Isabel Díaz Ayuso irrumpió este fin de semana desde Austin en la retransmisión del Gran Premio de las Américas de Fórmula 1 de Dazn, donde explicó que su viaje a Texas tenía como objetivo “conocer de primera mano cómo se organiza” una prueba de estas características y también el diseño de la movilidad para un espectáculo al que acuden cientos de miles de personas. Así justificó el viaje a Austin, una pequeña ciudad de Texas que no llega al millón de habitantes. La presidenta de la Comunidad de Madrid decidió viajar en persona al circuito porque, según contó en la entrevista previa a la carrera: “Es algo que hay que ver desde dentro de la dimensión y de la magnitud de un evento como este”. En la cadena que tiene los derechos de retransmisión de la Fórmula 1, Ayuso adelantó que las obras para el circuito urbano de Madrid que acogerá el Gran Premio el año próximo “van más rápido de lo esperado” y “en los próximos días empezará el asfaltado”.
Es el quinto viaje que realiza a Estados Unidos desde que es presidenta y en Austin tuvo tiempo de fotografiarse con el piloto madrileño Carlos Sainz (hijo), que le regaló unos guantes firmados, y de reunirse con Stefano Domenicali, el CEO de la competición que Madrid acogerá el próximo septiembre. Su presencia en Texas la aprovechó para conceder pequeñas entrevistas a algunos diarios deportivos españoles sobre los preparativos del Gran Premio de Madrid, una de las grandes apuestas de su Gobierno.
Ayuso visitó el paddock, posó con un polo de la escudería Ferrari con el casco en la mano y contó a la prensa deportiva las bondades que la Fórmula 1 llevará no solo a Madrid, también, dijo, a provincias limítrofes como Segovia, Guadalajara, Cuenca, Toledo y Ávila. Todas se van a beneficiar, según la presidenta regional del Gran Premio de Madrid. Su presencia en el circuito fue la razón fundamental que esgrimió el Gobierno de la Comunidad para justificar ese “viaje institucional” que coincide con el fin de semana de su 47º cumpleaños.
Desde el jueves y hasta este miércoles, cuando retome la actividad ya de vuelta en España, la presidenta ha aprovechado también para visitar las sedes de algunas empresas tecnológicas como Amazon, Cloudera y Cisco. En la sede de esta última tecnológica, a la que ha contratado para “reforzar la protección sensible de su administración”, directivos de la firma le correspondieron con una tarta y le cantaron el “cumpleaños feliz” en castellano, antes de que la presidenta soplase una vela.
Aunque el propósito de la expedición, según anunció el Gobierno regional, era la captación de inversiones para la región, lo que justificó su departamento de Comunicación fue un convenio para formar en tres años a 50.000 alumnos y profesores de la FP con asignaturas extraescolares relacionadas con la Inteligencia Artificial y un contrato, cuyo coste no se ha explicitado, para proteger las comunicaciones de la administración regional, así como un laboratorio de datos, en colaboración con la multinacional Cloudera, para salvaguardar los datos de la Administración regional y que, según publicitó su equipo, será “el mayor de Europa”.
Entre los anuncios figura la creación de un “Nodo de Industria e Innovación en Defensa y Seguridad para uso militar y civil” que, según el Gobierno regional, planea situar a Madrid también “como referencia en Europa”. Será, según explicó a un grupo de empresarios norteamericanos, “una plataforma en la que integrar a todos los actores del sector, pequeñas y grandes empresas, universidades y centros de investigación”.
De momento, nadie del gabinete de Ayuso ha facilitado las cifras del desembolso que supondrán estos compromisos para las arcas públicas madrileñas ni si alguna de esas empresas tecnológicas planea inversiones en la región, más allá de los encargos recibidos de la presidenta.
En su periplo por la ciudad tuvo tiempo de verse con el alcalde de Austin, Kirk Watson, al que, según el gabinete de Comunicación de la presidenta, le presentó las políticas de vivienda de la Comunidad de Madrid como “modelo de gestión pública innovadora”.
Antes de regresar, en un foro con empresarios, Ayuso vendió Madrid como “la única región de España sin impuestos propios”. Animó a potenciales inversores a aterrizar en Madrid, “con el IRPF más bajo del país” y “una deducción pionera del 20% en el tramo autonómico de ese tributo para nuevas inversiones de personas que hayan vivido fuera de España en los últimos cinco años”.
El programa en Austin incluyó, además, una visita a la Universidad de Texas, según destacó el Gobierno madrileño, la séptima en el ranking de universidades públicas de Estados Unidos.
La oposición ha puesto el grito en el cielo porque la visita a la universidad texana se produjo días después de que la Universidad Complutense de Madrid hiciese una llamada de auxilio porque ya no puede pagar las nóminas y solicitase un crédito de 35 millones de euros precisamente al Gobierno de Madrid, que tiene todas las competencias en Educación. El mismo jueves, antes de subirse al avión rumbo a Texas, Ayuso había firmado la destitución de la viceconsejera responsable de Universidades, Ana Ramírez, a la que ha sustituido por una diputada regional de la máxima confianza de la presidenta, Mercedes Zarzalejo, la misma que había liderado la investigación sobre Begoña Gómez en el parlamento regional. La siguiente universidad pública en pedir el rescate será la Rey Juan Carlos, según su rector, “la peor financiada de España”.
Mientras todo eso pasa en Madrid, Ayuso se citó con la vicerrectora y directora general de Internacionalización de la University of Texas at Austin, Sonia Feigenbaum. Según la nota de prensa de la Comunidad, allí “ha defendido la importancia de la internacionalización universitaria y la colaboración con los centros de estudios superiores de otros países para enriquecerse mutuamente”.
Más Madrid se ha preguntado directamente este lunes por qué se paga con dinero público “la fiesta de cumple” de la presidenta, que tuvo lugar el pasado viernes, y ha registrado una proposición no de ley en la Asamblea para que ese tipo de viajes al extranjero puedan ser fiscalizados e incluso evaluados de antemano y conocer el coste, los resultados y las personas desplazadas.
La portavoz socialista, Mar Espinar, ha recordado que es el segundo cumpleaños consecutivo que Ayuso viaja a Estados Unidos, a cargo de las arcas de la Comunidad de Madrid y se ha preguntado si se ha invitado a algún “ciudadano particular”, en referencia a su pareja, Alberto González Amador.
El portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Íñigo Henríquez de Luna, cuestionó la entidad de la agenda pública desarrollada en Estados Unidos y aseguró que la presencia de Ayuso es “mucho más importante en Madrid que en el extranjero”.
No solo el viaje, la apuesta del Gobierno de Ayuso por los grandes eventos y por la Fórmula 1 desata todo tipo de recelos en los partidos de la oposición, que recuerdan el despilfarro que supuso en Valencia la Fórmula 1 cuando otro dirigente del PP, Francisco Camps, se empeñó en su celebración, y ha espantado ya a uno de los socios de IFEMA, la empresa que explota el recinto ferial de la capital. La fundación Montemadrid ha abandonado el accionariado tras rechazar la llegada de la Fórmula 1 que supone un riesgo de 270 millones para las cuentas de la entidad que gestiona las ferias y los congresos.