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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

El presidente de Castilla y Léon cenó con Ulibarri en marzo de 2017 y le informó de que el alcalde de León presidiría el PPCyL

El cabecilla de la trama Enredadera, José Luis Ulibarri, no sólo tenía hilo directo con alcaldes y consejeros. El 7 de marzo de 2017, en plena incógnita sucesoria en la Junta de Castilla y León, cenó con el presidente de la Comunidad, Juan Vicente Herrera, y con el protegido de éste, el alcalde de León, Antonio Silván. Así lo revelaba en una conversación pinchada por la UDEF, el socio de Ulibarri, Angel Luis García, a las 19.28 horas del 9 de marzo.

La UDEF recoge en su informe de transcripción de llamadas que García le cuenta al asesor de Ciudadanos en la Diputación de León, Sadat Maraña, que “le van a hacer presidente del PP de Castilla y León”, en referencia a un tercero, que “va a salir a dedo por Herrera” y que “quedará Majo (Juan Martínez Majo) como presidente del PP en León”. Ángel Luis García añade que “han cenado los tres antes de ayer, Ulibarri, Juan Vicente y Silván” y que “ya le comentó que el presidente de Castilla y León iba a salir Silván” [sic]. 

El contexto de esa cena es llamativo, el 7 de marzo, atendiendo a la versión de García, Herrera daba por hecho que no habría guerra sucesoria por el PP de Castilla y León cuando el dejase la presidencia de la Junta y, por tanto, del partido (siempre presidido por el cabeza de Gobierno).

Sin embargo, mientras García informaba a Maraña de lo acontecido dos días antes,  Herrera anunciaba que dejaba la presidencia del partido pero no presentaba a Silván como sucesor: no había paz en el PPCyL. El alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, no estaba dispuesto a aceptar un 'dedazo' y acabó disputando las primarias con Silván, que caería estrepitosamente en la primera vuelta, el 17 de marzo. Sólo una cosa salió como Herrera quería: colocó a Martínez Majo al frente del partido en León, salvando la cara de un deslegitimado Silván.

Ulibarri: “Una reunión con el jefe del jefe”

No se sabe qué otros asuntos se trataron en esa cena o por qué Herrera estaba interesado en transmitir sus planes a Ulibarri. Lo que sí se conoce es lo que pasó horas antes de esa cena, ya que la UDEF también tenía pinchado el teléfono a Ulibarri. No fue un buen día para él. Durante meses había estado preparando el contrato de la red de semáforos de León para concurrir con su empresa Utebo con Sacyr y ACS en Unión Temporal de Empresas (UTE). Pero se frustró, porque según contaba su socio, Florentino Pérez había advertido que no quería nada con un imputado en la Gürtel.

Aunque según García, Ulibarri no aparecía en esa sociedad, lo cierto era que las reuniones se habían celebrado en sus oficinas. Con el concurso a punto de caramelo, Ulibarri exigió a sus colaboradores que cerrasen el acuerdo de quedar fuera de la Ute pero siempre que se llevase el 4% de la facturación. La otra parte ofrecía sólo el 2% y obras posteriores que surgiesen.

En una conversación a las 18.21 con Ángel Luis, Ulibarri le dice que necesita cerrar el acuerdo porque, según recoge la UDEF, “tiene una reunión con el jefe del jefe” y que ese asunto lo quiere hablar “para bien o para mal”, que ha quedado a las 19.30.

El plan era cobrar la comisión a través de una factura falsa de 220.000 euros que emitiría Utebo, y el siguiente año una de 250.000. Ulibarri comenta que no quiere saber nada más de Etra (Grupo ACS) porque “para ese viaje no necesitaba tantas alforjas”, pero que en este asunto, y “no por hacer daño” que es “lo que le pide el cuerpo”, “si se llega  a un acuerdo amén” pero quiere “las cosas más claras”. Es más, dice que sigue trabajando “desde hace 6 años” (fue imputado en Gürtel en 2009) y no ha tenido problemas, y que éste se ha buscado “muy artificialmente”. Insiste en que si se llega a un acuerdo que se lo diga. Que había quedado con “el jefe del jefe” para otra cosa y para esto y pensaba decirle que se olvidara.

Tal y como aparece en otra parte del sumario, la ute Sacyr-ACS no ganó el concurso porque no aceptaron la comisión del 4% que exigía Ulibarri. En su informe, la Udef no desvela quién es “el jefe del jefe” ni qué papel podía tener en la adjudicación o comisión de Ulibarri.