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Rehenes de la autoridad
Vuelvo a Sabina en esta tribuna sevillana con la que cada quince días despacho filias y fobias urbanas y demonios personales. En su deliciosa crónica de sucesos titulada Pacto de Caballeros, el cantautor jiennense recriado en Madrid cierra la letra de su canción cantando aquello de “mucha, mucha policía”.
Si nuestro alcalde, José Luis Sanz, versionara hoy este éxito sabinero probablemente acabaría gritando desde el escenario justo lo contrario: “Poca, poca policía”. O aún peor, “muchas, muchas horas extra”.
El caso es que Sevilla dispone de un cuerpo de Policía Local que no tiene suficientes agentes, al que le cuesta atender la apretada agenda de actos públicos multitudinarios y que compensa el esfuerzo que hacen los guardias en ejercicio con el pago de millonarias horas extra, cuyos presupuestos (casi 18 millones de euros en 2025) se agotan apenas mediado el año y ya han tenido que duplicarse para poder afrontar el resto del ejercicio.
Las cifras son claras. El cuerpo tiene 1.309 plazas, según la Relación de Puestos de Trabajo del Ayuntamiento a comienzos de este año. De ellas, había en enero 322 vacantes, prácticamente una cuarta parte de la plantilla. El Ayuntamiento está haciendo un evidente esfuerzo por solucionar esta situación en los últimos años. En lo que va de 2025 se han incorporado a las filas de la policía municipal 65 nuevos agentes, procedentes de la convocatoria de 2021. Aún quedan 37 más que están ya con plaza aprobada y en proceso de formación. Y hay dos convocatorias más en marcha: una de 70 plazas en 2023 y otra de 48 en 2024.
La farragosa tarea de renovar y completar la plantilla de Policía Local supondría, al fin y al cabo, un ahorro económico para el Ayuntamiento, que se deja lo más grande en horas extra
El actual gobierno municipal ha apostado por apretar el acelerador en este esfuerzo por actualizar los recursos humanos de sus fuerzas de seguridad. Y con los presupuestos que prepara para 2026 espera gestionar la incorporación de un centenar más de agentes. Los mismos presupuestos que contemplan otros 17 millones de euros en horas extra para el cuerpo, que aún seguirá sufriendo necesidades de personal durante un tiempo, mientras se incorporan paulatinamente los nuevos policías.
El resultado de esta situación es que, además de que hay picos de actividad en la calle y eventos en la ciudad algunos fines de semana para los que literalmente no hay suficientes policías locales, los agentes tienen la sartén por el mango cuando llega la hora de negociar con el Ayuntamiento. Es lo que está ocurriendo estos días, en los que los sindicatos policiales amenazan con romper las conversaciones con el gobierno municipal para pactar el plan de Navidad. Mientras los representantes laborales piden una compensación de 6,5 millones de euros para afrontar los servicios extraordinarios que estas fechas generan, el Consistorio ofrece 4,7 millones, un 27% menos. Es un escenario que se repite en otras fechas clave para la ciudad, como Semana Santa o Feria.
La farragosa tarea de renovar y completar la plantilla de Policía Local supondría, al fin y al cabo, un ahorro económico para el Ayuntamiento, que se deja lo más grande en horas extra, además de una mejora sustancial en el servicio que ofrece el cuerpo en seguridad ciudadana y atención a los vecinos y visitantes. Pero como cualquier tarea faraónica, no le falta su pequeño culebrón trufado de corrupción y polémica judicial.
Menos licencias de las necesarias, servicio muy mejorable y posición de fuerza en las negociaciones, incluso con conflictos judiciales de por medio
En una convocatoria anterior, de 2012, se produjo una filtración de una de las pruebas que benefició a 44 aspirantes. Aunque los acusados fueron absueltos penalmente y asumieron su plaza, el TSJA ha rechazado varios recursos del gobierno y ratifica una decisión del Supremo, pendiente de ejecución, que obligará a estos agentes a cesar en su cargo con la merma que esto supondrá para el cuerpo.
Mientras la plantilla se completa, la Policía Local de Sevilla seguirá teniendo un número de agentes insuficientes y, para desesperación de nuestro alcalde, sus representantes sindicales llevarán la voz cantante en la negociación de servicios extraordinarios y su correspondiente remuneración. A mí la situación no deja de recordarme a la de los taxistas sevillanos. Menos licencias de las necesarias, servicio muy mejorable y posición de fuerza en las negociaciones. Incluso con conflictos judiciales de por medio.
Mi apuesta para la solución del conflicto navideño es previsible. Ayuntamiento y sindicatos llegarán pronto a un acuerdo y el monto total del mismo estará muy cerca de lo que reclaman los representantes de los agentes. Saben que tienen la sartén por el mango y que no hay mejor rehén que la ciudad y sus grandes acontecimientos festivos para pedir un rescate.