Donald Trump no quería. Lleva meses luchando contra ello, resistiéndose con todas sus fuerzas, presionando a los republicanos en el Congreso, obligando al presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, a dar vacaciones anticipadas a los congresistas para impedir la votación e incluso cerrar los trabajos legislativos durante dos meses para dilatar la toma de posesión de una congresista demócrata cuyo voto era determinante en que la ley prosperara.
Trump no quería, y lo ha firmado en contra de su voluntad, cuando ya había quemado tanto capital político que vetarlo habría supuesto una condena imposible de darle la vuelta. Y así lo ha anunciado en su cuenta de Truth Social, sin la ceremoniosidad que dedica a cada cosa que firma con su rotulador de punta gorda.
El presidente de EEUU ha firmado este miércoles por la noche la ley de transparencia de los archivos de Jeffrey Epstein que obliga al Departamento de Justicia a desclasificarlos en un plazo máximo de 30 días.
Los únicos archivos que podrían seguir ocultos son aquellos relacionados con investigaciones en curso, un posible agujero por el que el departamento de Pam Bondi podría jugar para seguir ocultando algunos papeles que le interese.
No obstante, la ley sostiene que no vale argumentar que no hay que publicar unos documentos porque pueden dañar la imagen de personas cuya actividad delictiva no esté acreditada.
Y Trump no quería porque, como se ha evidenciado en los últimos días con los correos electrónicos difundidos por una comisión de la Cámara de Representantes, la realidad cuestiona la versión oficial del presidente de EEUU sobre su relación pasada con el depredador sexual. ¿Eso quiere decir que sea culpable de algún delito? De momento, no hay pruebas para tanto, pero sí hay indicios para cuestionar que cortara con él tan rápido como ha dicho, por ejemplo, en cuanto tuvo indicios de que algo turbio pasaba con el financiero que murió suicidado en su celda en agosto de 2019.
Por todo ello, Trump ordenó al Departamento de Justicia y al FBI que no desclasificaran los documentos al poco de llegar a la Casa Blanca, en contra de lo dicho en campaña por todos ellos, en particular la cúpula del FBI, con Kash Patel a la cabeza. Esa decisión supuso el primer terremoto en las bases políticas del trumpismo, la familia MAGA, que no entendía por qué no se cumplía semejante promesa que ellos asociaban con el encubrimiento de élites demócratas y que sembraba sospechas sobre la muerte de Epstein, que ocurrió mientras Trump estaba en la Casa Blanca.
Desde entonces, todo ha sido una lucha: un grupo de congresistas demócratas y republicanos registraron una petición en el Congreso que necesitaba 218 firmas, la mitad más una de los 435 asientos de la Cámara de Representantes, cosa que no se consiguió hasta la reapertura de la institución hace unos días después del cierre del Gobierno y la jura de la demócrata por Arizona Adelita Grijalvo, que llevaba desde el 28 de septiembre esperando a tomar posesión.
Todas las maniobras de Trump y la cúpula republicana han ido cayendo por su propio peso ante la imposibilidad política de seguir resistiéndose ante una marea que les desbordaba: los demócratas veían que era un flanco débil para el presidente, y han ido creciendo por ese lado después de cuatro años de Joe Biden en los que a ninguno se le ocurrió movilizarse por la publicación de los archivos de Epstein.
Y los republicanos, a un año de las elecciones legislativas en las que se juegan su escaño, no querían tener que disputar su futuro político con la sombra de estar encubriendo a un pederasta.
La tormenta ha sido perfecta en contra de los intereses de un Trump que cada día ha acusado a los demócratas de crear un montaje con Epstein y a los republicanos de dejarse engatusar en vez de hablar de los logros de la Administración Trump.
Hasta tal punto llega la contradicción del presidente de EEUU, que la semana pasada ordenó investigar a Bill Clinton y otros demócratas por los archivos de Epstein después de que el Departamento de Justicia y el FBI dieran carpetazo al asunto antes del verano. Y el mismo Departamento de Justicia que dijo hace cinco meses que no había nada que investigar, ha acatado la decisión de Trump de usar el poder del Estado contra rivales políticos de forma arbitraria.
Pataleta de Trump
El presidente de EEUU no ha ocultado su disgusto con el trago obligado de firmar la desclasificación de los archivos de Epstein.
