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Es de primero de política: el caso Koldo iba a sobrevoló sí o sí el pleno del Ayuntamiento de Sevilla de este jueves. No sólo ocurrió así, sino que lo hizo de una manera tan aparatosa (los concejales socialistas abandonaron la sesión) que puede decirse que este singular duelo en la cumbre lo ganaron el ex secretario de Organización del PSOE Santos Cerdán, el exministro José Luis Ábalos y el que fuese su mano derecha, Koldo García. Y eso que al otro lado del campo la alineación no era poca cosa, con María Jiménez, Paco Martínez Soria y Forrest Gump. Pues ni por esas.
El orden del día traía una caravana de modificaciones presupuestarias (más de una quincena), una práctica con la que el gobierno de José Luis Sanz (PP) se siente cómodo, más desde que en enero tiene a Vox como socio presupuestario y casi todas las propuestas van de carril. Pero la vista estaba puesta en la pregunta que le iba a hacer la formación de ultraderecha al alcalde: “Relativa a la presunta trama de corrupción en contratos públicos, llevada a cabo por secretarios de Organización del Partido Socialista”.
Para darle más intriga a la cuestión, el momento se retrasó más de lo previsto. Así que, como si hubiese ansiedad por empezar el partido cuanto antes, la chispa saltó sin que llegara esa pregunta, cuando el portavoz socialista, el exalcalde Antonio Muñoz, le afeó a su sucesor la falta de seriedad y la “improvisación” que implica tanta modificación presupuestaria cuando las cuentas municipales no tienen ni medio año, todo gracias a que Vox ha olvidado su inicial actitud crítica a cambio de dirigir un “chiringuito antiaborto”.
José Luis Sanz decidió cerrar personalmente este turno de intervenciones (algo no muy habitual) para así iniciar el bombardeo. ¿Que esto le preocupa?, interpeló de manera retórica a Muñoz, “pues a mí lo que me preocupa es que usted, como portavoz municipal del PSOE, no le haya explicado todavía a los sevillanos por qué el dinero del puente del Centenario su partido se lo gastaba en comisiones y en prostitutas”.
El partido empezaba a inclinarse para un lado, aunque desde el otro hubo reacción con la unanimidad para ponerle el nombre de María Jiménez a unos jardines en el Muelle Camaronero, en la calle Betis, en la fachada de esa Triana de la que tanto presumía la artista. “Una mujer valiente”, “una fuerza arrolladora”, “un huracán”, “una rebelde”, se oyó en el salón de plenos con el asentimiento de concejales y público.
Ya para entonces se habían producido los primeros desalojos entre los asistentes, y es que es práctica habitual aprovechar el pleno para que diferentes colectivos (sobre todo de trabajadores municipales) protesten a voz en grito. Esta vez hubo quejas por los peones, por la privatización de servicios y hasta por la falta de policías, lo que propició la siempre curiosa imagen de agentes desalojando a otros agentes, en este caso de paisano.
Entró entonces en acción el concejal socialista Fran Páez, que suele desempeñar el papel de poli malo y que arrancó cargando contra el alcalde porque “cada vez que habla deteriora la imagen de Sevilla a nivel nacional”. Como empezaron los reproches desde la bancada popular, contraatacó con un “a mí no me da miedo hablar de corrupción” antes de desear que los integrantes de la trama que salpica a su partido “se pudran en la puta cárcel”. “Nos duele la corrupción”, apostilló, y no desaprovechó para recordarle que en estos menesteres el PP no puede sacar pecho “porque tiraron al señor Casado por la ventana por investigar a la familia de Ayuso”.
Así estaban las cosas cuando llegó el turno de las preguntas al alcalde, donde estaba la esperada cuestión de Vox. Antes fue el turno del PSOE, con Antonio Muñoz refregándole a José Luis Sanz que se tiene que sentir incómodo con la cumbre de la ONU sobre financiación al desarrollo que se celebra la semana que viene, el mayor evento que acoge Sevilla desde la Expo 92. Ahí se va a hablar, le recordó, de las cuestiones que el PP ha recortado por imposición de Vox para aprobar el presupuesto. Entre eso, y que el evento viene de la mano del Gobierno central, le dijo que se tiene que sentir tan fuera de lugar como Paco Martínez Soria en la película La ciudad no es para mí.
“Me ha recordado a Forrest Gump cuando dice que tontos son los que dicen tonterías”, replicó el alcalde, lo que originó un cruce de reproches en el que se oyó a uno decir “vaya nivelito” y a otro contestar que “es usted el que se ha dado por aludido”. Como el regidor tiene la última palabra, la aprovechó para desear que, entre otras cuestiones, la cumbre fuese recordada porque el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, “no hiciera el ridículo”.
Y llegó el momento de Vox, aunque antes los socialistas salieron con una cuestión procedimental: nadie les había dicho nada de su petición de retirar la pregunta con el argumento de que es una cuestión que no está vinculada con la ciudad. El presidente del pleno, Manuel Alé (PP), dijo que nada de nada, que se admitía a trámite porque habían esperado hasta unas horas antes de la sesión para salir con estas y que no había “tiempo suficiente para responder con unas mínimas garantías”.
Así que los 14 concejales socialistas, como protesta, se levantaron y dejaron vacía su bancada antes de que la portavoz de Vox, Cristina Peláez, se dirigiese a alcalde, que por su parte no tenía dudas de que la cuestión era “totalmente pertinente porque afecta a las infraestructuras de la ciudad”. Eso sí, pasó de puntillas ante el llamamiento a que corte toda relación con el PSOE y a que anime a los suyos a presentar una moción de censura contra Pedro Sánchez.
“Más que lamentable, todo esto es grotesco”, apuntó Sanz, que no obstante no cree que se pueda generalizar y que, al fin y al cabo, esto es obra de “cuatro corruptos que se colaron” en la cúspide del PSOE, “los mismos que quieren desmontar nuestro Estado de Derecho”. Por eso está convencido de que hay “muchos militantes avergonzados y con ganas de vomitar”, apesadumbrados ante las “toneladas de fango” que no sabe si fueron de la sede del PSOE a La Moncloa o al revés, pero sí que viajaban “en el Peugeot que recorrió España hace un tiempo” en referencia a la campaña de primarias que devolvió a Pedro Sánchez al liderazgo del PSOE.
Hubo tiempo para un mínimo cruce de espadas entre Sanz y el portavoz de Podemos-IU, Ismael Sánchez (IU), que le recordó que en corrupción “el PP es cinturón negro”. “No sé de kárate pero sí de matemáticas”, respondió el alcalde, subrayándole que IU forma parte de una coalición “que está sosteniendo” a Pedro Sánchez para que “siga adelante”. Lo que también siguieron adelante fueron los reproches y contrareproches, hasta el punto de que el presidente del pleno llamó al orden a un concejal de Vox, Fernando Rodríguez, por venirse demasiado arriba.
Todo este debate se comió a María Jiménez, a Paco Martínez Soria y a Forrest Gump, pero también otras cuestiones importantes, como los continuos cortes de luz en numerosos barrios obreros de la ciudad. Nada más en el Polígono Sur, en un año sólo hubo seis días sin apagones, y recientemente una zona estuvo 27 horas sin suministro eléctrico con el termómetro a 40 grados. Un grupo de personas mayores aprovechó para denunciar con carteles esta situación y las continuas interrupciones de las líneas de autobús municipales. El presidente amagó con desalojarlos, pero al final no procedió.
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