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La bronquiolitis que lleva a bebés a los hospitales inquieta a los médicos: “No sabemos cuándo va a llegar el pico”

David Noriega

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La imagen que estos días se repite en muchos hospitales españoles es la misma cada año. Camas pediátricas al límite de su ocupación y urgencias abarrotadas. El virus respiratorio sincitial (VRS) suele provocar en los adultos síntomas leves, similares a un resfriado, pero ataca con mayor virulencia a los bebés. Uno de cada 56 niños sanos menores de un año son ingresados por este virus, que es la principal causa de bronquiolitis. Los profesionales están preparados y, más allá de los largos días de hospitalización, la evolución suele ser muy buena. Sin embargo, este curso los expertos han percibido algunas diferencias respecto al ciclo del virus antes de la Covid: hay más contagios, han empezado a producirse antes y no tienen claro cuándo van a parar. El riesgo ahora es que se tensionen los hospitales.

“Los datos son realmente preocupantes. Hay un 40% más de casos que en la época pre-pandemia y la Covid ha cambiado el ciclo epidemiológico de los virus. Ya no son estacionales, de noviembre a febrero, sino que se empezaron a dar casos en junio, continuaron con una subida muy importante en octubre y siguen en noviembre. Tenemos esa incertidumbre porque antes sabíamos que teníamos cuatro semanas de subidas y cuatro de bajadas, pero ahora no sabemos cuánto va a durar, cuándo va a llegar el pico y cómo de graves van a ser los casos”, explica la presidenta de la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas (SEUP), Paula Vázquez.

Esta situación se debe a varios factores. Por un lado a la baja circulación de virus respiratorios como el VRS o la gripe a causa de la Covid, que empieza a dejarles espacio. Por otro, por la baja inmunización de los más pequeños, tras meses de aislamiento, distancia social y mascarillas. “No hubo circulación del virus durante dos años y la población pediátrica no se ha inmunizado frente a ellos, ni de forma personal ni mediante la inmunidad de rebaño”, explica Vázquez. Así, mientras antes afectaba más a los más pequeños, ahora el rango se amplía hasta los tres o cuatro años.

Federico Martinón-Torres es el jefe de servicio del Servicio de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela y coautor de un estudio publicado en la revista 'The Lancet Respiratory Medicine' con 9.154 bebés nacidos entre el 1 de julio de 2017 y el 1 de abril de 2020 que fueron seguidos durante su primer año de vida. “Es una fotografía de alta precisión sobre la carga objetiva que el VRS tiene sobre los lactantes”, explica a elDiario.es. Ese seguimiento ha permitido saber que el 1,8% requieren hospitalización a causa de este virus y, de esos, un 5,5% precisa de ingreso en UCI pediátrica.

"El 60% de las hospitalizaciones en el primer año de vida se producen en los primeros tres meses"

“Lo que cambia este año es la incertidumbre”, señala Martinón-Torres, que apunta a una acumulación de población susceptible. La llamada brecha inmunitaria que afecta ahora a los más pequeños. “No estamos viendo casos más graves, sino más cantidad de casos, porque tenemos a niños más vulnerables”, explica. Y aunque ahora se están detectando más casos en niños mayores, a más edad, mejor pronóstico tiene la infección. “El 60% de las hospitalizaciones en el primer año de vida se producen en los primeros tres meses”, añade.

Según el Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda (Sivira) del Instituto de Salud Carlos III la tasa global de VRS en hospitalaria se situaba en la semana 45, la que iba del 7 al 13 de noviembre, en los 5,9 casos por cada 100.000 habitantes. En el grupo de 0 a 4 años se disparaba a los 79,4. Los datos de hospitalizaciones son similares a los del pico de 2021, pero se han adelantado unas semanas y los expertos no saben si el virus ha tocado techo. En el caso de Atención Primaria, la incidencia sube a los 75,7 casos por cada 100.000 habitantes y a los 945,7 casos entre los menores de 4 años.

“Si juzgo por la cantidad de pacientes que tengo en urgencias e ingresados, diría que estoy en el pico, pero es un poco pronto con las incógnitas de lo que ha pasado hasta ahora y la cocirculación de VRS, gripe y Sars-Cov 2. Establecer certezas ahora es imposible. Hay países que han tenido un pico del doble de la memoria de años anteriores. Tenemos que estar preparados para ese escenario”, admite Martinón-Torres. En su hospital están ahora mismo al 100% de ocupación de camas pediátricas y el 80% corresponden a niños con VRS o bronquiolitis. “Si preguntas en España, es lo normal”, explica.

En Galicia, las urgencias pediátricas han experimentado un aumento del 63% entre el 1 de septiembre y el 21 de noviembre de 2022 respecto al mismo periodo del año anterior. “Las siete áreas sanitarias pusieron recientemente en marcha sus planes de contingencia”, señalan desde la Conselleria de Sanidade.

