Menchaca: “Tenemos las cuentas claras y la conciencia tranquila”
El primer sentimiento que invade a Marcial Menchaca, presidente de Cáritas-Chavicar de La Rioja, es el de preocupación y tristeza “lo que más siento son esas 12 personas, familias que han perdido el trabajo, los 45 usuarios que utilizaban los talleres ahora cerrados, y los 40 profesionales que quedan y que hay que procurar seguir manteniendo”.
La noticia saltaba a los titulares el pasado jueves día 20, fatídica jornada para la Fundación Cáritas-Chavicar en La Rioja cuando anunciaba un ERE para 12 trabajadores y la consiguiente desatención a 40 personas por el cierre de sus centros ocupacionales donde se desarrollaban los talleres y que conformaban el área social de la entidad . De no tomar medidas estas medidas extremas, “el año que viene o en los sucesivos hubiéramos tenido que cerrar todo, no hubiéramos podido seguir funcionando”, asegura Menchaca.
La mayor parte de ese equipo afectado por el expediente de regulación de empleo son técnicos“ psicólogos, trabajadores sociales, educadores... procurábamos que en los centros se atendiera a los usuarios de una forma profesional”. Una plantilla que se repartía entre los centros de Calahorra, Santo Domingo y Logroño, ésta última la de mayor antigüedad
El trasfondo del desalentador desenlace se corresponde con la falta de recursos económicos de la entidad, que hasta el momento se nutría de fondos regionales, locales, europeos y de su propia autofinanciación, esta última a través de las otras dos áreas no afectadas la laboral y sobre todo de la de producción, con la recogida, tratamiento y venta simbólica en la tienda con corazón, “sacábamos el dinero para compensar las pérdidas de los dos últimos ejercicios porque no nos llegaba por el descenso de las cuantías de las subvenciones”.
El caso es que en esta coyuntura económica, Cáritas “ha triplicado sus atenciones”, pero este aumento se ha sucedido de una forma inversamente proporcional al descenso significativo de esas ayudas, provenientes de esos fondos europeos, de los que Menchaca explica que “desde 2007 han descendido muchísimo” o lde las recibidas del ayuntamiento logroñés que “son pequeñas y se destinan a para programas específicos, ayudan pero no se pueden comparar con las del gobierno”. A estás se suman la parte más cuantiosa, la aportada por los Servicios Sociales riojanos, con quien Cáritas-Chavicar mantenía un convenio que se venía firmando desde 2006, pero cuya última cuantía, de 147.000 euros -y según la consejera Sagrario Loza “más que suficientes”- Menchaca explica que “es para financiar los centros ocupacionales, pero entre la renta de esos locales y el personal, no nos llega ni con mucho para financiar esta parte social.”.
Poniendo como ejemplo la máxima cantidad que se ha percibido de la comunidad, 200.000 euros, antes de 2009, “el convenio no llegaba para soportarla mitad de los gastos del área social”. Además hay que valorar el hecho de que una vez aprobado el proyecto, “se firma el convenio y te dan el 50% estipulado, y el otro 50% en diciembre, cuando se justifica los gastos, y este año hemos firmado a finales de octubre, así que hasta percibir el resto de la subvención hemos estado atendiendo los centros con dinero propio..., todo ello ha hecho que sea inviable seguir firmando más convenios con la consejería”,y así lo manifestaron desde Cáritas-Chavicar en diciembre.
AUDITORÍAS EXTERNAS
Ante las insinuaciones de la consejera de que posiblemente “ algunos gastos no hayan sido los más correctos”, Menchaca mantiene que “todos los años presentamos nuestras cuentas anuales al Gobierno de La Rioja, auditadas además por un auditor externo para una mayor tranquilidad nuestra”. “Nos podían haber dicho en años anteriores que estábamos malgastando cuando presentábamos las cuentas, pero no ha sido así, de todas formas auí tenemos las cuentas claras, y nuestro presupuesto está muy ajustado a la demanda de la gente q tenemos”...tenemos la conciencia muy tranquila“...afirma.
En relación a la partida presupuestaria de 5 millones de euros para Servicios Sociales, Menchaca entiende que haya que repartirlo entre todos, dependientes, necesitados..., pero que “ellos que sigan con su política y nosotros con nuestros pobres, no quiero entrar, no es mi intención polemizar con nadie, ni dirigir la política de nadie, el gobierno sabe la política que llevará en servicios sociales, y gastar el dinero en lo que crea oportuno”.
MIRANDO AL FUTURO
Cáritas- Chavicar encara el futuro con el triste final de una etapa, pero con la esperanza de un plan de viabilidad donde “poder subsistir con nuestros propios medios...a medio plazo creo q esta autofinanciacion nos permita abrir otros centros, o seguir con talleres o invertirlo en las personas más necesitadas”.
Para tomar esta decisión se vieron en una encricijada, “tuvimos que optar por dos soluciones, salvar Chavicar (y para ello hacer el ERE) y hacer ahora un área socio-laboral que incluye ”una bolsa de empleo a la que ya acudieron en 2010, 1300 personas y colocamos a cerca de 200, y mantener los 3 talleres pre-laborales de soldadura, restauración muebles y reciclaje de ropa“. De esta forma se mantener los 40 puestos ”de los q casi el 50% provienen de personas de reinserción.“
Esta subsistencia planteada, puede ser posible con la ayuda de los ciudadanos, a los que Menchaca hace un llamamiento a “toda la sociedad riojana para que nos den lo que nos sobran en las casas, juguetes, muebles, ropa, los electrodomésticos...y que será el grueso de donde sacaremos el dinero para lograr nuestro plan”.
El primer sentimiento de Marcial era el de tristeza y el último en sus declaraciones a Rioja2 es de recuerdo a esas personas sin trabajo que están “hechos polvo y que llevaban masticando esta situación insostenible desde hace tiempo..porque se veía venir los recortes en lo social, en producción no podía ser porque es de donde sacamos parte para financiar precisamente lo anterior”. Para ellos les desea que “no pierdan la esperanza”, al igual que los alumnos de los talleres a los que recomienda “que vayan al centro social que les corresponda y sean atendidos por sus profesionales”, precisamente “en estas visitas están siendo guiados por los que han sido sus trabajadores sociales en la fundación”.
Con el dolor y el cansancio de atender a los medios en estos ajetreados días, Marcial se despide “soy un voluntario, no pienso más que en trabajar en la causa de ayudar al necesitado y lo seguiré haciendo con el corazón en la mano”.
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