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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Feijóo no ha activado las nuevas medidas que anunció hace dos semanas por el precio de los carburantes

Daniel Salgado

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Hace 13 días que el todavía presidente de la Xunta de Galicia comunicó las primeras medidas de su gabinete para hacer frente a la crisis provocada por el encarecimiento de los combustibles y las derivadas de la guerra de Ucrania. Hace ocho las repitió y amplió en una comparecencia extraordinaria en el pleno del Parlamento de Galicia. Hace seis, al finalizar la reunión semanal de su gobierno, insistió. Trece días después del anuncio inicial, ninguna ha aparecido en el Diario Oficial de Galicia, tal y como denuncia la oposición. Su equipo explica a elDiario.es que se encuentran en tramitación y alguna en funcionamiento –las que no fueron diseñadas a propósito, sino antes, e incluidas ahora en el “plan de choque”– y que ha transcurrido poco tiempo desde que se hicieron públicas. Mientras, Feijóo no ha dejado de arremeter contra el Ejecutivo central por su “dejadez, indolencia y parsimonia” ante la situación.

La interinidad de Alberto Núñez Feijóo en el Gobierno gallego, así lo ha descrito su vicepresidente, ha provocado un desplazamiento de sus intervenciones. A punto de consumar su asalto a la presidencia del PP español y convertirse de derecho en líder de la oposición, le interesa dirigir sus dardos contra Pedro Sánchez. Desde que el paro del transporte agudizó las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania, ha elegido ese campo de batalla. Su argumento principal, el contraste entre la inacción de Sánchez y su veloz respuesta. “No podemos esperar a una fecha que se le ocurre a un político”, dijo el pasado jueves, “si tienes un paciente en urgencias no se puede decir que lo atiendes el 29 de marzo. Igual el paciente no llega”. El presidente gallego se refería al plazo que manejaba el Ejecutivo para anunciar medidas contra la crisis que se extiende a todos los sectores pero que había condicionado a la cumbre europea del fin de semana en Bruselas. Y que finalmente se han materializado en el Consejo de Ministros de este martes con un decreto ley.

La Xunta, efectivamente, no ha esperado tanto. Por lo menos a anunciarlo. Al término del Consello del 17 de marzo, Feijóo comunicó que ya se había puesto manos a la obra. “No podemos esperar que Europa nos resuelva un problema. Que se resuelva mejor ayer antes que mañana”, dijo entonces. Y expuso las primeras iniciativas acordadas con sus conselleiros: un complemento de 100 euros para ayudar a la factura de la luz; un adelanto de subvenciones vinculadas a la Política Agraria Común; y una exención de dos meses en las tasas portuarias.

La primera de ellas, dijo, llegará a los 66.000 hogares –en Galicia hay 1.068.754 hogares, según los datos del Instituo Galego de Estatística– que ya reciben el bono social térmico. La segunda la definió como “una inyección de liquidez por la vía de la financiación de circulante y de anticipo de ayudas, especialmente los 200 millones de la PAC”, una práctica en realidad habitual. Y la tercera afectará a los puertos de titularidad autonómica, es decir, todos excepto los principales: A Coruña, Vigo, Vilagarcía, Marín y Ferrol–San Cibrao. Ninguna de ellas ha sido publicada en el Diario Oficial de Galicia. Desde Presidencia afirman que no todas deben pasar por ese requisito, pero no profundizan. En el caso del aumento en el bono social térmico, sí lo hará la resolución de su concesión a los solicitantes.

Con el anuncio reverberando y el titular destacado en algunos medios –“Feijóo se anticipa al Gobierno y aprueba en Galicia un bono adicional de 100 euros para que las familias de rentas bajas paguen la luz”, escribió El Mundo–, Feijóo llegó el martes 22 al Parlamento de Galicia. Por sorpresa, al aceptar una petición de comparecencia urgente del BNG, apoyada por el Partido Socialista, que ya habían solicitado la semana anterior y que el PP había vetado. Se trataba de “abordar la crisis del transporte y del sector primario”. En la Cámara autonómica dispensó casi una hora de discurso. El portavoz socialista, Luis Álvarez, le afeó que “4/5 partes del mismo, siendo generoso” las dedicó a atacar al Gobierno central, a ponerle déberes en forma de decálogo y a denunciar el “realmente muy escaso margen de maniobra autonómico”. Esto nunca estuvo entre sus preocupaciones, a juzgar por los 13 años que han pasado sin reclamar nuevas competencias para la Xunta.

El presidente amplió a diez a las acciones del Gobierno ante la situación. Fue Ana Pontón, líder del BNG, quien le recordó que nada de lo anunciado había llegado al Diario Oficial de Galicia y lo acusó de únicamente emitir propaganda. Lo novedoso respecto al 17 de marzo consistía en una inconcreta “inyección extraordinaria para todo el transporte público de carretera frente a la subida de carburantes”, una nueva linea de avales para pequeñas y medianas empresas y préstamos directos para la industria manufacturera por un total de 140 millones de euros, o mecanismos para flexibilizar préstamos o avales de la Xunta ya concedidos. Tampoco las ha publicado el DOG, y debe hacerlo. “Todas las que son convocatorias de ayuda o ampliación de ayudas existentes tienen que ir al boletín”, señalan en el Gobierno gallego.

Las últimas tres iniciativas del “plan de choque” corresponden a líneas de actuación ya en marcha, antes del paro del transporte o de la crisis desatada por la invasión rusa de Ucrania: ayudas para que comercios, hostelería y pequeñas y medianas empresas reduzcan el consumo energético –en el DOG del 17 de enero–; el bono turístico, activo a partir de la primera ola de la pandemia; o las medidas para “ayudar a las familias a hacer frente a la factura de la luz”. Para esta, Feijóo habló de “reforzarla”. Con ello se refería en realidad a pedir fondos al Gobierno central para “duplicar el impulso al autoconsumo eléctrico y a las renovables térmicas”.

Dos días después de su intervención en la Cámara gallega, es decir, el 24 de marzo, el presidente gallego volvió a la carga y presumió de “plan de choque de urgencia”. A la jornada siguiente viajó a Euskadi para preguntarse “¿qué más tiene que pasar para que se tomen decisiones?” y asegurar que nunca había visto un gobierno que “reaccionase con tanta dejadez, parsimonia e indolencia”. La táctica se le ha vuelto en contra, por lo menos a decir de la oposición.

Socialistas y nacionalistas se lo recordaban todavía este lunes. “Lleva días de muchos anuncios pero ninguno se ha concretado hasta el momento en el Diario Oficial de Galicia y ningún ciudadano se ha beneficiado de las ayudas anunciadas”, criticó la portavoz del Bloque, Ana Pontón: “Se necesita más que propaganda para salir de la crisis”. El PSdeG insistió en el mismo razonamiento y acusó al todavía presidente gallego de “estar ausente” de sus responsabilidades. Pero Feijóo estaba en su traje de jefe de la oposición estatal, cuyo discurso repite un mantra desde hace ya algunas semanas: bajar los impuestos para frenar la inflación, disparada en toda Europa desde hace meses pero de la que culpa principalmente al Gobierno central.