La virulencia y dispersión de los sabotajes desborda a Interior

Pedro Águeda

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El Gobierno ha presenciado en las últimas horas cómo una protesta violenta de transportistas pone en jaque a la industria y, por extensión, a la economía nacional, sin que la suma apresurada y voluminosa de efectivos policiales sirva para aplacarla. El Ministerio del Interior informaba este viernes al mediodía de 6 detenidos en cinco días de protesta en las carreteras y los centros logísticos, una cifra que se antoja minúscula por la virulencia de los sabotajes filmados y también si se compara con la respuesta policial a cualquier disturbio de los que se han producido en otros momentos en núcleos urbanos. En unas horas, y con las protestas acaparando ya todos los titulares, se dobló el número de detenidos, que pasaron a un total de 12 en el último balance del viernes. A las 8.00 de la mañana del sábado la cifra ya ascendía a 29.

Interior se ha esforzado en las últimas horas en informar del aumento de efectivos para el dispositivo incluyendo la distribución de imágenes de los convoyes policiales que escoltaban el traslado de productos de primera necesidad. Sin embargo, el volumen de camiones que deben circular por las carreteras a diario con normalidad para garantizar suministros básicos, sumado a la amplitud geográfica donde se hace necesario el despliegue policial, provoca que sea imposible una respuesta efectiva, confiesan fuentes policiales. 

Ocurre pese a que los efectivos movilizados sumaban este viernes 23.600 policías y guardias civiles, según la cifra suministrada por Interior, a los que hay que añadir los agentes de las policías autonómicas vasca y catalana y de la Foral de Navarra. Para comparar sirvan los despliegues con motivo de las grandes manifestaciones o eventos deportivos o musicales en Madrid, donde nunca se superan los 2.000 agentes desplegados.  

El Gobierno se ha lanzado a identificar a los autores con la extrema derecha, afirmación que podría sostenerse al constatar las declaraciones de la plataforma, minoritaria, que convoca el paro. Fuentes de los Servicios de Información consultadas por elDiario.es aseguran que no se valoró con acierto la capacidad de movilización de una organización tan minoritaria en el contexto presente. La protesta, añaden, ha ido sumando adeptos por la coincidencia de los mismos con las demandas planteadas y que el éxito conseguido al detener los suministros ha provocado un efecto imitación y que se ampliara el número de piquetes y de sabotajes. 

Las mismas fuentes de información detectan ciertas simpatías en el seno de las protestas con la extrema derecha pero no terminan de establecer vínculos claros. Tampoco descartan que estén participando en las mismas individuos ajenos al sector del transporte, pero al tratarse de un colectivo tan heterogéneo, aseguran, es imposible pronunciarse con rotundidad al respecto, al menos por el momento. 

La situación se termina de enturbiar con la denuncia de pasividad policial que han trasladado en privado las industrias afectadas. elDiario.es desveló al mediodía del viernes un correo electrónico que la noche anterior había remitido el máximo responsable de la Federación de Industria Alimentaria a un alto cargo de Agricultura en un tono de desesperación. Manuel García de Quevedo informa a su interlocutor de una situación “absolutamente dramática” y advertía del “desabastecimiento” de productos básicos que sufrirán los ciudadanos en los próximos días.

La misiva, en un cierto tono de familiaridad con el director general de Industria Alimentaria, pide desesperadamente que las Fuerzas de Seguridad repriman a los violentos para que pueda salir mercancía de las fábricas, al tiempo que se queja de la pasividad de la Guardia Civil en estas protestas, algo especialmente llamativo si se compara con el empleo de la fuerza en otros momentos y contra otros sectores.

El departamento de Grande-Marlaska exhibía datos de policías y guardias civiles empleados en las tareas de control de la protesta, al tiempo que restaba en los primeros compases gravedad a los sucesos violentos. Sin embargo, la dimensión y virulencia de los ataques a los camioneros que optaron por seguir trabajando quedaba patente en los reportes oficiales desde cada comunidad autónoma y el viernes, el ministro del Interior admitía que la protesta se estaba dando con “una violencia inusitada”.

“No recuerdo haberlo visto antes”

En Andalucía, una de las comunidades autónomas más afectadas, el delegado del Gobierno, Pedro Fernández, describía el panorama: “No trabajan no solo porque haya un piquete. El problema es que está habiendo agresiones de forma aislada y dispersa en toda la geografía andaluza con resultados tan graves como la rotura de lunas delanteras en plena circulación del vehículo o el corte de los frenos de la articulación del semirremolque con la cabeza tractora”, aseguró Fernández en una comparecencia, informa Europa Press. 

Dos personas fueron detenidas en Lucena (Córdoba) por lanzar piedras desde un puente a camiones en marcha. El delegado del Gobierno en Andalucía era rotundo: “Hay muchos conductores que no están dispuestos a operar porque saben que hay riesgo para su integridad física, y eso es mu grave. Es algo que yo no recuerdo haberlo vivido con esta intensidad”.

Un ataque similar sufrió otro camión en Navarra, al circular por la N-121-A, cuando le impactó una piedra lanzada desde un puente. En Asturias, un grupo de piquetes lanzó clavos en el acceso al centro de distribución de la cadena Alimerka. La Guardia Civil de León investiga a un grupo violento compuesto por once personas, como presuntos autores de los delitos continuados de desórdenes públicos, daños y contra la Seguridad Vial. Habrían provocado la rotura de la luna de un camión que circulaba en sentido Madrid, tras arrojarle varias piedras desde un paso elevado existente en la Autovía A-6. Además, se les imputa haber actuado en el término municipal de Carucedo pinchando once ruedas a tres camiones a los que obligaron a detener su circulación.

Llama la atención el alto número de personas que han sido únicamente identificadas, 595 —en el último balance del viernes—, correspondientes a implicados presuntamente en hechos menores. Además de los detenidos, hay 332 investigados o denunciados que tampoco fueron arrestados según el dato actualizado este sábado a las 8.00. Interior ha cifrado en 714 los convoyes de camiones escoltados.