El Programa de Conservación Ex-situ del lince ibérico, en el que participan varias comunidades y entre ellas Extremadura, ha emparejado a siete ejemplares criados en centros, cuatro machos y tres hembras, seis de los cuales ya han copulado, lo que supone un éxito en el manejo de estos animales según el programa.
En cambio, ‘Gazpacho’, ejemplar que se encuentra en el centro de cría del lince ibérico de Zarza de Granadilla (Cáceres), lleva dos años consecutivos sin llegar a copular a pesar de que la hembra muestra un claro comportamiento de celo.
Cuando se habla de ejemplares criados a mano, los técnicos se refieren a aquellos individuos que fueron abandonados por sus madres y tuvieron que ser alimentados por humanos
Estos ejemplares suelen tener un comportamiento diferente con respecto a aquellos cachorros que fueron criados con sus madres, “al tener una impronta con el hombre, lo que afecta de manera considerable en sus relaciones con otros ejemplares de lince ibérico”, afirman los técnicos del programa de conservación.
Por este motivo, el trabajo que realizan con ellos los trabajadores de los centros de cría, de los que hay seis en España, es “muy intenso”, con el objeto de intentar emparejarlos antes de la época de celo y conseguir que lleguen a copular.