Datos para arrojar luz: más del 50% de las mujeres gitanas de Sevilla son discriminadas y están desempleadas
Las asociaciones Fakali y Amuradi publican un primer estudio donde se apunta que menos del 1% del colectivo tiene estudios superiores y más del 65% afirma sufrir estrés
Carmen Carbón y María Moreno, miembros de Fakali y Amuradi, durante la presentación del informe sobre la mujer gitana en Sevilla, en el Hotel Inglaterra. C.R.
Un 53,6% de las mujeres gitanas de Sevilla ha sufrido discriminación, de las que un 79,1% advirtieron de que era por pertenencia étnica mientras que el 12,4% apuntaba que era por su situación socioeconómica. Así lo refleja el primer estudio en la materia hecho por Amuradi (Asociación de Mujeres Universitarias Romí Andaluzas), en colaboración con Fakali (Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas). Una lacra para la que exigen a las administraciones públicas acciones que reviertan “ese muro casi infranqueable”.
Bajo el nombre Contexto y realidades de las mujeres gitanas de Sevilla, el informe apunta que menos del 1% de las 250 encuestadas, de entre 16 y 70 años, tienen estudios superiores. A su vez, el 41,8% tiene formación primaria y el 18,3% secundaria, en cambio, el porcentaje de mujeres sin estudios crece hasta el 32,3%. Una cuestión por la que un tercio de la muestra afirma que desea continuar su formación profesional, pese a las dificultades que presentan los entornos en los que viven.
Carmen Carbón, miembro de Fakali, presentó este jueves los datos dentro de la jornada Mujeres gitanas con nombre propio: testimonios y claves de su realidad social en Sevilla, reivindicando la huella de la historia del pueblo gitano. “Hay que celebrar, reconocer y visibilizar el legado, porque muchas veces nuestra historia ha sido contada por otras personas”, mantuvo. Un relato colectivo que ha sido transmitido, mayormente, desde la periferia. “De Torreblanca al centro de Sevilla, ¿qué se tarda?”, preguntó al público que llenaba la sala, “¡un ratillo!”, contestaban las asistentes con tono irónico.
La vida en la periferia
Un gesto simple, pero diferenciador. Un tramo de diez minutos en coche llega a convertirse en una hora y media en transporte público. Una cuestión que limita el acceso a los recursos y, por tanto, a una igualdad real entre la ciudadanía, como reflejan las vecinas de Torreblanca, Polígono Norte y Polígono Sur, Mairena y San Juan, en sus respuestas a la encuesta. La comunidad, expulsada de Triana y realojada en los suburbios a lo largo del siglo XX, vive “un impacto” que, pese al activismo de las asociaciones, “sigue a día de hoy”, recordó Carbón.
Una asistente sostiene el informe sobre la mujer gitana en Sevilla de la asociación Amuradi. C.R.
A tenor del mercado inmobiliario, el estudio de Amuradi determina que casi un 7% de las mujeres gitanas no dispone de una vivienda digna, agravándose así la precariedad que afrontan cada jornada. Por contra, un 41,8% poseen un inmueble propio, mientras que el 25,9% viven en régimen de alquiler y un 15,1% en condición de cedida. Además, hay un 23,7% que habita en otras modalidades, sin especificar en qué tipo de hogares se encuentran.
Solo un 4,5% son autónomas
En cuanto a la ocupación en el ámbito laboral, más de la mitad de las mujeres se encuentra desempleada, en concreto, un 52,5%, una cifra que cuadruplica la media nacional. Aparte, hay un 8,3% que tiene trabajo por cuenta ajena, otro 15,5% está en búsqueda de empleo y solo un 4,5% deciden ser autónomas. A raíz de las condiciones en las que viven las afectadas, más del 65% afirma que sufre estrés, especialmente debido a sus obligaciones familiares o laborales, lo que viene acompañado por una falta de acceso a recursos y de apoyo, indica el análisis.
A este contexto, habría que añadir que un 47% de las mujeres gitanas encuestadas manifestaron que no disponían de tiempo ni espacio para sí mismas, por lo que repercute en su autonomía y salud mental. “El informe fue un primer paso en este sentido y en la segunda etapa desarrollada ofrecimos atención según las necesidades y demandas del colectivo, aprovechándolo para combatir los datos tan nefastos que hay”, declaró Sandra Suárez Reyes, coordinadora del estudio, en conversación con este medio.
La asistencia desempeñada por la asociación estuvo especialmente enfocada a reducir “la clara brecha digital” que hay en la comunidad, un obstáculo a la hora de realizar trámites burocráticos, asistir a las aplicaciones educativas de sus menores o acceder a recursos educativos para mejorar su formación, expresó la experta. De ahí, se extrae que un 46,3% de las mujeres fueron atendidas por motivos sociales relacionados con recursos básicos, ayudas, prestaciones o situaciones de vulnerabilidad social. En menor medida, un 24,6% estuvo dedicado al empleo y otro 17,4% a la educación como tal.
Reivindicar
Los indicadores marcan así el camino a seguir tanto para las asociaciones como para las políticas públicas. Al respecto, Carmen Silva de los Reyes, coordinadora de Fakali y Amuradi, subrayó que ante la ausencia de cifras y observaciones sobre las condiciones de vida del pueblo gitano y, en particular, de las mujeres gitanas, decidieron investigar este sector con el apoyo del Ayuntamiento de Sevilla, la Junta de Andalucía y el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030.
Presentación del informe Progresa Romí, sobre la mujer gitana en Sevilla, de la asociación Amuradi. C.R.
“Es una necesidad palpable, tanto por nuestra parte que lo demandamos como de las instituciones, no existen datos, ni en Sevilla, Andalucía o a nivel estatal, solo hay unas estimaciones que se quedan muy antiguas”, reflexionó, “lo que no se investiga, no existe, pasa desapercibido de cara a la sociedad”. Con esta batida, ahora toca el paso más arduo: conseguir los propósitos marcados, más allá de “una percepción” sino en consonancia con una realidad documentada, “para ponerle nombre y apellido a la necesidad tan imperante que existe”.
Nombres y apellidos, identidades, múltiples y cambiantes, que serán inspiración a las generaciones venideras, como las biografías que se reflejan en el libro Con nombre propio. La publicación, a cargo de Fakali con la colaboración del Consistorio hispalense, da voz a mujeres gitanas de Sevilla, tanto conocidas mundialmente como las que en el día a día construyen las calles por las que se hace historia. Desde Lole Montoya, a Bernarda de Utrera, María Filigrana, Gloria Jiménez, Pepa La Calzona o la mismísima Pilar Vargas, quien acudió al evento.
Al encuentro, lleno de autoridades, acudió Mercedes Soriano, coordinadora del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) en Sevilla; también, Laura Martínez, directora general de Igualdad del consistorio hispalense; y Antonio Ismael Huertas, director general de la Consejería de Inclusión, entre otros. Asimismo, destacó la presencia de Beatriz Carrillo de los Reyes, directora general de Igualdad de Trato y No Discriminación y contra el Racismo del Ministerio de Igualdad, quien advirtió que “sin las instituciones es imposible remover todos los obstáculos”, ya que el racismo “es una arquitectura de poder que coloca a la gente según sus diferencias culturales, de identidad, para expulsarlas del sistema”.
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