El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación ha indicado en un comunicado difundido este lunes que la movilización de hace dos años que llevó a la caída del expresidente Hosni Mubarak “abrió un periodo de grandes esperanzas para el conjunto de la población egipcia”.
Sin embargo, tras varios días de enfrentamientos en las calles de varias ciudades egipcias, el Gobierno de España ha manifestado en la nota su preocupación por la “deriva peligrosa y preocupante del país”.
El Gobierno español ha asegurado que mantendrá el apoyo a las autoridades y al pueblo egipcios en la transición, aunque ha señalado la necesidad de restaurar “el imprescindible orden público” y la puesta en marcha de decisiones para “restablecer la confianza ciudadana en la conducción de un proceso genuinamente democrático”.
El viernes, se produjeron graves enfrentamientos en varias ciudades del país entre miembros de la oposición y simpatizantes de los Hermanos Musulmanes, la congregación de la que procede Mursi, en el segundo aniversario del inicio de las manifestaciones contra Mubarak.
Anoche, el presidente egipcio, Mohamed Mursi, anunció la declaración del estado de emergencia en tres ciudades de la región del canal de Suez: Suez, Port Said e Ismailia. La orden estará vigente 30 días e incluye un toque de queda entre las 21.00 y las 6.00 horas, con lo que se pretende atajar la violencia que en los tres últimos días se ha cobrado medio centenar de vidas.
La violencia ha sido particularmente grave en Port Said, donde manifestantes se enfrentaron a la Policía el sábado tras conocerse la condena a muerte de 21 implicados en la masacre del Estadio de Port Said, en la que en febrero del año pasado murieron 74 personas en enfrentamientos entre seguidores del club local y un equipo de fútbol cairota.