Sobre esa coexistencia entre el VRS, la gripe y el Sars-Cov 2 ya advertían este viernes, en un encuentro organizado por el Science Media Centre España, los investigadores del Instituto de Salud Carlos III Amparo Larrauri y Francisco Pozo. “Tenemos cocirculación de los tres y no es incompatible”, señalaban. De hecho, apuntaban que el virus respiratorio sincitial siempre llega de forma “explosiva”, pero su onda es más corta y después da paso a la gripe.

El Sant Joan de Déu, hospital pediátrico de referencia en Catalunya, tiene sus 28 camas de UCI pediátrica dedicadas casi en exclusiva al VRS. Según fuentes del centro, se trata de una presión algo por encima de los valores anteriores a la pandemia, no demasiado, pero sí suficiente para forzarles a desprogramar algunas intervenciones y cirugías no urgentes. En las urgencias del Hospital de Sant Pau las seis camas para semicríticos se han duplicado y se han ampliado otras 12 en planta. “Es una foto de un hospital, pero por la comunicación con el resto de colegas tenemos la sensación de que está todo igual”, explica su coordinador, Xoan González. “Sigue habiendo patología general pero el 80% son consultas relacionadas con problemas respiratorios y, en caso de que requieran hospitalización, el 90% son VRS positivos”, continúa.

En Catalunya, la tasa de infecciones en menores de cuatro años sigue subiendo en picado y ha superado ya las cifras máximas de 2019. Según el Sistema de Información para la Vigilancia de Infecciones en Catalunya (SiViC), en los bebés de menos de un año la incidencia es de 1.921 casos por cada 100.000 habitantes, con especial impacto en la provincia de Lleida, donde supera los 2.000.

En los demás hospitales también se nota. El Hospital del Mar, con un servicio pediátrico pequeño y sin UCI, tiene un 40% más de urgencias por bronquiolitis de lo que es habitual. “Tenemos mucha más presión si lo comparamos con nuestras cifras normales”, apuntan desde el centro. En el Hospital Sant Pau, atienden a más de 140 niños a diario, de los que ingresan entre cinco y nueve cada jornada, informa Pau Rodríguez.

“Nos llama la atención que por el número de casos que estamos diagnosticando, el número de ingresos es un poquito más alto. A fecha de hoy, hay más niños ingresados que en años anteriores y, a pesar de que los casos por la fecha son más altos, si ajustamos la evolución a las curvas, el número de diagnósticos podría parecerse al de los años prepandemia, pero el número de ingresos está siendo superior”, desarrolla González.

"Las hospitalizaciones suelen ser bastante prolongadas, de hasta una semana, ante la falta de esos tratamientos que modifiquen la evolución de la infección. Ingresar al niño no acelera su curación"

El abordaje del VRS en la población pediátrica varía también en función de la edad. “Por debajo de los dos años, podemos llamarlo bronquiolitis, pero por encima ya no. Se supone que la afectación a la vía respiratoria pequeña, que es el bronquiolo, la respuesta que causa en niños mayores es ligeramente diferente y sí hay un tratamiento que nos puede ayudar a mejorar los síntomas”, señala González.

En el caso de los más pequeños, el tratamiento es de soporte: oxígeno si tiene problemas para respirar y una sonda para alimentarle si no puede comer. Esto alarga las estancias hospitalarias. “Suelen ser bastante prolongadas, de hasta una semana, ante la falta de esos tratamientos que modifiquen la evolución de la infección. Ingresar al niño no acelera su curación”, indica Martinón-Torres.

La incertidumbre ante la evolución del virus que repiten los expertos pone el foco en la tensión hospitalaria. “Esto ocurre todos los años, pero suele prolongarse un par de meses o dos meses y medio. Ahora llevamos más tiempo y puede llevar a más problemas de camas de todo tipo, sobre todo en hospitales de menor complejidad”, advierte la presidenta de la SEUP, que apunta a la necesidad de establecer planes de contingencia.

El VRS, comunidad a comunidad

En la Comunidad de Madrid, con una huelga de Atención Primaria en marcha, la Consejería de Sanidad ha activado su plan de invierno con la contratación de 27 pediatras, 167 profesionales de enfermería, 139 auxiliares de enfermería y nueve celadores. “La suspensión de cirugías para puestos de UCI solo se haría puntualmente si fuera necesario”, explican desde ese departamento, donde constatan un adelanto del aumento de casos y de las edades de pacientes con bronquiolitis. La Consejería no facilita datos de ocupación hospitalaria pero aclara que, por el momento, no se han habilitado nuevas zonas para cuidados intensivos.

Desde el Servicio Andaluz de Salud explican que Andalucía está por debajo de la media en cuanto a niveles de frecuenciación y que la situación era “la esperada” porque “ya se ha sufrido previamente en el hemisferio sur” y está “perfectamente controlada”. Las plantillas de pediatría de los hospitales están al 100% y las UCI no están saturadas ni se espera que lo estén porque “no es una enfermedad excesivamente complicada”.

