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Mes de junio redondo para López Miras

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A veces sucede en la vida que tienes varios problemas complicados y de repente, sorprendentemente, se resuelven una detrás de otro. Esto es lo que ha sucedido a López Miras este mes. Empezaba junio con varios asuntos complicados, la sombra del avance de Vox en la Región, la amenaza de la candidatura de Patricia Fernández al Congreso regional del Partido Popular, la permanente mancha del transfuguismo en su Gobierno, y acababa el mes con el debate del Estado de la Región.

Pues bien, cada cuestión se ha ido resolviendo a su favor de una forma u otra. El gran resultado obtenido por el PP en Andalucía ha hecho que hayamos pasado de la duda de si el PP ganaría en la Región las próximas elecciones autonómicas, a que la incertidumbre se sitúe en saber si va a obtener o no mayoría absoluta. Aunque el peligro de los estados de opinión es que son volubles y que todavía quedan once meses para las elecciones, y este tiempo, en política, es mucho tiempo. Recordemos que en mayo de 2018 daban las encuestas a Ciudadanos como fuerza más votada, y un año después, obtuvo con Isabel Franco de cabeza de lista, seis disputados. Y que ya hemos sufrido en  los últimos años situaciones imprevistas, que de forma repentina, cambian el tablero político.

Otra cuestión que le quitaba el sueño era la amenaza de Patricia Fernández. La fontanería de Feijóo, con buen criterio, ha evitado que haya un Congreso con dos candidatos, con el peligro real de dividir el partido. Sin embargo, la gran perdedora de este envite ha sido la alcaldesa de Archena. No es razonable estar dos años manifestando públicamente tu intención de disputarle el liderazgo a López Miras y luego, a la hora de la verdad, no presentarse, y  dejar desamparados a los afiliados que de buena fe le han apoyado. Sucede como con las querellas, que no se anuncian, se interponen. Más vale perderlo todo en un envite, que perderlo todo poco a poco sin plantear batalla. Me gustaría equivocarme, porque Patricia Fernández significaba una renovación en el PP, pero no le auguro una gran carrera política a Patricia más allá del término municipal de Archena.

En relación con los tránsfugas parece ser que el equipo de Feijóo ya le ha dicho a López Miras que  esta situación no es razonable y que debe ir eliminándolos poco a poco de su Gobierno, empezando por la Portavocía. De nuevo, Andalucía le ha abierto el camino para solventarlo y parece ser que va a utilizar la “fórmula Juan Marín”. Si han seguido la campaña andaluza, verán que Juan Marín ha sido el fiel escudero de Juanma Moreno y ha defendido su gestión a capa y espada en la campaña y en los dos debates televisados. Termina las elecciones sin obtener su escaño, y de forma muy digna renuncia a todos los cargos, olvidándose que ya no tiene ningún cargo que dimitir. Posteriormente, hace una ronda de despedida por todos los medios de comunicación, como si fuera el JFK andaluz. Y ahora, parece que va a aceptar un cargo de adjunto al Defensor del Pueblo andaluz. En fin, una limosna, que supongo que la preferirá a volver a su trabajo anterior en una relojería en Sanlúcar de Barrameda. Pues bien, esta fórmula la puede utilizar López Miras con los tránsfugas murcianos, con la diferencia de que muchos de ellos no tienen una relojería a la que volver.

Y ya, por último, tenía al final de mes el Debate del Estado de la Región. Pues bien, oyendo el discurso de algunos, especialmente de los exdiputados de  Ciudadanos y de Vox, he sentido vergüenza ajena, porque más bien que en un debate político parecía una entrevista de trabajo, en la que Liarte y Paco Álvarez, elogiaban de forma exagerada a López Miras con la esperanza de que los trate a ellos como Juanma Moreno a Juan Marín, una especie de “Método Grönhoml”, en la que los candidatos se esforzaban para obtener un puestecito para la siguiente legislatura, y todo ello, sin ir al cine ni al teatro.

Y mientras tanto el PSOE con cara de susto todavía por lo de Andalucía. La imagen del Gobierno nacional no es buena por la  división con sus socios en temas importantes, así como por los acuerdos con nacionalistas, los cuales tienen mala prensa en la mayor parte de España y están desgastando mucho la marca socialista. Y lo peor de todo, es que llevan en la Región demasiado tiempo sin ilusionar a sus votantes y sin empatizar con los sectores productivos, dando la sensación que están cómodos en su labor de oposición.

En fin, que López Miras disfrute de este junio victorioso, que estas situaciones en política duran poco, que descanse si puede, que se dé algún baño en su querido Hornillo y que recargue pilas, ya que a la vuelta de las vacaciones le espera el inicio de un año político duro y exigente con las elecciones de mayo de 2023 a la vuelta de la esquina.

A veces sucede en la vida que tienes varios problemas complicados y de repente, sorprendentemente, se resuelven una detrás de otro. Esto es lo que ha sucedido a López Miras este mes. Empezaba junio con varios asuntos complicados, la sombra del avance de Vox en la Región, la amenaza de la candidatura de Patricia Fernández al Congreso regional del Partido Popular, la permanente mancha del transfuguismo en su Gobierno, y acababa el mes con el debate del Estado de la Región.

Pues bien, cada cuestión se ha ido resolviendo a su favor de una forma u otra. El gran resultado obtenido por el PP en Andalucía ha hecho que hayamos pasado de la duda de si el PP ganaría en la Región las próximas elecciones autonómicas, a que la incertidumbre se sitúe en saber si va a obtener o no mayoría absoluta. Aunque el peligro de los estados de opinión es que son volubles y que todavía quedan once meses para las elecciones, y este tiempo, en política, es mucho tiempo. Recordemos que en mayo de 2018 daban las encuestas a Ciudadanos como fuerza más votada, y un año después, obtuvo con Isabel Franco de cabeza de lista, seis disputados. Y que ya hemos sufrido en  los últimos años situaciones imprevistas, que de forma repentina, cambian el tablero político.