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La víctima (Un operario no-eficaz)

En la última actuación de Isabelle Huppert, en Elle, una película de Verhoeven, la víctima de una violación actúa con decisión y fuerza para superar el episodio. Retoma su vida sin dejarse amilanar, sin recluirse en el dolor sufrido, negándose a ser víctima como apunta Isabel Navarro en su acertado artículo.

Parémonos un instante en la frase utilizada por la periodista y poeta. “No ser una víctima”. Me aclara Isabel Navarro en mensaje privado que se refería a que el personaje de Huppert no se limita a actuar como víctima pasiva, sino que es activa y toma su vida en sus manos.

Pero tomemos la frase como un síntoma. Quiero decir: ¿qué imagen o qué opinión tenemos la gente de a pie de una víctima? ¿Qué imágenes inconscientes, qué connotaciones vienen a la mente al pronunciar “víctima”? ¿Campos de concentración? ¿Refugiados muriendo de frío? ¿Mujeres que mienten en tribunales para obtener mejoras en su divorcio? ¿Mujeres que se recluyen en su casa para llorar? ¿Ciudadanos privilegiados a los que les dan subvenciones y ayudas del erario público (mientras que a nosotros no)? ¿Enfermas? ¿Incapacitados? ¿A Jessica Lange en King Kong?

No es sencillo superar los problemas, cualquier problema. Es difícil que tras sufrir una agresión, alguien se levante, recoja los escombros y vuelva a su casa, a su trabajo, a su vida normal sin tener pesadillas. El trauma puede, además, afectar a familiares y amigos, puede incluso alargarse durante décadas. Se necesita ayuda, paciencia, sistemas que ayuden a superar tanto psíquica como socialmente.

Las asociaciones de víctimas de cualquier tipo necesitan nuestra implicación. Pero no podemos nunca esperar la pronta recuperación de todos por igual. Hay víctimas que necesitan llorar durante años, pensar, alejarse del mundo, acudir a un médico, volver a llorar, negarse a trabajar, dar vueltas a lo que pasó hasta entenderlo o volver a llorar a gritos. Es su derecho.

Porque además, hay una intención debajo de este “fervorín”* positivista, quizás el pensamiento positivo aplicado a la autoayuda sea otro de esos favores que le hacemos al discurso dominante sin casi saberlo. Parece que se instala entre nosotros la opinión de que cuando alguien se coge una baja está estafando a su empresa. Que es mejor mirar hacia delante sin pedir cuentas a nadie.

Parece que alguien espera que olvidemos pronto la caja B del PP, las hipotecas basura que originaron la última crisis o la cadena de subcontrataciones que acabaron con un Yak-42 estrellado en Turquía. Que olvidemos las cunetas españolas. Que nadie investigue, recuerde, porque hay que “superar el dolor”. También el personaje de Huppert en `Elle´ es el de una eficiente madre y esposa.

Tal y como nos quiere el Sistema: sanos.

Listos para aguantar.

Porfavaaar (como dirían las y los redactor@s del Cuore) ¡no constituyamos una carga para los presupuestos generales!

*Cristina Morano es escritora, diseñadora gráfica y miembro de la Coordinadora de CambiemosMurcia

En la última actuación de Isabelle Huppert, en Elle, una película de Verhoeven, la víctima de una violación actúa con decisión y fuerza para superar el episodio. Retoma su vida sin dejarse amilanar, sin recluirse en el dolor sufrido, negándose a ser víctima como apunta Isabel Navarro en su acertado artículo.