Día del Enoturismo: Las bodegas caminan con positivismo hacia unas cifras de visitas superiores a 2019
Tras dos años negros para el sector, el enoturismo riojano no sólo recupera el pulso, sino que vive un momento de buenas sensaciones en el que las visitas superan, incluso, los niveles anteriores de la pandemia. En el Día Mundial del Enoturismo, bodegas de La Rioja Alta, Oriental y Alavesa describen esta senda positiva y de apertura de fronteras, con cada vez más variedad de clientes llegados desde zonas más lejanas de España, pero también internacionales. Tres zonas con diferentes características, pero que invitan a sus visitantes a vivir una misma experiencia, Rioja.
Desde la DOCa Rioja, el plan estratégico 2021-2025 arroja, dentro de su eje sobre enoturismo que, en 2015 fueron 567.000 personas las que visitaron sus bodegas, llegando en 2019 a las 858.000. Las previsiones, apuntan desde este plan, son que en 2022 se recupere la cifra y continuar subiendo una escalera con la que alcanzar los 1,2 millones de enoturistas en 2025, con el objetivo de que un 52% sean internacionales.
En La Rioja Alta, Miguel Ruiz, del departamento de comunicación de Bodegas Muga, celebra esta recuperación de pulso. “Estamos volviendo a recibir visitantes en cifras de 2019, tanto en lo que se refiere al público nacional, como internacional”, comenta. “Ese año recibimos a 20.000 personas que venían a visitarnos a la bodega, este 2022 vamos a ello, si no lo superamos”.
El principal mercado de Muga a nivel internacional es Estados Unidos, de ahí que, como apunta Ruiz, buena parte de sus visitas desde fuera de España provengan de este país. “Seguido también de público europeo, como Reino Unido, Alemania”. Un cambio de paradigma que ha venido tras la pandemia ha sido que “los meses valle como julio o agosto, en los que la gente piensa en planes de playa, para nosotros ya suponen meses muy muy importantes de cara al grueso de visitantes”, personas, describe, con gusto por el turismo de interior y la montaña.
Y es que, Muga, desde el Barrio de la Estación de Haro se encuentra “en un enclave único a nivel mundial para conocer el mundo del vino”. “Las bodegas trabajamos muy unidas no solo para la Cata del Barrio de la Estación, sino para crear ese destino turístico que sea de interés tanto el público nacional como internacional”.
“Estamos muy contentos, tras dos años bastantes complicados, la recuperación lejos de ser paulatina, ha sido bastante temprana, en este 2022, desde el mes de enero hemos visto cómo la gente ha empezado el año con ganas de hacer visitas, turismo y conocer la cultura del vino”, celebra, en definitiva. “Desde finales de agosto recibimos público muy interesado por la vendimia desde cerca y, ahora, que ha acabado la vendimia y comienza el cambio de hoja del viñedo viene muchísima gente motivada por esos colores ocres y anaranjados, luego enlazaremos con Navidad, fecha señalada en el calendario”.
En cuanto a las novedades enoturísticas para 2023, como indica Ruiz, Muga trabaja en un proyecto con el que fomentar la actividad en el viñedo, con visitas in situ para conocer la historia de su vino.
Desplazándonos a La Rioja Oriental, desde Viñedos Ruiz Jiménez viven, al igual, con ilusión la remontada desde la pandemia. “Nuestro tesoro es la bodega”, cuenta Elena Hernández, su responsable de exportación, que celebra como sus visitantes se acercan “con curiosidad, ilusión y ganas de aprender”. Un panorama “vibrante”, que cada vez se va abriendo a más idiomas.
