“Falta cantera de jazz en La Rioja”

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@page { size: 21cm 29.7cm; margin: 2cm } P { margin-bottom: 0.21cm } José Andrés Biribay llega puntual y tranquilo. A él no le dan miedo los periodistas. Una cualidad extraña que rompe con la visión mítica de músico de jazz a la que estamos acostumbrados. Ese perfil tímido que desea, sobre todas las cosas, pasar desapercibido. No es que quiera protagonismo. Es que, según cuenta, Caco, el guitarrista, le ha “pasado el marrón”. Biri, como le llaman todos, abrió el Biribay Jazz Club en octubre de 2007 y entorno a este centro de ocio surgió “Biribay's Jazz Swingers”, la formación musical riojana que actúa el jueves, 14 de agosto, a las 23 horas en la Plaza de San Miguel de Munilla, dentro de la quinta edición de Munijazz.

Biribay's Jazz Swingiers lo formáis músicos con una larga experiencia y sois de lo mejorcito en jazz aquí en La Rioja. ¿Cuánto hace que formasteis este grupo? Háblanos un poco de él, de los músicos que lo componéis y de las influencias que tenéis.

Es algo más que un grupo, es un colectivo que se ha formado a raíz de abrir el Biribay Jazz Club y nace con la idea de acompañar a cantantes o solistas que pudieran venir de fuera de Logroño. Además de los cuatro que vamos a tocar, hay otros guitarras, otros baterías, otros contrabajos... esa es la idea base con la que ha surgido, un poco recordando los clubes con unos músicos contratados para acompañar a artistas que llegaban con sus partituras. Depende del cantante. Hemos tocado algún concierto nosotros solos. Aunque no tenemos repertorio propio, solemos coger temas estándar, de toda la vida, cuanto más clásicos, muchas veces, mejor. Las influencias, pues cada uno con lo suyo, pero son clásicos del jazz de los años 50 o 60. Para mí, como saxofonista, Dexter Gordon, para Caco, como guitarrista, Jim Hall...

Dices que el colectivo nace a raíz del Club que montaste, donde el jazz tiene mucha importancia, pero donde se dan cabida además a otros muchos estilos musicales y disciplinas artísticas. Hacía falta un sitio así en Logroño, ¿cómo valoras el tiempo que este local lleva abierto?.

Que cuesta. Hay que hacer un poco de todo. No se puede hacer un local enfocado a un sólo estilo de música. A la gente todavía le cuesta tener curiosidad para ir a escuchar cosas que no sabe qué son. También es un lugar de encuentro para los músicos u otro tipo de artistas, pero músicos principalmente. Es un sitio para poder tocar y realizar proyectos que tienes y necesitas un sitio para mostrarlos. Mi idea es que esto sea un lugar de actuaciones, de conciertos, un club de jueves a sábado y el resto de la semana un centro cultural.

Aceptas propuestas de todo tipo?

Sí. Veremos en qué día se puede poner o no, pero, sí, de todo tipo.

Vosotros sois uno de los dos grupos riojanos que actuáis en Munijazz 2008. Al final no podremos disfrutar de la voz de Cris, pero en su lugar, escucharemos a Gonzalo Zubillaga, un pianista y cantante venezolano, que ya ha colaborado con la formación en el pasado.

Cris no va a poder estar pero, dentro de lo que es la filosofía de este grupo, pues bueno, viene otro solista y estamos. Gonzalo es un gran artista y ha tocado ya en el Club. En vez de una cantante vamos a traer una voz masculina, que es más difícil de ver en jazz. Gonzalo es un artista venezolano multidisciplinar, es pintor, toca el piano, es cantante, ha estado en EEUU y ha recalado aquí en Logroño, está trabajando en la escuela “Piccolo y Saxo” y es muy buen cantante, con mucha personalidad y mucha fuerza. El repertorio que tocaremos en Munijazz 2008 serán clásicos de jazz de los años 50 y 60, habrá algún blues, temas de películas...

En este festival se intenta siempre que haya una importante presencia de riojanos, ¿cómo está el panorama del jazz en La Rioja?

A nivel de músicos, no hay muchos. Hay cinco, seis, ocho... a nivel de actuaciones, desde que se ha abierto el club, hay una actuación por semana. El Ayto. de Logroño ha organizado 4 días de jazz en verano, también el Museo Würth y las bodegas. Vamos, no sé por qué ha habido una eclosión del jazz, que me parece estupenda.

Una eclosión, pero no de músicos riojanos.

Claro, somos muy pocos y somos los mismos siempre, lo que pasa es que también el jazz tiene versatilidad. Hoy estoy con este y mañana con el otro. No es como el rock, que formas un grupo y tocas tu repertorio. Aunque seamos los mismos músicos nos vamos juntando unos con otros, nos vamos entremezclando. Riojanos, riojanos, estamos dos, pero también contamos al área de influencia. Por ejemplo, nuestro contrabajo es navarro y el batería es italiano, está dando clases en Pamplona y está viviendo en Pradejón. El panorama es pobre porque tampoco se ve cantera. No veo jóvenes de 18, 20 años seguidores, entonces el futuro del jazz aquí en La Rioja no es muy halagüeño.

Casi todos los componentes sois profesores de música jazz o aquí en “Picolo y Saxo” o en el Conservatorio de Pamplona. ¿Es difícil formarse en música jazz o es como el resto de estilos musicales?.

Es difícil, sí. Requiere muchos años de estudio, aprendizaje, disciplina y dedicación. Todos hemos estado fuera para formarnos. Ahora han puesto el Conservatorio de San Sebastián y el de Pamplona, que están algo más cerca. Pero de nada sirve tener conocimientos de armonía, si no hay un sitio donde puedas escuchar a la gente tocar y eso está en dos sitios o tres, como Madrid o Barcelona. Hay que dar ese paso y para eso tienes que salir fuera.

Parece que es más fácil entonces actuar que formarse.

Es todo ficticio lo de tocar jazz porque este estilo de música anda por unos derroteros cercanos a la música contemporánea. El jazz está muy abierto. Hay muchos tipos y estilos de jazz. Empezó en las estructuras más sencillas como el blues y luego se fue complicando, tanto para el músico como para el oyente.

El jazz está dirigido, por supuesto, a todo tipo de públicos, pero ¿no crees que esta música no se caracteriza precisamente por mover masas?, es decir, le gusta a un determinado tipo de público.

En el club vienen músicos de distinto talante y si no está el público muy metido en la música que se hace, puede pasar que no comprenda lo que se está haciendo. Entonces, a veces, en el museo, en las bodegas o en las amenizaciones se hace un jazz más cercano y ameno. El público que acude a estos eventos estivales puede que no esté preparado para escuchar estas cosas que se están haciendo ahora. La evolución del jazz va por unos caminos complicadísimos. Hay una parte del músico de jazz que es buscar lo que no se haya hecho antes. Más velocidad, más complejidad, frases más extrañas, menos melódicas, hasta que un público llega a entender ese tipo de música y entonces se da otro paso, no se sabe hacia dónde. De esa punta de lanza de evolución, cada vez hay un público más reducido.

¿Te gusta otro tipo de música que no sea el jazz?

Sí. El rock, el pop, el blues... yo toco en muchos grupos. No soy un tarado de esos del jazz. Me gustan muchas cosas y por eso el club es “multidetodo”, porque yo soy así.

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