Obama, la guerra y la paz
Barack Obama acaba de recibir el premio Nobel de la Paz por “sus extraordinarios esfuerzos para reforzar la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos y por su trabajo por un mundo sin armas nucleares”, según reconocía el propio Comité Nobel Noruego.
Sin embargo, el discurso de agradecimiento del mandatario estadounidense se ha alejado bastante del que podría emitir cualquier pacifista. El presidente de Estados Unidos ha afirmado que “en ocasiones” el uso de la fuerza está “justificado”, pero advirtió de que, incluso en esos casos, el país tiene la obligación de respetar las normas internacionales de la guerra.
Obama ha asegurado que los conflictos armados no van a ser erradicados
“en el curso de nuestra vida” y que, en ocasiones, los países se ven obligados a hacer la guerra justa. En ese sentido, aseguró que él no se quedará “parado” ante las amenazas contra Estados Unidos.
“Cuando la fuerza es necesaria, a nosotros mismos nos interesa moral y estratégicamente cumplir las normas de conducta”, afirmó. “Incluso cuando nos enfrentamos a un adversario perverso que no respeta las normas, creo que Estados Unidos debe seguir siendo un referente en la aplicación de las normas de la guerra”, añadió.
“Ése es el origen de nuestra fuerza y es por eso que he prohibido la tortura, es por eso que he ordenado el cierre de la prisión de la bahía de Guantánamo y es por eso que he reafirmado el compromiso de Estados Unidos con las Convenciones de Ginebra”, manifestó. “Nosotros mismos salimos perdiendo cada vez que ponemos en peligro los muchos ideales por los que luchamos y hacemos honor a esos ideales cuando los respetamos, no sólo en los momentos fáciles, también en los difíciles”, prosiguió.
Por otro lado, el presidente estadounidense ha reconocido la contradicción que existe en que se le haya concedido el galardón cuando hace apenas diez días ha ordenado una escalada de la guerra en Afganistán, al anunciar el envío de 30.000 soldados más.
Obama ha insistido en que la guerra no debe glorificarse y su coste es “elevado”, pero “los instrumentos de la guerra tienen un papel que jugar para mantener la paz”.
Ante la concesión de este premio, las organizaciones pro derechos humanos Human Rights Watch y Amnistía Internacional han aprovechado la oportunidad para instar a Obama a que renueve el liderazgo de Estados Unidos en materia de derechos humanos, después de que su posición retrocediera durante la guerra contra el terrorismo del ex presidente George W. Bush.
Tanto Human Rights Watch como Amnistía Internacional han hecho una evaluación ambivalente del historial de Obama en materia de derechos humanos, criticando que el pragmatismo adoptado por el nuevo presidente de EEUU ha supuesto en ocasiones la renuncia a poner sobre la mesa el tema de los derechos humanos en países como China, el mayor acreedor de Estados Unidos y un actor importante en los esfuerzos para superar la crisis financiera.
“Ha creado una falsa elección entre hablar claro enérgicamente sobre los derechos humanos o ser pragmático y conseguir resultados en otros temas”
, declaró sobre Obama el director ejecutivo de AI en Estados Unidos, Larry Cox, en una entrevista a Reuters.
Sin embargo, ambas organizaciones han aplaudido actuaciones de Obama como el cierre de la prisión militar de la Bahía de Guantánamo, en Cuba, el poner fin al programa de entregas secretas de la CIA, la adopción de un enfoque multilateral de la diplomacia y su intento por llegar al mundo musulmán.
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