Las familias de un colegio de Sevilla compran 20 ventiladores contra el calor “ante la pasividad” del Gobierno andaluz

Sara Rojas

18 de septiembre de 2025 14:57 h

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Las familias del CEIP Borbolla, en Sevilla, han comprado 20 ventiladores portátiles para paliar “el tremendo calor” que hace en las aulas, ante “la falta de actuaciones y de medidas por parte del Ayuntamiento y de la Junta de Andalucía”. Así lo explican desde la asociación de madres y padres del alumnado de este colegio sevillano, que se ha manifestado la mañana de este jueves para volver a reclamar “unas condiciones mínimas de climatización” en los centros educativos.

Con esta protesta, la comunidad educativa del CEIP Borbolla retoma las movilizaciones que ya emprendieron en la recta final del curso pasado, cuando las aulas alcanzaron temperaturas de 40º. Ahora, apenas una semana después de la vuelta al cole, la comunidad educativa al completo se ha concentrado de nuevo para exigir “condiciones dignas” en las escuelas.

“Nuestro colegio no tiene ni ventiladores de techo, ni sombra en los patios, ni árboles”, apunta Sara Albelda, portavoz del AMPA de este centro, mientras Sevilla encadena otra semana con termómetros rozando los 40º. Ante las quejas, la Consejería de Desarrollo Educativo ha recordado que “todos los centros de Infantil y Primaria y todos los institutos públicos van a recibir una partida de entre 15.000 y 20.000 euros para que mejoren la climatización de sus instalaciones”, tal y como anunció el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, en el acto de inauguración del curso escolar.

Según la administración autonómica, cada centro decidirá dónde invertir esos fondos –disponibles a partir del mes de octubre– atendiendo a sus propias necesidades, ya sea en aparatos de aire acondicionado o en toldos. Sin embargo, las familias reciben este anuncio con escepticismo: “Llevamos cinco años escuchando lo mismo y las ayudas nunca llegan”, lamenta Sara Albelda, en pleno arranque del curso.

85 millones para “confort climático”

La mejora de la climatización de los centros educativos es una de las asignaturas pendientes que lleva arrastrando la educación en Andalucía desde hace años. Es también una de las reivindicaciones históricas de familias y sindicatos, que han empezado el curso con el foco puesto en exigir el cumplimiento de la Ley de Bioclimatización, aprobada en 2020, tras el empuje de las familias que se organizaron en torno al movimiento Escuelas de Calor.

Consciente de que este iba a ser uno de los frentes que iban a marcar el curso escolar, el presidente andaluz aprovechó la vuelta al cole para anunciar una nueva inversión de 55 millones de euros destinada a “mejorar el confort climático” en los centros educativos andaluces, dentro del Plan Mejora tu Centro. Además, la Junta se ha comprometido a invertir 30 millones de euros más para desarrollar actuaciones en el marco de la Ley de Bioclimatización, que alcanzará a otros 80 centros. Hasta ahora, se han realizado 452 actuaciones de mejora de la climatización en casi 500 centros.

A ojos de organizaciones sindicales como CGT Andalucía, la medida anunciada por el presidente andaluz “no solo llega tarde, sino que es un parche cortoplacista e insuficiente”. “Asignar 20.000 euros por centro para comprar ventiladores o toldos es ignorar por completo el espíritu y la letra de la ley, que exige soluciones estructurales basadas en técnicas bioclimáticas como la mejora del aislamiento térmico o la naturalización de los patios mediante sombrajes vegetales y arboleda”, recuerdan desde la federación andaluza de sindicatos de enseñanza de CGT-A, que ha estado apoyando a las familias y al equipo docente en la concentración de este jueves.

Contexto generalizado de “abandono”

Mientras esa ayuda llega, centros educativos y familias como las del CEIP Borbolla están asumiendo los costes derivados de aplicar medidas para aliviar el calor, que no dejan de ser “parches”, como señala Sara Albelda. En ese sentido, la portavoz del AMPA recuerda que el problema de fondo de este colegio centenario es que “la instalación eléctrica no soporta la potencia de aires acondicionados”.

Esta madre enmarca así las múltiples “deficiencias” que acumula el colegio de sus hijos en un contexto de “abandono” generalizado que sufren los centros educativos. Dentro de la lista de asuntos pendientes, Sara Albelda considera que “habría que darle prioridad” a la climatización, sobre todo en una ciudad como Sevilla, donde la temporada de calor se extiende más allá del principio y final de curso.

Para las familias, resulta “muy duro” dejar a los niños en el colegio sabiendo que van a sufrir temperaturas tan extremas, pues es frecuente alcanzar los 35º C desde primera hora de la mañana de mayo a septiembre. “Así no se concentran, se sienten acalorados y algunos sufren golpes de calor”, añade la portavoz de las familias en el CEIP Borbolla de Nervión, insistiendo en que “nuestro centro carece de condiciones dignas para niños y docentes”.

Ante la ausencia de respuestas por parte del Ayuntamiento –responsable del mantenimiento de los colegios públicos– y de la Junta –competente en infraestructuras–, los padres han tomado la iniciativa, apelados también por el equipo directivo. “El centro nos ha pedido ayuda porque la situación es insostenible”, reconocen desde el AMPA, que acaba de hacer una nueva inversión en ventiladores portátiles, sin garantías de que la electricidad soporte la carga.

La comunidad educativa “a una”

Al hilo, las familias dicen estar dispuestas incluso a asumir el gasto de los aparatos de aire acondicionado por el bienestar de sus hijos, pero se sienten “atadas de pies y manos” porque las infraestructuras de este colegio, de más de 100 años, “necesitan una reforma integral para poder soportarlo”.

Tras haber remitido “numerosas” quejas a las administraciones, la comunidad educativa reconoce estar ya “desesperados”. “Pero no podemos hacer otra cosa que seguir protestando”, como sostiene la portavoz del AMPA. En sus reivindicaciones cuentan con el apoyo del profesorado y del equipo directivo. “Vamos toda la comunidad educativa a una”, afirma, después de haberse manifestado a las puertas del centro junto a otras familias, buena parte del profesorado y del equipo directivo.

La escena que se ha vivido en el CEIP Borbolla se lleva replicando en otros centros de la ciudad desde hace años. Las asociaciones de madres y padres reclaman que la climatización se convierta en una prioridad real, más allá de promesas y planes, para garantizar que los niños puedan estudiar en condiciones dignas y seguras. Como la de Sara, muchas familias se preguntan si sus hijos “podrán pasar al menos un curso fresquito antes de dejar el colegio e ir al instituto”.

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