En Torrejón de Ardoz en las pasadas elecciones el PP de Isabel Díaz Ayuso ganó las elecciones con un 50% de los votos. Un total de 31.000 personas de la población decidieron el sentido del voto hacia Ayuso. No soy de los que circunscriben el voto a las cuestiones materiales, soy consciente de que hay muchos elementos culturales, personales, ideológicos y emocionales que hacen que se decida el voto en una u otra dirección. Pero una vez conocidos los audios en los que el máximo directivo de Ribera Salud, el infame Pablo Gallart, daba órdenes a sus subordinados para que aumentaran las listas de espera quirúrgicas para ganar más dinero, estoy de verdad interesado en conocer qué piensan esos votantes de Torrejón de Ardoz. ¿Han cambiado de opinión? ¿Echan la culpa a Pedro Sánchez? ¿Creen que pagando 50 euros al mes están libres de ser tratados como mercancía en el hospital público de Torrejón?
Pensando en ese votante de Ayuso en Torrejón me imaginé que estarán forrados. Que son ricos que pueden eludir lo público y tener el riñón cubierto con la privada. Así que fui a comprobarlo. En el mapa de renta que tiene eldiario.es comprobé que hay una sección en la que viven 2.300 habitantes que tiene una renta de 83.000 euros y que está entre el 5% más rico, otra sección con 2.800 personas con 76.000 euros de renta, y otra de 3200 con 75.000 euros. 2.200 habitantes más con 72.000 euros y un total de 10.800 por encima de los 60.000 euros. Esto hace una suma de 21.000 habitantes en zonas con renta por encima de 60.000 euros. Hay que ser muy voluntarioso para creer que todos los de esas zonas han votado a la derecha y que ganando por encima de 60.000 euros puedes eludir la atención de la sanidad pública. Pero es que encima me faltan 10.000 votantes de Ayuso. Es una obviedad saber que habrá mucha gente de rentas bajas que le hayan dado su apoyo, porque en Torrejón hay secciones que se sitúan entre el 7% más pobre de la Comunidad de Madrid. Ni siquiera la renta puede explicar la realidad de no sentirse parte de la población que necesitará una atención sanitaria pública en el futuro.
No existe un ciudadano madrileño que gane menos de 200.000 euros al año que pueda pagar un seguro privado lo suficientemente ambicioso como para poder prescindir, en la mayoría de los casos, no en todos, de una buena atención sanitaria pública. No lo hay. Es mentira que con un seguro privado básico de los que ofrecen las aseguradoras privadas en España puedas tener cubierto todo lo que abarca la sanidad pública y con la calidad asistencial que lo ofrece, al menos antes de que empezara a explotar la degradación latente de los servicios públicos allá donde la privatización es el modelo. Está claro que muchos de esos votantes se creen un modelo aspiracional que les hace poder vivir al margen de lo público, pero es mentira, les están engañando, los audios del directivo del hospital que los atiende se lo están explicando de manera clara. Son solo carne de cañón para sus beneficios. No hay nadie al margen de los directivos que se enriquecen con esa gestión sanitaria que quiera un modelo de hospital que busca aumentar las listas de espera. Ni todos los que han votado a Ayuso. ¿Por qué quieren hacerse daño? ¿Qué los lleva a elegir la opción que los pone en peligro a ellos y a sus familiares?
No importa qué pienses sobre la mayoría de los temas cuando la enfermedad llama a tu puerta o la de tu familia, lo único que se pone delante de ti cuando aparece un cáncer, un ictus, o una enfermedad grave en uno de tus hijos es la curación, la salvación, y poder continuar con la vida que tenías antes de que esa noticia aflorara. Ya no importa nada más. Solo queda confiar en la ciencia y en los sanitarios para que tengas una nueva oportunidad de votar. Me niego a pensar que no lo habéis vivido porque es imposible. No hay familia en el mundo que no haya tenido que convivir en algún momento con una situación de salud de este tipo. Necesito comprender qué les pasa por la cabeza con este tema.
La gestión sanitaria de Ayuso no es solo de Ayuso, es la del PP de toda la vida en Madrid, todos aquellos que acudieron a las urnas sabían que estaban votando esa gestión sanitaria. Eran conscientes de esa realidad y si no lo eran era su obligación estar informados al respecto. Pero agua pasada no mueve molino, me importa saber qué sucederá ahora. Ahora lo saben. Al menos deberían saberlo. Me importa saber qué piensan, qué harán, si ha cambiado algo al tener una prueba fehaciente de que son solo números para hacer negocio y que están poniendo en riesgo su vida para aumentar el EBITDA de las empresas sanitarias que acaban enriqueciendo a los novios que compran áticos de lujo. Mi desazón es real, quiero saber de verdad qué pasa ahora por las cabezas de esos votantes de Ayuso en Torrejón. Porque vuestra vida no es otra batalla cultural más. Solo tenéis una.