Víctor campeón de promoción: La cabeza puede al músculo
El ezcarayense Víctor Esteban venció, gracias a una estrategia bien estudiada y a una perfecta ejecución de la misma, a la portentosa zurda de un novato que aspira a lo más alto: Iker Irribarria. El riojalteño cambió totalmente su estilo de juego, basado en “atrasar el pelotazo” y dominar al rival en potencia, por unos arriesgados remates desde cualquier posición, además de un muy buen aprovechamiento de la jugada inicial de cada tanto.
Reconoció Víctor al final del partido que había estudiado muy bien a su oponente, junto a su botillero “Pablito” Berasaluze (al que le dedicó sinceros elogios, ya con la boina calzada). Ambos, reconociendo la superioridad de Irribarria en el peloteo, decidieron salir a jugársela desde el principio, moviendo constantemente al neo profesional de Aspe. También se plantearon sacar partido de la supuesta bisoñez del guipuzcoano y a su condición de zurdo, por lo que el pequeño de los Esteban alternó magistralmente saques largos, a la derecha, o cortos rozando la falta, para conseguir con el disparo inicial no solo 5 tantos directos, sino que Iker entregara la pelota (bien para el remate ganador, bien para sacudir otro pelotazo claro.
Y menos mal, porque Iker Irribarria impone cuando suelta la zurda, sea a bote o de sotamano. Natural de Arama (Guipúzcoa), y nieto de riojano, cumplirá 19 años en julio. Se trata de un mocetón de 1,87 que apenas falla, con buenas piernas, y que lleva en profesionales apenas desde marzo de este año. Si Víctor ya estaba hace meses para jugar con los “primeras”, se lo ha tenido que ganar con el triunfo del manomanista de promoción. Pero si a Irribarria le hubieran permitido jugar ya en el campeonato grande, sin duda hubiera dado más de un susto a los capos de la pelota a mano.
Con gran ambiente en la grada (sobre todo en el rebote, donde se encontraban los más ruidosos seguidores de cada pelotari, de azul los de Irri, de rojo los de Víctor), el partido se jugó en el histórico y precioso frontón Beotibar de Tolosa, un recinto de finales del siglo XIX en el que se ve la pelota como si estuvieras dentro de la cancha.
La contienda comenzó igualada, con nervios y poco peloteo en los primeros tantos. Para empatar a 2, el riojano sorprendió con un gancho a la punta desde el cuatro y medio. Fue la primera muestra del partido que planteaba el de Asegarce: nada de tantos largos a ver quién acogotaba al rival, sino jugársela a la primera oportunidad, incluso forzando la situación si era menester. El 3 a 2 para el de Ezcaray cayó de fallo del rival cuando mandó de sotamano de derecha la bola al colchón superior. Pero con los pocos golpeos vistos, ya se veía que el poder del guipuzcoano era brutal, incluso con la diestra: Con la mano mala pasó por encima Iker al contrario para el empate a 3, tras un saque-gancho de Víctor no tan ajustado como el primero.
Recuperó la magia nuestro paisano en el siguiente, parando la pelota de gancho en la pared, tanto que supuso el inicio de su tacada más relevante (y que a la postre resultó definitiva), la que le llevó del 3 iguales al 12 a 3. Para estos tantos Víctor sacó a relucir su estrategia con el saque y el remate a vuelta de resto, de manera que solo el 10 a 3 fue algo más peloteado (lo ganó el de Asegarce moviendo al rival por toda la cancha, marcando el gancho, y pasando al de Aspe tras alcanzar una dejada desesperada del guipuzcoano).
A partir de este momento Víctor supo mantener la ventaja, defendiendo cada pelotazo a muerte, y jugándosela sin temblarle el pulso a la primera oportunidad. Así, Irribarria acortó distancias del 12 a 3 al 7-12, pero por fin Víctor, restó de aire, soportó los pelotazos del rival, pasó a dominar gracias a un buen sotamano de diestra, y acabó el punto de castañazo atrás que Iker no pudo llevar a buena con la derecha. Otro buen ejemplo del tesón del riojalteño fue el 14 a 9, en el que volvió a defender sin descanso, devolviendo incluso una pelota de aire desde detrás del cuadro 7, a cuya vuelta Irribarria falló estrepitosamente con todo el frontón para él.
