Logroño recupera un escudo del siglo XVI que se expondrá en el Cubo del Revellín
La Concejalía de Patrimonio y Centro Histórico ha recuperado un escudo de la ciudad tallado en piedra de la segunda mitad del siglo XVI, que ya se encuentra expuesto al público en el Cubo del Revellín dentro de la muestra permanente referente al V Centenario del Sitio de Logroño.
La pieza, que originalmente se ubicaba en un antiguo edificio situado entre las calles Carnicerías, 14-16 y Marques de San Nicolás, 83, se encontraba en el Parque de Servicios Municipal, correctamente clasificada y protegida, donde había sido trasladada en el año 1998 tras el derribo de la construcción anterior, propiedad del Ayuntamiento de Logroño desde 1990.
“Gracias a su buen estado, así como a la labor de conservación llevada a cabo durante estos años por la Unidad de Arquitectura, Regeneración Urbana y Vivienda, el Parque de Servicios y los trabajos de documentación del Archivo Municipal tan solo ha sido necesario realizar un sencillo proceso de limpieza y restauración para su exhibición al público dentro de la exposición permanente del Cubo del Revellín, inaugurada hace un mes”, ha señalado el concejal de Patrimonio y Centro Histórico, Adrián Calonge.
Lienzo para explicar la heráldica de la ciudad
Actualmente, este escudo parte de la exposición permanente del Cubo del Revellín y sirve como lienzo de piedra para una proyección de videomapping de dos minutos, en la que se crea la ilusión con sus relieves, texturas y siluetas, que cobran vida para poder comprender mejor la heráldica de la ciudad y la información histórica que proporciona, que muchas veces pasa desapercibida o no es comprensible para el público general.
Así, gracias a esta animación, se pueden apreciar con detalle su puente fortificado sobre el Ebro, símbolo jacobeo y defensa de la entrada de la ciudad; o las Flores de Lis, que Carlos I de la Monarquía Hispánica y V Emperador de Alemania otorgó a Logroño el 5 de julio de 1523 y que formaron parte de la orla del escudo de la ciudad.
Con esta proyección también se puede apreciar la corona ducal que se incorporó en 1860 (pese a que la ciudad no ha pertenecido a un señorío ducal), así como el gran detalle de este escudo de los años 70 del siglo XVI, que presenta en perfecto estado de conservación las tres torres del puente, el detalle de las olas del Ebro y las tres Flores de Lis mencionadas anteriormente.
“Esta sencilla pero importante actuación supone un nuevo paso en la recuperación del patrimonio escondido de la ciudad, como hace unos meses, cuando tras otro proceso de restauración se incorporaron a esta exposición dos cañones de la batalla de San Bernabé”, ha añadido el concejal de Patrimonio y Centro Histórico.
La calle Carnicerías y su entorno, un espacio de gran relevancia histórica
El abastecimiento de carne a la población siempre ha sido una de las preocupaciones fundamentales de los concejos. Para ello hacía falta tanto garantizar el suministro del ganado como habilitar las infraestructuras de matanza (matadero) y distribución (carnicerías) necesarias.
Logroño disponía de la dehesa de Varea, de titularidad comunal, donde se apacentaba el ganado, también comunal, que aseguraba el suministro de la carne. La dehesa fue enajenada en uno de los procesos desamortizadores del siglo XIX, entre 1809 y 1813.
En la manzana de la calle Carnicerías a la calle Mayor se ubicaba, desde el siglo XVI, la carnicería que constaba tanto de las dependencias destinadas al sacrificio de las reses, como de los bancos destinados a la venta de la carne.
En este espacio, en una gran edificación −que iría desde el actual Carnicerías, 14-16 hasta Marqués de San Nicolás, 83− se ubicaba el escudo recuperado. En el vecindario del año 1772 la carnicería aparece identificada con el número 1100, con un portal anejo (que daba a la calle Mayor) numerado con el 1037 y la casa número 1099 que servía de tripería.
Este edificio estuvo en uso hasta comienzos del siglo XX y su demolición se llevó a cabo, en tres momentos diferentes, entre 1979 y 1998.
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