El gran rechazo generado por la decisión de la Xunta de cerrar el paritorio del hospital comarcal de Verín, tanto entre personal y vecindario de la propia villa ourensana como en el seno del PP provincial -muy especialmente después de que una concejala popular de A Gudiña diese a luz en la sala de partos clausurada- llevó al Gobierno gallego a rectificar apenas dos meses después. El Ejecutivo gallego dejó de lado las diversas versiones ofrecidas, de la supuesta falta de pericia del personal por el bajo número de nacimientos a las firmas de 44 médicos, y sólo admitió problemas de comunicación sobre la carencia de pediatras. Escribe David Lombardo.