La investigación del crimen de los Lirios concluye que el acusado ocultó pruebas y simuló un robo

Europa Press

28 de octubre de 2025 16:36 h

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Un inspector jefe de la Policía Nacional, máxima autoridad encargada del caso, ha afirmado que la conclusión de la investigación es que la víctima del crimen de Los Lirios -por el que un hombre está acusado de presuntamente asesinar a su mujer el 13 de octubre de 2020- “fue atacada” por su marido “de forma sorpresiva, con un objeto punzante y cortante causándole la muerte”.

En su extensa declaración ha destacado que éste ocultó pruebas, simuló un robo, dijo que era suicidio... “quería confundirnos. Ella se quería separar” y “el único que podría tener algún interés” (en su muerte) “era él”.

Considera también que ella era víctima de malos tratos psicológicos, algo que ve “normal” que “no supiera todo el mundo” por la situación que vive una mujer en esa situación pero que ya “iba a tomar la decisión de separarse. El cuándo iba a ser muy pronto. Ella estaba loca por salir de su casa” porque “tenían broncas monumentales”.

De forma contundente ha señalado que -durante la investigación del círculo íntimo- “no encontramos a nadie que le quisiera hacer daño (a la víctima). Nadie podría tener ningún interés. La única persona que pudiera tener alguno es su marido”.

Además, y preguntado sobre el porqué no hay ninguna prueba que incrimine al acusado, este Policía afirma que “él mismo se encargó de que no pudiéramos acceder al registro del móvil porque lo apagó la noche de los hechos” y, sobre el visionado de las cámaras, subraya, “no hemos podido probar que realizara dicho trayecto porque esas imágenes se borran automáticamente en un mes y, nosotros, en ese tiempo, no teníamos enfocada la investigación”. Así explica que “no hayamos podido aportar una prueba de cargo definitiva”.

También ha considerado “extraño” que el acusado cambiase de móvil apenas 20 días después del crimen. Algo “sorprendente” ya que justamente lo había hecho también mes y medio antes del suceso. Esto -ha dicho- “dificultó mucho la investigación para poder conocer las búsquedas de su móvil. Nos lo ocultó”.

Este martes se ha reanudado el juicio contra A.E.M., acusado de asesinato con alevosía al, presuntamente, matar a su mujer en el domicilio de Los Lirios de Logroño el 13 de octubre de 2020, al conocer que ella se quería divorciar. El Fiscal y la Acusación solicitan 22 años de cárcel para el acusado mientras que la defensa niega todos los hechos que incriminan a su cliente.

Una reconstrucción difícil

Corroborando la versión del resto de policías nacionales que han ido declarando en días anteriores en el juicio, el principal investigador sí que ha dejado claro al Juez y el Tribunal Popular que llegar a esta conclusión “nos llevó bastante tiempo”, es más, como ha añadido “reconstruir lo que pasó allí, aquella noche, es muy difícil” pero sí que ha querido dejar patente toda la investigación realizada posteriormente.

Así las cosas y preguntado el porqué habían llegado a estas conclusiones -afirma- “muchos testigos coincidían en que la víctima llevaba mucho tiempo pensando en el divorcio. Se sentía muy sola, no tenía cariño ni amor”. También se ha mostrado crítico con la versión del hijo de ambos al que le tomaron declaración tres veces, “y en cada una dijo una cosa”.

Para el investigador principal, la víctima “solo estaba esperando a que a su hijo le saliera bien la vendimia de 2020 para tomar la decisión de separarse” porque la vida del matrimonio era muy diferente entre sí.

“Mientras ella era una mujer que salía poco de casa, que tenía pocas amistades, que los contactos telefónicos eran escasos, en definitiva, que su vida era muy reducida”, el acusado tenía una vida “alegre e intensa”. “Estaba todo el día por ahí, no entraba en su casa y muchos días llegaba a casa bebido, algo que alteraba mucho a su mujer”. “La vida de uno y la del otro, contrastaba muchísimo”, ha afirmado.

Además, y con respecto a quién más podía tener llaves del domicilio donde ocurrieron los hechos, este agente policial asegura que fue el propio acusado quien -a voluntad propia- días después del suceso- dijo que “alguien más” -en concreto un amigo del matrimonio- “podía tenerlas”.

