El arzobispo de Río de Janeiro, Orani João Tempesta, designado recientemente cardenal por el papa Francisco, cuestionó hoy el sistema penitenciario brasileño y afirmó que las cárceles del país no “reeducan” a los presos.
Tras un encuentro con la mandataria brasileña, Dilma Rousseff, en el palacio presidencial de Planalto, en Brasilia, el arzobispo se refirió que la crisis carcelaria que atraviesa Brasil y añadió que la situación de los presidios “está mal resuelta”.
“Por más que tengan nuevos presidios, nuevos intentos, todavía no conseguimos que las personas sean reeducadas, tengan una manera de convivir y puedan volver a la sociedad”, comentó.
La situación de las cárceles brasileñas fue foco de atención de diversas organizaciones internacionales después de la ola de violencia registrada el pasado año en las prisiones del estado de Maranhao (nordeste), donde durante 2013 murieron 62 personas.
En lo que va de año, el complejo penitencial de Pedrinhas, uno de los más violentos del país, registró tres muertes, la última ayer.
El arzobispo de Río de Janeiro, designado cardenal por el papa Francisco el pasado 12 de enero, invitó a Rousseff a participar en el consistorio en el que asumirá su nuevo cargo y que se celebrará los días 22 y 23 de febrero en el Vaticano.