Ojalá… desayunos así todos los días

El establecimiento de la crónica mordisquera de hoy, el Ojalá, pertenece al Grupo La Musa,  nacido en Malasaña, hace ya 19 años, con el Restaurante La Musa y cuyo leitmotiv es crear espacios diferentes y agradables donde disfrutar de buenos platos. Os dejo de música de fondo una animosa y conocida canción de Nina Simone.

https://www.youtube.com/watch?v=mZVQmJVXDkk

El local es muy curioso, tiene una decoración bastante peculiar, una zona separada por puerta acristalada con apertura de la misma mediante pulsador hongo, lámparas formadas por tarros con bombillas y plantas colgantes y barra abierta estilo isla casera. Hablando de mar, para el que le apetezca sentirse como en la playa, proponen una zona, abierta a partir de las 18.00, con cojines, mesitas bajas y ¡arena! Yo soy poco dada a la arena y su manía de adherirse al cuerpo, soy más pez de roca, pero bueno, cada uno con sus gustos. La foto del local está un tanto torcida pero es que las mañanas, en general, me cuestan; bueno, en realidad las 24 horas del día me cuestan.

E. y yo estamos decididas a desayunar como las Sras. que somos (glups, creo que a E. esto no le va a gustar) así que, tras revisar la carta y apetecernos varios de los desayunos que ofrecen, nos decantamos por dos tipo brunch. Sí, exacto, esos que consisten en varias cositas dulces y saladas para ponerse uno hasta las orejas a media mañana y así vivir el resto del día con esa sensación de sopor e indolencia propia de merendola en dacha de novela rusa.

Todos los brunchs ofrecen, para elegir, café o infusión y zumo natural/cerveza/vino de la casa o refresco. E. se decanta por café, un cappuccino, delicadamente servido en una tacita que parece, por el color, de cerámica de La Cartuja, pero tal vez sea inglesa o china, ahora todo es chino. Yo pido algo con chocolate y frío, me traen Cola-Cao para hacerme con leche fría… Me encanta recuperar esta bebida. Toda la vida he desayunado Cola-Cao frío, hasta hace unos años que, por vagancia o por nostalgia, aún no lo sé, me dedico al Cacaolat. Me ha gustado poner el Cola-Cao, removerlo bien con una pequeña dosis de leche fría y luego ir añadiendo poco a poco el resto de la misma, es una rutina simpática, tal vez la recupere para mi vida diaria. Además, estaba bien rico, fresco, suave y con algún pequeño grumo explosivo; sí, esos que si son demasiado grandes te atragantas.

Por otra parte, elegimos las dos zumo de naranja, ¡qué sanas! Nada de alcohol a primera hora, a eso lo llamo yo ser disciplinadas y responsables, así me gusta. Nos sirven los zumos, recién exprimidos y de naranjas dulces y sabrosas, en unas bonitas minibotellas con pajas de lunarcitos, ¡cuquis recuquis!

E. ha elegido el brunch Villano (12 €), el cual incluye pan payés, tortilla de patata, jamón serrano, tomate rallado, ensalada verde con escamas de parmesano y yogur con muesli. La tortilla está demasiado poco hecha para el gusto de E. así que pide que se la hagan más. La ensalada verde le aporta un toque de frescor adecuado al conjunto. E. necesita ayuda para acabar el desayuno y a mí siempre me han dicho que no se debe dejar nada en el plato, así que “le ayudo” tomándome un trozo de tortilla, que está bien, aunque yo la hubiera preferido como la trajeron, es decir, menos hecha.

Yo elijo el Oslo (12 €), necesito frescor, frío, necesito un país nórdico que me haga olvidar un verano que ha sido inacabable. Lleva pan de centeno ecológico, salmón ahumado, huevos revueltos, ricotta con tapenade y yogur con muesli. Aunque en realidad no había pan de centeno, una pena, así que me dan el mismo pan que a E., el cual está bueno, con miga densa, bien tostado y corteza crujiente. Los huevos revueltos están tal vez demasiado hechos, pero son ricos y resultan energéticos. Lo que denominan ricotta es un queso de untar, no es ricotta porque no tiene ni la cremosidad granulosa ni el retrogusto lácteo y poco ácido de este queso tradicional del sur de Italia. Se les olvida la tapenade (y a mí también, me doy cuenta al ver las fotos, estoy fatal). Unto el queso en la tostada y pongo encima el salmón, que tiene la textura blanda-firme adecuada y sabor agradable. Como todos los salmones ahumados en la actualidad no tiene matiz ahumado. Me gustaría que alguien me explicara el motivo por el que el salmón ahumado, ahora, no sabe a ahumado; cuando yo era pequeña sí sabía. De postre el yogur, suavísimo y, parece, casero, con muesli crujiente y delicado. En conjunto resulta un brunch sabroso, fresco y energético.

Como podéis ver los Humberts ya han vuelto y Humbert II sigue tan dormido como siempre, parece que el viaje no ha cambiado nada. Humbert I dice que uno debe ser positivo, que la energía positiva es importante, hay que sonreír a la vida para que te sonría y ese tipo de frases hechas. Yo le digo que, con todo mi respeto, esa forma de pensar me parece de memos. Le comento que yo, como todos, siempre he tratado de ser feliz y he aprendido a ser medianamente feliz o a convivir más o menos bien conmigo misma (y, en consecuencia, con el entorno; bueno con el entorno con el que todavía me relaciono, el cual es menguante como la luna; uhm, debo reflexionar sobre esta cuestión), pero de ahí a pensar que sonriendo y mostrándose positivo la vida se convierte en un monte con cabras que te dicen ciao (le caprette ti fanno ciao). Humbert I se enfada y me dice que soy una petarda, negativa y deprimente y que la vida es bonita, sin mí. Yo le sonrío, a ver si él me devuelve la sonrisa, pero no, se va un pelín rabioso.

Sin duda, el Ojalá es un buen sitio para disfrutar de una amplia variedad de brunchs o ir a comer, merendar o cenar pues tienen una carta bien surtida. El sitio es agradable, los desayunos son abundantes y sabrosones y, además de un bonito local, tienen playa de interior y una amplia terraza para épocas cálidas. Es un establecimiento alegre y original. brunchs

P.S. ¡Oh cielos, qué horror, Leoncio, me han salido las fotos como si fueran de Instagram! Y lo peor es que no llevan filtros. ¡¿Se estará convirtiendo mi vida en una galería de fotos de Instagram?! Todo guay//todo clarito//todo alegría//y todo bonito... ¡y encima con rima (abcb)! Miedo me da.