Ante este conocimiento, “como es normal, analizamos todo”, también los teléfonos, “pero no vimos nada extraño en ese vínculo. Sí que iba algún día a regar las plantas o a hacer cosas en el domicilio. Pero quedó desechado”.

Como ha proseguido en su relato, “aunque teníamos muchos indicios y muchas sospechas de que la mujer había sido atacada y objeto de un asesinato, no descartábamos al cien por cien la tesis del suicidio”, tal y como dijo en primer lugar el ahora procesado pero analizando “concienzudamente” la conducta y los hábitos de la víctima la descartamos; “no había ningún conflicto o agobio económico que pudiera hacernos pensar eso”.

Volviendo al día de los hechos, este agente policial explica que “todo empezó” la tarde del 13 de octubre de 2020 cuando el procesado llamó al 112 para decir que se había encontrado a su mujer muerta en el recibidor de su domicilio, alrededor de las 18,30 horas de la tarde.

Una vez acudieron los funcionarios policiales y forenses al lugar de los hechos, los primeros en llegar “pensaron que acudían a un suicidio” porque “así lo dijo” el ahora acusado.

Cuando observaron la escena “vieron que eso era imposible” y avisaron al inspector jefe de grupo porque “las primeras impresiones no cuadraban, había demasiada sangre, la escena era muy enrevesada y había elementos que no concordaban con ello”.

Afirma también que manipuló la escena para “simular un robo o un asalto” para “confundirnos”.

Confirma el investigador que el procesado “mantenía que esa tarde” cuando vio a su mujer muerta en el recibidor, “nos dijo que se había suicidado”. Es más, como ha reflejado el inspector, el procesado llamó a un hermano de la víctima para decirle: “Menuda putada me ha hecho” así como a otros familiares de su entorno a quienes les decía: “¿Por qué me habrá hecho esto?”.

A preguntas de la Fiscalía, el jefe policial ha explicado que “manipuló la escena del crimen para que cuando los investigadores llegaran pensaran que había habido un robo o un asalto” pero analizando todo ello “vimos que solo era para confundirnos. Pero nada de eso podía ser. Fue una burda manipulación”.

Tiene claro que el que accedió a la vivienda aquella noche “tenía llaves”, por lo que considera que “entró” sin hacer ruido. “Seguramente” mantuvieron una “fuerte discusión” y finalmente él le atacó. Ha indicado que la víctima no presenta señales de defensa porque fue de forma sorpresiva. “Su defensa fue nula o muy escasa”.

La defensa considera que “todo son opiones. No hay pruebas”

En la jornada de este martes, la defensa del acusado ha asegurado que no comparte la versión del inspector porque “todo esto se basa en interpretaciones, sospechas y opiniones. No hay pruebas”. En su discurso, la abogada ha afirmado que la Policía “no tiene ningún dato objetivo” que sustente lo dicho ni tampoco que “hubiera discusiones monumentales en el matrimonio”. Aun así y como ha querido reflejar: “Que discutieran no quiere decir que nadie matase a nadie. Todo son hipótesis”.

La defensa ha criticado también que en la declaración se han dicho cosas “que no estaban en los informes”. Es más ha constatado “contradicciones”. También ha criticado la letrada de defensa que no haya imágenes ni grabaciones del coche del acusado en la carretera, en su traslado de Gumiel de Mercado (Burgos) a Logroño la noche de los hechos, ni en las inmediaciones del domicilio de Los Lirios.

Es más -ha dicho- “no hay ni una sola grabación” en el tramo de las horas que, presuntamente, se cometió el crimen, es decir, “no hay grabaciones de 01,00 a 06,00 horas” en el entorno del domicilio de Los Lirios que pudieran hacer constar si el acusado pasó por allí o no. Y se ha preguntado: “¿Dónde están?”.

En definitiva, ha indicado, “ustedes -por la Policía- decidieron que él fuera el asesino. Nadie vio que el acusado matara a la víctima. No hay ninguna conclusión incriminatoria en su contra”.