Así, en su post de Truth Social, Trump ha dicho: “Jeffrey Epstein, quien fue acusado por el Departamento de Justicia de Trump en 2019 (¡no por los demócratas!), fue demócrata de toda la vida, donó miles de dólares a políticos demócratas y estuvo profundamente relacionado con muchas figuras demócratas conocidas, como Bill Clinton (quien viajó en su avión 26 veces), Larry Summers (quien acaba de renunciar a muchos consejos de administración, incluido el de Harvard), el activista político corrupto Reid Hoffman, el líder de la minoría Hakeem Jeffries (quien le pidió a Epstein que donara a su campaña DESPUÉS de que Epstein fuera acusado), la congresista demócrata Stacey Plaskett y muchos más”.
“Quizás la verdad sobre estos demócratas y sus vínculos con Jeffrey Epstein pronto se revele”, ha señalado Trump, “¡porque ACABO DE FIRMAR EL PROYECTO DE LEY PARA REVELAR LOS ARCHIVOS DE EPSTEIN! Como todos saben, le pedí al presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, y al líder de la mayoría del Senado, John Thune, que aprobaran este proyecto de ley en la Cámara y el Senado, respectivamente. Gracias a eso, los votos fueron casi unánimes a favor de su aprobación. Bajo mi dirección, el Departamento de Justicia ya ha entregado cerca de 50.000 páginas de documentos al Congreso. No lo olviden: la administración Biden no entregó NI UN SOLO archivo o página relacionada con el demócrata Epstein, ni siquiera hablaron de él”.
Según el presidente de EEUU, “los demócratas han utilizado el tema de Epstein, que les afecta mucho más que al Partido Republicano, para intentar desviar la atención de nuestras INCREÍBLES victorias, incluyendo LA BIG BEAUTIFUL BILL, las fronteras fuertes, no a los hombres en los deportes femeninos ni a la ideología transgénero para todos, el fin de la DEI, detener la inflación récord de Biden, la reducción de precios, los mayores recortes de impuestos y regulaciones de la historia, el fin de OCHO guerras, la reconstrucción de nuestras fuerzas armadas, la eliminación de la capacidad nuclear de Irán, la inversión de billones de dólares en Estados Unidos, la creación del país ”MÁS ATRACTIVO“ del mundo, e incluso infligir una ENORME derrota a los demócratas en el reciente desastre del cierre del gobierno”.
“Durante años”, ha proseguido Trump, “nuestra gran nación ha tenido que soportar a RUSIA, RUSIA, RUSIA, UCRANIA, UCRANIA, UCRANIA, el FRAUDE DEL JUICIO POLÍTICO número 1, el FRAUDE DEL JUICIO POLÍTICO número 2 y muchas otras cazas de brujas y estafas creadas por los demócratas, todas ellas terribles y perjudiciales para nuestro país, y diseñadas para confundir, desviar la atención y distraer de la GRAN LABOR que están realizando los republicanos y la Administración Trump. ¡Este último engaño se les volverá en contra a los demócratas, al igual que todos los demás!”
¿Qué establece el proyecto de ley?
El proyecto de ley obliga al Departamento de Justicia a publicar todos los archivos y comunicaciones relacionados con Epstein, así como cualquier información sobre la investigación de su muerte en prisión federal. Según el proyecto de ley, se permite la censura de la información sobre las víctimas de Epstein o las investigaciones federales en curso.
Sin embargo, el departamento no tendría permitido censurar información debido a “la vergüenza, el daño a la reputación o la sensibilidad política, incluyendo la que pudiera afectar a cualquier funcionario gubernamental, figura pública o dignatario extranjero”.
El Senado se presentaba como una prueba difícil previamente: los republicanos tienen una mayoría de 53-47 y no estaba claro cómo abordarían el proyecto de ley si aprovecharían la vía de las enmiendas para aguar el proyecto de ley hasta el punto de elevar a Trump a categoría de víctima como “persona inocente” e impedir que se publiquen documentos relacionados con el presidente de EEUU.
Pero, al final, no ha sido así, y los republicanos han accedido a la petición del líder demócrata Chuck Schumer de ir por la vía rápida para mandar el texto lo antes posible al Despacho Oval.
Previamente, este martes por la mañana, Mike Johnson había dicho que había hablado con Thune y el estado de ánimo seguía siendo recalcitrante: “Cuando esto avance, se tomarán el tiempo necesario para hacer lo que no se nos ha permitido hacer en la Cámara de Representantes: enmendar esta petición de destitución”.