Las cuatro asociaciones del sector de las Artes Escénicas en la Región se han unido para pedir a gobiernos autonómicos y municipales herramientas para garantizar su subsistencia. “El sector cultural precisa del Estado, garante del servicio cultural público que exige la Constitución”, han señalado en un comunicado en respuesta a una entrevista a Juan Antonio Lorca, director del ICARM (Instituto de las Industrias Culturales y las Artes), publicada en eldiario.es Región de Murcia.
“Todos somos conscientes de que la crisis económica va a ser larga y demoledora para este sector”, han denunciado; por ese motivo, “no podemos esperar a que pase la crisis sanitaria”. Y han pedido que desde las instituciones se empiece a trabajar “hoy mejor que mañana, y ayer mejor que pasado mañana” para mitigar las consecuencias que la crisis del COVID-19 dejará en este colectivo.
MurciaaEscena (Empresas productoras de Artes Escénicas), UARM (Unión de Actores y actrices de la Región de Murcia), DREM (Asociación de Dramaturgos de la Región de Murcia) y DEMurcia (Asociación de directores de Escena de la Región de Murcia), han querido destacar en su comunicado que todos los miembros del sector desde el pasado 11 de marzo -cuando se cerraron todos los teatros del país- el sector de las Artes Escénicas fue el primero en paralizar su actividad (artística y económica).
Confinados en sus casas, por responsabilidad y solidaridad, “no nos queda mucho tiempo para desarrollar ‘ideas’ porque nos preocupa la salud y la subsistencia familiar”. Han recordado que son un colectivo en paro y sin ingresos, “y estamos tan atareados con las asesorías, ERTEs, subsidio de desempleo, moratoria del autónomo, negociaciones con arrendatarios para el impago de alquileres o con bancos para la demora de las hipotecas, ayudas ICO, falta de liquidez para hacer frente a deudas o pagos de nóminas, seguridad social e impuestos, cobros pendientes del ICARM y los ayuntamientos…, que nos queda el tiempo justo para salir al balcón de casa cada día, a las ocho de la tarde, y aplaudir al colectivo de sanitarios, a las fuerzas y cuerpos de seguridad, a los bomberos, o a quien corresponda”.
La actividad económica del teatro y la danza es débil, han referido, porque está vinculada a la administración pública, propietaria de los teatros y servicios culturales, y precaria “porque la inseguridad laboral es tan alta que produce incertidumbre y desasosiego en aquel que la ejerce”.
Y aun así, sólo en términos económicos el retorno que genera este sector es “muy superior” a la inversión pública que en él se realiza, y en términos culturales es irrefutable: “somos generadores de identidad colectiva, bienestar y progreso social”.
A las gentes del teatro y la danza “no es preciso recordarnos que debemos quedarnos en casa para salvar vidas. Hemos sido el colectivo más activo del hashtag #YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa”. Su solidaridad, han destacado, ha quedado demostrada con su activismo cívico en redes y con la oferta gratuita de sus trabajos (escénicos y literarios) en plataformas online.
“No necesitamos buenos consejos sino decisiones políticas de altura: un plan de choque real que recoja las medidas de urgencia y rescate para que compañías, actores y actrices, dramaturgos, directores de escena, bailarines, músicos, técnicos… mantengan su actividad y creatividad dentro de seis meses, cuando ya no exista peligro de contagio, ni esté en juego la vida de las personas”