. Empezó en la sección de motores por un ajuste de producción, después llegó la pandemia y hubo otro ERTE de cuatro meses. Posteriormente, se juntó la crisis post pandemia con la falta de chips y con la guerra de Ucrania, lo que ha hecho que se hayan ido encadenando hasta el último negociado, que se prolongará los próximos seis meses. Los sindicatos se han quejado por la merma de subsidio por desempleo que les supone.

La decisión es cuánta gente necesitamos en Europa

Las dudas sobre el futuro de Ford en Europa sobrevuelan, en gran medida, porque la compañía no las despeja. “La decisión, ahora, es cuántos ingenieros necesitamos, cuánta gente necesitamos en Europa”, reconoció su consejero delegado en la presentación de resultados de 2022. “No es el momento de hablar de adónde vamos a ir, pero sabemos perfectamente nuestras fortalezas en Europa y sabemos lo que tenemos que hacer. Y no vais a tener que esperar mucho para escucharlo”, adelantó en la conferencia con inversores, sin dar más detalles. 

Que Ford está estudiando cómo rebajar su presencia en Europa no es nuevo, pero ahora puede haber más prisa porque los resultados no acompañan. “Nos hemos dejado 2.000 millones en beneficio en cosas que estaban bajo nuestro control. Vamos a corregirlas”, aseguró Farley en su presentación a inversores.

La compañía habló de “ineficiencias”, que atribuyó a los problemas en las cadenas de suministro, la inestabilidad en la producción, los mayores costes y a los volúmenes de fabricación, inferiores a los previstos. Además, Ford se apuntó al cierre del año un resultado neto negativo de 7.400 millones de dólares atribuidos a Rivian, el fabricante de coches eléctricos en el que participa y al que también ha golpeado la crisis de suministros. Un año antes, la aportación de Rivian a Ford fue positiva en 9.100 millones de dólares, según desglosa en su informe de resultados.

¿Recortes de plantilla? “Todo está sobre la mesa”

En cifra de ingresos, en cambio, con los costes al alza, la evolución de Ford es positiva, con subidas del 18%. En el conjunto del año, la multinacional facturó más de 158.000 millones de dólares. Y de cara a 2023 es más optimista aunque también contempla vientos en contra. En EEUU contempla que puede producirse un escenario de recesión “suave”, mientras en Europa asume que podría ser “moderada”. 

A partir de ahora, Ford tendrá que apretarse el cinturón con un ahorro de costes anual de 3.000 millones de dólares a implementar en plena transición del coche de combustión al eléctrico. “Vamos a ser muy agresivos”, reconoció su director financiero John Lawler en una entrevista en la cadena Bloomberg. “Todo está sobre la mesa”, respondió a la pregunta de si entre esas opciones está la de recortar plantilla. “Tenemos que hacer más con menos. Hay que lograr mejoras en la productividad. No estamos donde tendríamos que estar y tenemos que llegar allí”, resumió. 

El aviso de recortes a la vista lo lanzó a mediados de enero el sindicato alemán IG Metall. Adelantó que Ford habría manejado internamente la cifra de 3.400 bajas, no solo en fábrica, sino también en puestos administrativos. Un recorte que afectaría a diferentes países pero sería especialmente fuerte en Alemania, donde Ford suma cerca de 12.000 empleados, la mitad de su fuerza laboral en Europa. 

De momento, Ford no ha concretado cifras, pero dadas las declaraciones de la última presentación de resultados parece obvio que materializará una reestructuración en Europa. Ya a finales de año, su consejero delegado asumió que, para fabricar un coche eléctrico, se necesita un 40% menos de mano de obra que en los coches de combustión. 

Los malos resultados también ha provocado un recorte en el bonus de la alta dirección estadounidense, que se reducirá en un 90%, porque están ligados a la mejora de la rentabilidad. Y, en paralelo, a pesar de esta crisis, Ford ha decidido volver a la Fórmula 1, ya que a partir de 2026 suministrará los motores a las escuderías Red Bull y Alpha Tauri.

Apúntate aquí al boletín de economía

En un momento convulso para las noticias de economía, es más importante que nunca estar bien informado. Todas las repercusiones de la guerra de Ucrania en la economía mundial, explicadas desde un punto de vista riguroso y diferente.