De nuevo encadenó unos tantos seguidos el de Asegarce para escaparse hasta el 17-9, merced a dos remates a vuelta de resto y otro punto con el saque. Sentóse Irribarria, mientras que Víctor y Berasaluze conversaban de pie. Si en cualquier partido esta ventaja resultaría definitiva, la impresionante pegada de Irribarria no permitía la relajación en la afición riojana.
Víctor falló el siguiente saque-gancho, lo que propició que el guipuzcoano sumara otros dos tantos con el saque a su favor (de saque-pelotazo y de saque-dejada), poniendo el marcador en 12 a 17. Pero falló el neo profesional a continuación, enviando arriba con la derecha la pelota al defender un gancho del pelotari ezcarayense. Un pelotazo atrás ganador, tras sacar a la derecha, puso el 19 a 12 en el luminoso tolosarra, pero todavía el pequeño de los Esteban tendría que sudar la camiseta para alcanzar la preciada “txapela”…
Siguiendo el guión previsto, Víctor se jugó el gancho desde el cuatro y medio, pero la esfera impactó en la chapa (13-19). Sacó Iker, ¡y Víctor se jugó la dejada desde el cuadro 8! Lastimosamente, pegó de nuevo en la chapa (14-19). El 15 a 19 provino de un pelotazo cruzado de Irribarria con la derecha. Tensión en el frontón, con descanso solicitado por Berasaluze II, “el ratón de Berriz”. Enseguida se levantó el rezagado, mientras que el botillero contuvo a su pupilo hasta que el juez determinó el final del descanso, a pesar de la sonora pitada de los aficionados guipuzcoanos. Continuaba la guerra psicológica en la cancha…
Marró Víctor el resto de saque al no empalmar correctamente su diestra (16 a 19), acongojando otro poquito a los fans riojanos. A todos, menos al propio Víctor, que siguió empecinado en defender cada bola, esperando su oportunidad.
La pelota a mano tiene aún detalles que le alejan de los grandes deportes de masas: los pelotaris comparten vestuario, los aficionados aplauden el último tanto, independientemente de sus preferencias… O el calentamiento, que se realiza compartiendo frontis los contendientes.
Pues bien, durante el calentamiento de manos previo a la final, Irribarria practicó reiteradamente la cortada de zurda al ancho, cada vez que la pelota se le quedaba “a huevo” para el remate. Lo debió archivar Víctor en su cerebro, y bien que le vino en el momento determinante de la final: Con 16 a 19, dominaba Iker con pelotazos tremendos, defendiéndose el riojano desesperadamente de volea o de gancho; Terminó entregando la pelota el ezcarayense, que quedó plácida para que el de Arama pusiera la puntilla; Pero Víctor arrancó a correr al ancho, antes incluso de que el otro conectara la cortada de zurda, alcanzó la bola, y la cruzó a la pared pasando al sorprendido Irribarria. Fue el 20 a 16, crucial para frenar el aliento en la nuca que ya estaba empezando a sentir nuestro paisano.
Dominando el siguiente peloteo, Víctor se jugó el gancho desde el 4, logrando el deseado 21. Pero aún se resistió un tanto más la joven promesa de Aspe, alcanzando el saque-gancho posterior para soltar un largo pelotazo con la diestra, parando a continuación la pelota suavemente tras la esforzada defensa de Víctor, (17-21).
Pero la final ya hacía rato que estaba decantada hacia el riojano, que solo esperaba que uno de sus arriesgados remates fuera acompañado de la suerte. Y así fue en el último tanto, ya que el de Asegarce cortó de potente gancho el saque, colocando la bola en la puntita del ancho, sin que el rival pudiera alcanzarla. 22 a 17 y euforia: Víctor da el paso definitivo para jugar por méritos propios en primera categoría.
DATOS y DETALLES
Casi se llenó el histórico Beotibar de Tolosa.
Alegre presencia de seguidores de Víctor en la grada, sobre todo en el rebote.
52 minutos de partido.
Víctor: 19 tantos (5 de saque), 7 fallos (uno de ellos de resto fácil).
Irribarria: 9 tantos (uno de saque), 3 fallos.
La lesión de Bengoetxea amenaza el debú de Darío
La prevista final del mano a mano de primera para el domingo 14 está en duda, ya que Oinatz Bengoetxea se fastidió un dedo de su mano izquierda durante un entrenamiento, el viernes pasado. El posible aplazamiento de la final puede complicar el debú del delantero de Ezcaray Darío Gómez, el día 21. De todas formas, el vistoso y esperado jugador riojalteño debutará en profesionales más pronto que tarde, una nueva alegría para la afición riojana.
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