Cuatro bustos de arcilla de los presidenciables esperan su turno en el Museo de Cera

Los bustos de barro de Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera que el Museo de Cera encargó antes de las elecciones del 20 de diciembre aún siguen esperando, como todos los españoles de a pie, que haya un acuerdo de gobierno para ponerle cara, por fin, al presidente de España.

Porque aunque Rajoy está completamente convencido de que las cuentas le permitirán ser investido Presidente, las quinielas auguran que los números no le darán los avales necesarios para conseguirlo y tocará seguir esperando. Una espera que, para las cabezas de barro de los presidenciables, es aún más dura de llevar, por los cuidados que requiere su mantenimiento.

Conservadas bajo un paño húmedo, necesitan ser pulverizadas con agua cada 48 horas para que no se sequen ni se rompan. Así desde hace ya nueve meses –y los que parece aún nos quedan por delante si finalmente hay que convocar terceras elecciones–, cuando a los responsables del Museo de Cera se les ocurrió hacer un debate «cara a cera» entre los cuatro candidatos, explica su director, Gonzalo Presa, a Interviú.

En tan solo unas 48 horas, el artista plástico José Luis Serzo tuvo que terminar tres de las esculturas (las de Rajoy, Sánchez e Iglesias) pues la de Rivera ya estaba finalizada. De una de ellas se obtendrá el molde de silicona reforzada con escayola donde se fundirá la cera que dará vida a la escultura del nuevo presidente español.

El programa Espejo Público decidió acercarse al Museo de Cera a ver esos cuatro bustos que esperan en uno de sus almacenes, pacientemente, la decisión del Congreso de los Diputados. Recibidos por Presa, las cámaras retrataron en directo la fisionomía de los rostros de barro, con todo tipo de detalles como la icónica coleta de Iglesias, que hace que sea la que pesa más.

Aún contando con que finalmente Rajoy consiga los apoyos necesarios para ser el nuevo presidente del país, su “alter ego” de cera tardaría aún unos cuatro meses en instalarse en las salas del Museo de Cera, tiempo aproximado que se requiere para realizar una figura de cera.