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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Dyslexia

Una de las cosas que más me gustan del trabajo con el diseño gráfico es que más allá de su aspecto estético, que lo tiene y es fundamental, es la funcionalidad del mismo, es decir, que el diseño es útil y esa es su función principal. Hay elementos de diseño que más allá de su belleza son tremendamente funcionales y es algo que no estamos acostumbrados a asociar. El caso que traigo hoy es un caso de un diseñador que es disléxico y desarrolló una tipografía para que el resto del mundo entienda los efectos del trastorno, que deteriora la capacidad de lectura. Se estima que la dislexia afecta al 10% de la población mundial. La fuente Dyslexia está basada en la fuente Helvética suprimiendo el 40% de cada letra y número, eliminando sus características clave pero dejando lo suficiente para hacerlas legibles.

El proyecto comenzó como un reto gráfico autoimpuesto durante los estudios de Britton en el London College of Communication, para la cual decidió aplicar sus experiencias en dislexia para ayudar a otros a entender algunos de los síntomas.

“Sentí que era una condición que no era muy bien entendida. No hay una normalización sobre ello y quería tratar de abordar el tema de una manera que no se había hecho antes” comentó en una entrevista en un diario especializado.

Britton contactó con la asociación de dislexia británica y otras organizaciones similares para revisar el material promocional que utilizan para ayudar a crear conciencia sobre el tema.

Usó su tipografía para crear una serie de posters 3d. Texto escrito con sus caracteres “cortados” sobre una una hoja pautada que llevaba las partes necesarias para rellenar los huecos de un color diferente.

Promoviendo una exposición sobre dislexia que tuvo lugar el mes pasado, el mensaje que se podía leer en el póster era “¿Lees más lento de lo normal?” e incluyó la información sobre las fechas y el lugar de celebración.

Britton cuenta que lo que ha encontrado en toda su vida, y muchos otros han pasado por lo mismo, es que, cuando le dices a alguien que eres disléxico, asienten pero sin entender qué implicaciones tiene. No pueden comprenderlo porque no lo han experimentado y no hay nada que a lo que compararlo.

Explicó que las fuentes con serifa son más dificiles de leer. Sin embargo, las tipografías de letras más grandes y con elementos curvos, como Comic Sans, son más fáciles de entender.

Cuando era más joven recordaba cómo la tipografía Comic Sans era bastante amigable a pesar de ser una mierda de diseño.

Su tutor mostró el proyecto a un miembro del parlamento del Reino Unido, y se espera que el gobierno lo utilice para diversas aplicaciones para crear conciencia sobre dislexia.

Es importante, muy importante, hacer entender desde todos los puntos de vista posibles que la diferencia puede ser muy limitante y que debemos todos hacer por tener la suficiente preocupación por ponernos en el lugar del otro.

El diseño, sobre todo en ciertos aspectos, trabaja para lograr la inclusión, por un lado haciendo accesible cualquier inmueble, pero también pudiendo hacer un trabajo cultural importante, realizando acciones que desarrollen el trabajo para que todos lleguemos a tener las mismas posibilidades culturales.

Una de las cosas que más me gustan del trabajo con el diseño gráfico es que más allá de su aspecto estético, que lo tiene y es fundamental, es la funcionalidad del mismo, es decir, que el diseño es útil y esa es su función principal. Hay elementos de diseño que más allá de su belleza son tremendamente funcionales y es algo que no estamos acostumbrados a asociar. El caso que traigo hoy es un caso de un diseñador que es disléxico y desarrolló una tipografía para que el resto del mundo entienda los efectos del trastorno, que deteriora la capacidad de lectura. Se estima que la dislexia afecta al 10% de la población mundial. La fuente Dyslexia está basada en la fuente Helvética suprimiendo el 40% de cada letra y número, eliminando sus características clave pero dejando lo suficiente para hacerlas legibles.

El proyecto comenzó como un reto gráfico autoimpuesto durante los estudios de Britton en el London College of Communication, para la cual decidió aplicar sus experiencias en dislexia para ayudar a otros a entender algunos de los síntomas.