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Un problema burocrático dificulta a 3.500 trabajadores de orquestas gallegas el cobro de los ERTE

Una orquesta durante una verbena.

Daniel Salgado

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Detrás de las luces y el espectáculo de las orquestas existe una realidad laboral, compleja y singular, como sucede a menudo en el mundo del entretenimiento. Esta realidad se encuentra ahora en el origen de los problemas burocráticos que dificultan a más de 3.500 trabajadores del sector en Galicia el cobro de las prestaciones de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) causados por el coronavirus. Los sindicatos han levantado la voz para pedir al Gobierno estatal que comprenda la situación y busque la vía para abonarlas.

El problema es administrativamente embrollado. Y parte de las peculiaridades de las relaciones laborales en el sector, solo recientemente reguladas: el primer convenio de orquestas en España fue el gallego, y se firmó en 2018. La temporada fuerte de las orquestas comienza en junio y se extiende hasta septiembre. Durante esos meses, hay faena casi cada día. Las verbenas ocupan el verano. Los empleados de las bandas, dúos o solistas, suelen funcionar con contratos fijos discontinuos o por obra y servicio. Pero unos meses antes, envían solicitudes de altas previas, normalmente con un mes de antelación, a los ayuntamientos en donde van a actuar. Se formalizan en cada concierto.

Cuando la pandemia de COVID-19 estalló en Galicia en marzo, muchas orquestas ya habían comenzado los ensayos. Pero aún no había programadas demasiadas actuaciones. Para los ensayos, las altas laborales solo se avisan con 48 horas de antelación, y son obviamente más esporádicas. Las agrupaciones solicitaron entonces ERTE para hacer frente a un incierto período en el que las verbenas iban a ser imposibles. De hecho, la Xunta anunció el pasado sábado que las fiestas populares no se retomarán hasta el 1 de julio. La autoridad laboral confirmó los expedientes, cuya petición las propias orquestas acompañaron de una memoria explicativa de las especificidades del sector. Comenzaron a ingresar las prestaciones.

Pero algo cambió cuando el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) comenzó a revisar la documentación. “Los trabajadores quedaron en situación de desamparo”, relata Pedro Pérez, responsable de Organización de la CIG-Servizos, con UGT y Comisiones Obreras uno de los tres sindicatos que se han movilizado por el sector, “el SEPE está denegando los ERTE y obligando a devolver el dinero que ya percibieron”. La razón alegada: que muchos de ellos estaban dados de baja en la Tesorería General de la Seguridad Social –requisito para la regulación temporal– cuando se decretó el estado de alarma.

“El SEPE entiende que son expedientes fraudulentos, porque los trabajadores no estaban dados de alta. Pero lo único que tienen que hacer es comprobar cómo funcionaron las orquestas en años anteriores y verán cómo ese es el método normal autorizado por la Administración”, señala Pérez, “además, cuando se solicitaron los ERTE, enviaron memorias explicándolo”. Las centrales sindicales reclaman que el SEPE abone las prestaciones por desempleo “a todo el personal de las orquestas desde la fecha de entrada en vigor del estado de alarma”. Así se lo han comunicado a la Inspección de Trabajo en Galicia, que se ha mostrado, según comenta el sindicalista de la CIG, “receptiva”.

El “mal parche” por el desempleo de artistas

Porque lo que tampoco sirve al sector es el arreglo que el Gobierno central incluyó en el Real Decreto 19/2020 referente a la situación de los artistas. Según esta norma, los trabajadores de ese régimen pueden pedir una prestación personal por desempleo sin estar dados de alta ni acreditar situación legal de desempleo por la cancelación de alguna actuación. “Se entenderá como fecha de dicha situación el 14 de marzo, fecha de entrada en vigor del estado de alarma”, dice. Pero además de que los afectados solo cobrarían desde el momento en el que hagan la solicitud, y no desde que les fue imposible trabajar, también quedan fuera buena parte de los empleados del sector de las orquestas.

“Es un parche, y además un mal parche”, denuncia Pedro Pérez, “por un lado les conceden esa prestación y por otra, les piden que devuelvan las del ERTE. Y además, quedan fuera los técnicos de sonido y luces, los conductores de los camiones, los montadores...”. En Galicia hay unas 300 agrupaciones musicales. Representan el 70% de la facturación de toda España. “Es un sector eminentemente gallego”, considera Pérez.

Los sindicatos demandan “las prestaciones derivadas de los ERTE y subsidiariamente las de desempleo desde el 14 de marzo, tanto las de artistas como las de personal técnico auxiliar”. Exigen a las empresas la transformación de los contratos temporales, “mayoritarios en el sector”, en fijos discontinuos una vez que se retome la actividad normal “con la excepción del período que va del 1 de junio al 30 de septiembre, cuando la contratación debería ser continuada”. Y que “mantengan el nivel de empleo que tenían antes de la entrada en vigor del estado de alarma”.

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