Esta sensación es compartida por su responsable de Enoturismo Pablo Ruiz. Su proyecto Atardeceres en los Viñedos Ruiz Jiménez, nacido en pandemia, ha maridado en los meses de verano sus vinos con la música en directo de artistas como Dani Fernández, Omar Montes, Nil Moliner o Mago de Oz. Adaptándose en un primer momento a las condiciones sanitarias del verano de 2020, se pasó de un aforo de 200 personas a 1.500 personas en un día, en esta última edición. “Estos diez fines de semana que ha durado hemos pasado por la bodega a más de 8.500 personas”. Un proyecto que nació, como explica, para “acercar el mundo del vino a la música y al compartir este con amigos, porque consideramos que es un producto muy social”. Un proyecto que tenía el reto de acercar la cultura del vino a la gente joven, “de 18 a 35 años, que quizás el consumo de vino lo tengan más olvidado”. Su jardín, de 3.000 metros cuadrados, fue el espacio idóneo para cumplir con las restricciones. “Es un cambio brusco, de profesionalizar algo que comenzamos a hacer por dar salida a la gente de la zona, porque no tenían otro sitio dónde salir, una vez que aumentaba la demanda empezamos a profesionalizar, ha sido un cambio muy emocionante e ilusionante, vimos que a la gente le gustaba”.
En cuanto a visitas regulares a bodega, estas se realizan bajo petición y en grupos de entre 10 a 20 personas. “Nos hemos dado cuenta de que después de la pandemia se nos han abierto más la puerta, tenemos más demanda de gente de fuera de la Comunidad de La Rioja que de dentro, antes de la pandemia esta demanda existía, pero era más fuerte de gente de la zona”. Viñedos Ruiz Jiménez exporta el 99% de la producción, por lo que sus productos son más conocidos en “Alemania Suiza o Bélgica que en España”, atraídos por la que es una de las primeras bodegas cien por cien ecológicas de Rioja y la primera certificada en cultivo biodinámico. “Estas visitas internacionales son muy ricas porque, ya que vienen, la explotación de esta zona se ve muy resaltada”. De cara al 2023, se plantea el enriquecimiento de este enoturismo internacional con diferentes tipos de visitas o jornada de puertas abiertas, diferentes planes encima de la mesa sin desarrollar.
En La Rioja Alavesa, Judit Valdelana directora comercial y de marketing de Bodegas Valdelana, ve “sorprendente, como la gente ha comenzado a dar más valor a vivir estas experiencias y, sobre todo, vivirlas en el mundo rural”. Desde Elciego, la bodega coincide en cómo este 2022 ha sido una apertura de puertas a turistas provenientes de sitios más variados de España, más allá del País Vasco- que aún supone el groso de visitas-, como acostumbraban a los años prepandemia. “El primer año y medio después de la pandemia los turistas internacionales dejaron de venir y ya están empezando a volver, para nosotros es muy positivo”, agradece, siendo la mayoría de sus clientes internacionales del norte y del centro de Europa, asi como de Alemania, Holanda, Bélgica, Suiza, Francia, Inglaterra, Estados Unidos y México.
“Enseñamos la historia de Rioja desde un nivel histórico, basándonos en todas las civilizaciones que hubo antes de nosotros y que trabajaron en el cultivo de la vid”, cuenta sobre el museo de Valdelana. Aunque su actividad enoturística de referencia son sus maridajes estelares, en los que fusionan sus vinos con la astronomía y música en directo. Además, como reflexiona, tras la pandemia, se acerca un público más joven a visitar la bodega. “Los fines de semana han sido una locura en octubre, teníamos cubiertas todas las visitas, no recordamos un octubre así”. En 2023, como indica Valdelana, la bodega se centrará en dar a conocer sus Viñedos Singulares -joyas, como ella misma define, algunas centenarias- certificados por la Unión Europea y el Ministerio de Agricultura.
También en Elciego, Marqués de Riscal, comparte estas buenas sensaciones. “Aunque no tenemos datos cerrados de 2022, la sensación es que durante este año tenemos mucha más cantidad de visitantes extranjeros, que el año pasado. Aunque nosotros estamos acostumbrados a tener una gran afluencia de público extranjero, durante este año, las cifras se están superando”, explica su responsable de enoturismo, Cristina Pérez. “Se ha perdido el miedo a viajar y a compartir espacio con otras personas. A pesar de esto, en nuestras catas, hemos mantenido algunas medidas introducidas durante la pandemia, y la respuesta del público es muy positiva, ya que redunda en un plus añadido a la calidad de la experiencia”. A sus visitantes de fuera de España más recurrentes -Estados Unidos, Francia o Reino Unido- este año se suman, además, personas procedentes de Asia y América Latina. Las visitas se reservan con más antelación y se han recuperado los eventos y reuniones de empresa, “que durante el año pasado eran prácticamente inexistentes”.
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