Tablas que saben a poco
La Planilla ya ha visto en este 2020 sumar un punto. Lo hizo este domingo después de tres derrotas consecutivas del Calahorra como local. Un empate que hay que dar como bueno pese a que hubo opciones de haber logrado un triunfo que se resiste desde hace 9 jornadas, pero que también, en los minutos finales, pudo ser peor de no haber mediado la parada de Roberto tras un remante de cabeza de Pradera. En la clasificación, los hombres de Diego Martínez, que se estrenaba como anfitrión, cuentan con 5 puntos respecto al descenso. Pero evidentemente, urge conseguir una victoria que estimule y dé tranquilidad, además de quitar un peso de encima a los riojabajeños, que mostraron su mejor versión en los compases iniciales de cada tiempo.
El duelo comenzó con presencia de los rojillos en campo rival. Se intuían variantes no vistas con Sola. Así, Cristian suplía en el centro de la zaga al lesionado Alberto, mientras que Yasin hacía lo propio en el lateral por el sancionado Márquez. Kamal y Óscar Castro estaban en la sala de máquinas, mientras que Miguel Díaz y Rodrigo percutían por los costados, aunque el primero se metía por dentro para ganar la superioridad en el centro y dejar la banda a Yasin. Jorge Fernández y El Haddadi eran los referentes ofensivos, el primero iba más al apoyo, el segundo, en ruptura.
Con esa disposición, los de Diego Martínez quisieron imponer su ley, aunque costaba ante un rocoso Leioa que también iría mostrando su peligro con el paso de los minutos. La idea de los locales era llegar por los extremos. Yasin corría por su costado, pero a Sito le costaba percutir por su perfil. El caso es que un centro del navarro pudo ser el primero de la tarde, pero Morcillo impedía el certero remate de Rodrigo en boca de gol tras un pase de la muerte.
Una jugada que animó a los de Jon Ander Lambea con ataques cortos y cierta presencia en el área defendida por Roberto. Eso no quitó para que en el duelo aumentaran las imprecisiones y la falta de control ante la ausencia de continuidad, que no intensidad. Pese a todo, Jorge Fernández, desde el punto de penalti, fallaba en el remate tras un pase atrás de Miguel Díaz. La respuesta la daba Madrazo con un tiro desde fuera del área que Roberto mandaba a córner después de una jugada con cierta paciencia del Leioa.
El segundo tiempo empezó alocado con un Calahorra voluntarioso que quería llegar rápido a la portería de Iturrioz. Esa velocidad provocaba pérdidas, pero había ganas en recuperar rápido el cuero por lo que la pelota apenas le duraba a cada equipo unos segundos. En esa dinámica, El Haddadi encontró espacios y pudo correr para acabar tirando a puerta, pero muy centrado. Lo volvería a intentar Rodrigo, aunque su lanzamiento, se iría fuera.
Quería el cuadro rojillo ante un Leioa que no renunciaba a nada. Los locales lanzaban y luego buscaban la combinación. No querían pérdidas tontas en la elaboración. Mediado el segundo acto, Diego Martínez ponía en escena a José Ramón que suplía a un amonestado El Haddadi en la punta de lanza y para el último cuarto suplía a Rodrigo para dar entrada a Carralero por la izquierda. Movimientos que no afectaron la dinámica del encuentro y eso que Yurrebaso, otro hombre de refresco pero en el Leioa, le dio algo más de mordiente a los suyos con dos oportunidades consecutivas, una parada por Roberto y otra mandada a la grada.
Hasta la conclusión, nervios y emoción. Riesgos, cero y más fútbol directo. Ocasiones, sólo una. Un remate de cabeza de Pradera tras una falta lateral que mandó Roberto a córner. Una jugada que vino en el minuto 88 y que provocó que las tablas se dieran por aceptables por los rojillos que continúan sumando desde el cambio de entrenador, pero también siguen acumulando jornadas, ya son 9, sin lograr la victoria.
Foto: CD Calahorra
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