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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

“El recrecimiento de Yesa ha abierto la caja de Pandora”

Antonio Casas es, sin duda, el geólogo de referencia en la oposición al pantano de Yesa y su recrecimiento. Este profesor de la Universidad de Zaragoza ya realizó en 1987 un informe sobre el riesgo de terremotos en la zona, después llegó a afirmar que debería evacuarse a la población de Sangüesa ante el riesgo que supone esta presa, y ahora insiste en que los datos están de su parte. Este jueves, Casas acude a Pamplona a la presentación del documental Los malos sueños de René Petit (Golem, a las 19:00 y las 21:00 horas), un proyecto realizado entre Eguzki Bideoak y las asociaciones contrarias al recrecimiento Yesa+no y Río Aragón. El objetivo de la cinta es acercar al público a este problema con versiones contradictorias, entre los opositores y la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), mientras las obras avanzan y queda una pregunta en el aire: ¿Yesa es seguro?

¿Por qué Yesa es un embalse problemático?

De entrada, tiene un problema de ubicación, y por eso ha dado problemas desde que empezaron las obras. La cuestión es que el río Aragón no tiene ninguna zona estrecha en la que construir un embalse, y eligieron una ubicación con unos materiales que, bueno, son de lo peor que hay para construir una presa. René Petit [el ingeniero-jefe durante la construcción del embalse para la CHE] ya dijo que no era partidario de que el embalse tuviera un recrecimiento, que le daba miedo.

¿Qué tipo de materiales?

Unas láminas muy finas de arenisca y arcilla, que al final son como un hojaldre. La cuestión es que cualquier actuación en este punto favorece un deslizamiento. La margen derecha, que es la que ahora está dando más guerra, se movió veinte centímetros en febrero de 2013 y por eso hubo un deslizamiento, y el problema es que no sabemos cuándo puede volver a moverse.

A finales de octubre hubo un nuevo movimiento de tierras, pero desde la Confederación se resistieron a hablar de un deslizamiento.

Eso fue un deslizamiento en términos científicos, por mucho que quieran minimizar su importancia. Y lo grave es que ha tenido lugar sobre el nuevo cuerpo de la presa: imagina qué hubiera pasado si estuviera terminada. A menudo dicen que estos problemas no se pueden comparar con los de Vajont [Italia, 1963] porque allí el deslizamiento superó los 200 hectómetros cúbicos, pero el problema de Yesa es que este fenómeno se produce precisamente donde está la presa. Si uno la compara con otras presas construidas en el Pirineo, lo que ve es que la mayoría están ancladas sobre caliza, algo sólido, y el vaso sobre un material blanco que puede agrandarse. Pero en el Aragón no había ni un solo sitio para hacer algo así.

¿Por qué defiende que el recrecimiento del embalse ha aumentado el peligro?

Ahora mismo, han abierto la caja de Pandora. Sin las obras del recrecimiento, había problemas de mantenimiento, y realizaban inyecciones de impermeabilización, pero con este proyecto para recrecer el embalse han hecho que pasen camiones, que afecten a las laderas… han desencadenado la inestabilidad. Además, el diseño del recrecimiento, que está tomado de Estados Unidos, está condicionado por su decisión de mantener la explotación del embalse. Han optado por recubrir la presa nueva con hormigón aguas arriba, pero esta es tan delicada que se puede resquebrajar con cualquier movimiento en las laderas. Por eso trabajan tanto en ellas, y han hecho una pantalla para que la presa nueva esté bien asentada. Pero han cambiado la circulación del agua. Han actuado sobre ella y es muy insegura, no es la misma que se construyó.

Usted incluso afirmó que debería evacuarse Sangüesa. De ahí que le acusen de provocar alarmismo. Porque se podría pensar que, si la presa se terminó en 1959 y no ha habido ese desastre que anuncia, ¿por qué va a ocurrir ahora?

En cualquier momento puede haber un deslizamiento, mover ese bloque de hormigón y la presa se desmoronaría en minutos. En media hora, habría entre cinco y diez metros de agua por encima de la cabeza de los vecinos de Sangüesa. Así que, o garantizan que pueden sacar a la gente en media hora del pueblo, que van a funcionar los planes de evacuación como una maquinaria de relojería, o bajan el nivel de la presa hasta un nivel más seguro. También debería comprobarse que funcionan los sistemas de aviso, y realizarse simulacros de evacuación. Porque en media hora se puede lograr siempre que se sepa qué hacer.

La CHE ha asegurado que la seguridad está garantizada.la seguridad está garantizada

Pero ya en febrero de 2013 deberían haber evacuado a la gente, porque el riesgo era inminente, pero no se hizo. Y, de hecho, ahora no sabemos si ha habido movimientos porque hace cinco o seis meses dijeron que, como no había nuevos movimientos ni había peligro, no era necesario aportar esos datos.

¿A qué atribuye este interés por seguir adelante con estas obras?

No lo sé, sobre todo porque hay alternativas más fáciles y rápidas para solucionar el tema del abastecimiento, como la construcción de embalses laterales. Así que cabe preguntarse por qué han querido embalsar el agua en el sitio más problemático, por qué ese empecinamiento. Parece que se han metido en un bucle y que no pueden dar marcha atrás. Fíjate en la cantidad de infraestructuras, como autovías y puentes que se han construido pensando no ya en este recrecimiento, sino en el siguiente. También había presión política, porque se llegó a anunciar que el recrecimiento estaría listo para 2016, y los técnicos de la CHE están convencidos de que se puede hacer.

A usted se le ha acusado de ser la voz técnica de todos los proyectos de infraestructuras relacionadas con el agua.

Pero de lo único que he hablado es de números, de lo que sale en los programas. Y sí me llama la atención cómo se han manipulado determinados informes para que los factores de seguridad salieran de determinada manera. Yo en clase les pongo estos ejemplos a mis alumnos para explicarles cómo no se debe hacer algo.

Pero, ¿cuál es la razón para que se oponga a tantos proyectos (Yesa, Itoiz, Biscarrués…)?

El problema es que, por ejemplo, en Yesa primero se decide la obra y, luego, se hace un estudio geológico. En otros países no ocurre así, porque si ese informe dice que no se puede hacer, pues no se hace y se buscan alternativas.

¿Todos esos proyectos se hicieron mal?

Los embalses buenos están hechos, los que se podían hacer de forma correcta ya se construyeron en la Cuenca del Ebro. Ahora solo queda la morralla. Itoiz es un caso claro, porque sus laderas también se mueven. Pero ahora, no sé si es por política o por el interés de las constructoras, van a lo que queda, que es bastante pobre, y se empeñan en hacerlo.

Pero esas obras no se podrían haber realizado sin, por cierto, informes geológicos.

Hay empresas a las que siempre se acude para encargar estos informes. Y hay cosas con las que me pongo malo. Porque yo, por ejemplo, doy la asignatura de Geofísica, y hay métodos usados en estos informes que no se pueden aplicar para nada, se hacen estudios de relleno.

Teniendo en cuenta lo que usted dice y lo que defiende la CHE, con opiniones tan contradictorias, solo se puede creer a uno de los dos.

Sí, es verdad que a los ciudadanos se les pone en el brete de creer a uno o a otro. Pero los hechos son lo que son. Se produce un deslizamiento y tienen la cara dura de decir que no pasa nada, dicen que la situación es segura pero evacúan a los vecinos y no les dejan volver… Esas contradicciones son una pista.