En la Comunitat Valenciana, la Conselleria señala que no hay un colapso, salvo algún pico puntual por la incidencia temprana del virus y la menor inmunidad por el uso previo de las mascarillas. No obstante, desde la Sociedad Valenciana de Pediatría señalan que se han disparado los casos y que hay saturación tanto en Atención Primaria como en las urgencias pediátricas.

En Castilla-La Mancha han notificado “un incremento en la presión asistencial con un 27% más de ingresos entre el 1 octubre y el 22 de noviembre”, aunque su Servicio regional de Salud señala que “no han aumentado los ingresos en UCIS pediátricas, ni se han tenido que suspender intervenciones”. Una situación similar se vive en Cantabria, donde no han sido necesarios cambios en la planificación pese a que el Hospital de Valdecilla, el de referencia, experimentó este domingo un aumento notable en las urgencias pediátricas: fueron 185, frente al centenar de un día normal.

Tampoco ha habido que suspender ninguna intervención en Murcia, según datos del Servicio Murciano de Salud, que ha preparado un plan de contingencia de cara al aumento de la presión asistencial hospitalaria por las infecciones respiratorias entre población infantil, que incluye el refuerzo de las plantillas con nuevas contrataciones en función de las necesidades y ampliar las guardias en Urgencias a los pediatras que habitualmente no las hacen. Además, se han ampliado en una decena las camas de hospitalización y se ha aumentado la plantilla de urgencias con tres nuevos contratos, señalan estas fuentes.

En Aragón, según el departamento de Salud, el único centro que presenta problemas de presión asistencial es el Hospital Miguel Servet de Zaragoza. Este lunes, comenzó la semana con un 254 atenciones de urgencias pediátricas, frente a las 160-180 habituales. “No son días puntuales de incremento de demanda, sino que son varios días seguidos”, advierten desde el centro. En los últimos días, la consejería ha tenido que ampliar el personal de enfermería, ha incrementado la dotación de camas UCI pediátricas en el Hospital Infantil y se ha abierto una nueva planta en el Hospital General.

Desde Osakidetza, en Euskadi, señalan que “las Urgencias y las UCI pediátricas de Bizkaia no se encuentran especialmente tensionadas más allá de lo que es habitual y esperado en esta época del año. El regreso a una situación epidemiológica acorde a esta época, tras unas temporadas en las que la aplicación generalizada de las medidas preventivas y el predominio aplastante del coronavirus sobre otros virus respiratorios han alterado el patrón habitual, es una buena noticia en la medida que se trata de un escenario conocido”. En Navarra, la consejería ha detectado un incremento de los casos “en clave estacional pero comparativamente en menor intensidad que el año pasado por estas fechas, aunque no se descartan nuevos picos”. No obstante, si constatan un incremento de la presión sobre el sistema sanitario, al que se ha respondido con los refuerzos habituales de cada invierno.

“No acercarse a un recién nacido”

“Para evitar contagios, lo mejor que se puede hacer es el lavado de manos, el uso de mascarilla y, si los niños están con catarro o fiebre, que no se les lleve a la guardería o al colegio para detener la transmisión”, aconseja Vázquez. “Ahora mismo no disponemos de vacunas ni de medidas activas que minimicen el riesgo. Mi recomendación es que no soben a un recién nacido, que los padres establezcan cierto cordón, por otro lado normal. No se trata de meter al bebé en una caja, pero ahora que sabemos que el virus está circulando con bastante intensidad, si alguien lo va a tocar, que se lave las manos; si tiene mocos, que no le de besos; y si tiene otros síntomas, que no se acerque, por muy querido que sea el familiar o el amigo”, apunta Martinón-Torres.

¿Cuándo acudir al hospital? “Para un niño menor de un año habrá que vigilar si tiene dificultad para respirar, si se le marcan las costillas, si respira más rápido o hace pausas al respirar, si está adormilado, con cambios de color, fiebre alta o si deja de comer”, señala Vázquez.

González, en cuyo servicio han establecido un circuito alternativo para separar las urgencias que revisten mayor gravedad de otras que sean más banales, contrapone cuándo no ir a un hospital, donde la circulación de virus puede ser mayor: “Si tiene mocos, tos o estornudos y algo de fiebre, pero está comiendo bien, respira sin dificultad y descansa, se puede esperar”. En cualquier caso, reconoce la problemática de decir a los padres que no acudan a la consulta. “Las familias no son médicos, y sobre todo en el caso de las primerizas, si van a estar en casa sufriendo, si hay dudas, que lo lleven al centro de salud y si no, al hospital”.

Esta información ha sido elaborada con información de Blanca Sáinz, Carmen Bachiller, Candela Canales, Elisa Reche, Daniel Salgado, Carlos Navarro, Alicia Avilés, Álvaro López, Iker Rioja y Rodrigo Saiz Viso.