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La ola de incendios remite en Galicia al amainar el viento tras más de 1.000 hectáreas quemadas

Vista del incendio que afectó a Ribeira en septiembre de 2019, con la ría de Arousa al fondo

David Lombao

Como siempre desde hace una década, cualquier balance de hectáreas quemadas en los montes gallegos es provisional hasta la próxima primavera, cuando el Ministerio de Agricultura y la Xunta divulgan las cifras oficiales de la campaña de incendios del año anterior. Partiendo de esta base, forzada por la política informativa del Gobierno gallego, la ola de incendios iniciada la pasada semana comienza a remitir al amainar el viento del noreste, el nordés, que contribuyó a impulsarla, aunque el riesgo de incendio sigue siendo “extremo” en la mitad sur de Galicia.

Según la información que la Consellería de Medio Rural sí ha revelado, esta ola de incendios ha sido menos destructiva que la anterior de este año, la de la primavera, que rondó las 3.000 hectáreas. Ahora las cifras reveladas por el departamento gubernamental rondan las 1.100 hectáreas en algo menos de una decena de incendios comunicados oficialmente en aplicación de la mencionada política informativa, según la cual sólo forman parte de los balances oficiales los incendios superiores a 20 hectáreas y, por debajo de esa superficie, los que afecten a áreas habitadas o zonas protegidas.

Partiendo de todos estos condicionantes, el incendio más destructivo de esta ola es el que tuvo su origen en la parroquia monfortina de Seoane y que cuatro días después de su inicio todavía no ha podido ser extinguido, aunque sí controlado. La superficie de hectáreas quemadas en este fuego, que se expandió al ayuntamiento vecino de Pantón, se acerca al medio millar.

El siguiente en superficie afectada fue el que comenzó en la parroquia de Oleiros, en Ribeira, dado por extinguido este lunes con 197 hectáreas quemadas. Igualmente, ha quedado extinguido este lunes el incendio que ardía desde la pasada semana en el ayuntamiento ourensano de Lobeira, dentro del parque natural de O Xurés, con unas 150 hectáreas. También afectó a este espacio protegido otro incendio de apenas 10 hectáreas, en este caso dentro del ayuntamiento de Muíños.

Fisterra, Porto do Son, Cenlle o Zas completan este balance provisional de la principal ola de incendios de este verano del 2019 en Galicia, que este lunes tocaba también a Oímbra (Ourense). No obstante, un vistazo a los focos revelados por agentes y bomberos forestales o incluso por ayuntamientos afectados –a través de las redes sociales y otros medios– muestra que los medios de extinción han tenido que actuar en muchos más fuegos que los comunicados por la Xunta, la mayoría de dimensiones relativamente pequeñas.

Este ha sido el caso, sólo en los últimos tres días, de ayuntamientos como Rodeiro, Silleda, Castro de Rei, Culleredo, Ribas de Sil, Marín, Guitiriz, Xermade o Allariz, entre otros. Lo mismo sucede si la fuente consultada son mediciones mediante herramientas frecuentemente utilizadas por personal experto en la materia.

Mientras, por parte de la Xunta el mensaje central continúa siendo la necesidad de “intensificar la lucha contra la actividad incendiaria” ya que, mantiene Medio Rural, la mayoría de los incendios de esta ola han sido provocados. Para reforzar esta idea, la Consellería decidió distribuir entre los medios fotografías “de algunos de los artefactos incendiarios localizados por los profesionales” de los servicios de extinción “en algunos de los fuegos registrados en los últimos días en Galicia”.

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