La Junta Electoral General de la Universidad de Sevilla está investigando denuncias recibidas durante el proceso electoral para elegir rector o rectora de la institución, en plena campaña de segunda vuelta entre Carmen Vargas y José Luis Gutiérrez. Entre esas denuncias, según ha podido saber elDiario.es Andalucía por fuentes universitarias, figuran acusaciones sobre un supuesto ofrecimiento de puestos de trabajo a alumnado a cambio de apoyo electoral.
En un comunicado remitido a la comunidad universitaria este viernes, el órgano electoral de la US confirma que ha recibido “diversas denuncias provenientes de distintas candidaturas y de miembros de la comunidad universitaria” y que “está investigando e investigará todas las que reciba”. El escrito de la Junta Electoral ha agitado el ambiente de campaña en su recta final, marcada por acusaciones cruzadas y un clima de máxima tensión por todo lo que hay en juego en unas votaciones históricas, a las que ambos candidatos llegan prácticamente empatados tras la primera vuelta.
La Junta Electoral se desmarca así de las interpretaciones que ha generado un comunicado anterior, difundido este jueves, en el que recordaba que “solicitar el voto mediante recompensa, dádivas o promesas” puede acarrear incluso responsabilidad penal. E insistía en la obligación de garantizar la libertad de voto y de mantener la neutralidad en los espacios académicos. Algunos medios interpretaron ese escrito como una reprobación directa a la candidatura de Carmen Vargas –contra la que han interpuesto denuncias por ofrecer incentivos a estudiantes a cambio de votos–, extremo que el órgano universitario niega tajantemente en su nueva nota.
Esta aclaración llega en un momento clave de la carrera por el Rectorado: al término de la segunda campaña electoral y a tan solo tres días de la votación definitiva, que tendrá lugar el próximo lunes 10 de noviembre. La tensión es máxima en la Universidad de Sevilla, una institución tan grande como una ciudad: con más de 70.000 miembros y un presupuesto que supera los 600 millones de euros. El resultado –que se prevé muy ajustado– decidirá si se mantiene la línea de continuidad de Carmen Vargas o se abre paso la alternativa de cambio que representa José Luis Gutiérrez.
Campaña salpicada de polémicas
El clima de crispación también ha alcanzado al estudiantado. En paralelo, el Consejo de Alumnos y Alumnas de la Universidad de Sevilla (CADUS) ha emitido este viernes un comunicado denunciando la difusión de “bulos y prácticas inaceptables” durante la campaña electoral, después de que un miembro del equipo de José Luis Gutiérrez acusara al CADUS de “difundir informaciones falsas” en redes sociales. El consejo estudiantil lo desmiente y niega, además, que se hayan financiado viajes para “comprar el voto” estudiantil. Por último, el CADUS lamenta que el proceso electoral se haya visto enturbiado por un “intento de manipular el voto” mediante “desinformación y ataques personales”, y hace un llamamiento a mantener una campaña “limpia, respetuosa y basada en propuestas reales”.
Esta no es la única controversia que ha salpicado la campaña electoral en los últimos días. El pasado miércoles, el equipo de José Luis Gutiérrez lamentó públicamente que Vargas rechazara participar en un nuevo debate entre los dos candidatos finalistas, pese a que “en el seno de la Junta Electoral General se acordó celebrar al menos dos debates, uno en cada vuelta”. No obstante, la candidatura de la exvicerrectora justificó su negativa con un vídeo difundido en redes sociales, donde afirmaba que “no se trata de debatir más, sino de dialogar mejor”.
Cabe recordar que tras el debate celebrado el pasado 23 de octubre entre los siete aspirantes iniciales, se viralizó un vídeo que “desmontaba” los supuestos bulos difundidos por Carmen Vargas durante el encuentro público. La candidatura de la exvicerrectora de Proyección Institucional e Internacionalización durante el mandato de Miguel Ángel Castro parte con la ventaja de contar con su apoyo y un peso consolidado dentro de la institución, pero también arrastra críticas de sectores más rupturistas que le reprochan no haber impulsado los cambios y mejoras que ahora promete en su programa tras 12 años de gestión continuista.
Entre esas críticas, destacan las acusaciones de haber maquillado las cuentas de la Universidad, presentando superávits en los últimos ejercicios pese a las advertencias del Consejo Social, que viene alertando de un déficit estructural que podría comprometer la sostenibilidad financiera de la institución a medio plazo. Varias voces del ámbito universitario denuncian, además, falta de transparencia y despilfarro económico en determinados programas y contratos, lo que ha alimentado el debate interno sobre el modelo de gestión y la necesidad de una revisión profunda de las prioridades presupuestarias.
Investigar en pleno proceso electoral
Ahora, las denuncias interpuestas ante la Junta Electoral añaden una nueva sombra de polémica a la campaña. El órgano de la US, no obstante, se mantiene al margen e insiste en que su comunicado no se refiere a ninguna candidatura concreta, sino que buscaba recordar al conjunto de la comunidad universitaria los principios generales que deben regir el proceso electoral, “incluyendo precisiones derivadas de la experiencia de la primera vuelta”, según detalla la nota.
“Solo cuando se disponga del suficiente sustento probatorio podrá la Junta entrar a valorar la adecuación o no a la legalidad de las conductas denunciadas”, precisa el su nuevo comunicado, donde se recuerda que el órgano de la US encargado de velar por el cumplimiento del reglamento en los procedimientos electorales seguirá investigando todas las denuncias que reciba, aun cuando “frecuentemente, estas no se acompañan de indicios consistentes o pruebas”.
Si se detectaran comportamientos irregulares, la Junta asegura que actuaría “de manera directa” y respetando las garantías que asisten a los implicados. Fuentes de la Hispalense consultadas por este periódico avanzan que el órgano está en estos momentos “inmerso en el proceso electoral” y comunicará las novedades sobre las investigaciones conforme se vayan resolviendo.
Todo ello a tres días de que se celebre el duelo definitivo entre el continuismo y el cambio, en una cita con las urnas en la que cada voto cuenta y que promete mantener la incertidumbre hasta el último momento.