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Las enfermedades infecciosas serán las que más muertes causen en el año 2050

Lo que más preocupa a los investigadores es qué pasará con las bacterias multirresistentes en los próximos 30 años y las nuevas amenazas relacionadas con virus emergentes de origen animal. Es decir, qué ocurrirá si los antibióticos dejan de funcionar con determinadas infecciones y no se desarrollan a tiempo nuevos medicamentos, y cómo podría afrontar esta generación que emerja otro virus capaz de infectar al ser humano.

La Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) ha presentado este miércoles un informe sobre enfermedades infecciosas en el que, en primer lugar, detalla un estado de la cuestión de infecciones por virus respiratorios o de transmisión sexual, entre otros, y cuál será el escenario para el año 2050. La investigación estima que “las enfermedades infecciosas serán la primera causa de muerte por enfermedad en 2050”.

A lo largo de la historia, ha explicado el presidente de la SEIMC Antonio Rivero, las enfermedades infecciosas han sido una de las causas de morbilidad más importantes. Y, aunque en algunos momentos puntuales ha podido dar la sensación de que los avances científicos iban a poder con las enfermedades transmisibles, el VIH o el SARS-CoV-2 han demostrado todo lo contrario. “La resistencia de las bacterias y las nuevas amenazas zoonóticas han vuelto a demostrar que esto no es así”, ha dicho Rivero en un acto celebrado en el Colegio de Médicos de Madrid.

¿Qué pasará de aquí a 2050?

Los expertos que han elaborado el extenso documento de 16 capítulos han pedido una estrategia de anticipación para abordar las enfermedades infecciosas y también que estas sean tratadas por especialistas correctamente formados. Durante la presentación, los investigadores han denunciado que España siga siendo el único país europeo que no reconoce esta especialidad.

Además de la aparición de superbacterias, el cambio climático, la globalización o las migraciones son algunos de los determinantes que harán que el mundo de las infecciones sea todavía más complejo. Todo esto, además, se traducirá en un alto coste sanitario para los países.

En relación con el impacto económico de la resistencia a los antimicrobianos, ejemplifica el informe en su último capítulo, “se ha demostrado que el tratamiento de una infección por una bacteria multirresistente puede ser hasta siete veces más caro que el de una sensible”, sin tener en cuenta factores como la prolongación del ingreso o “los años de vida ajustados por discapacidad”.

Para Julia del Amo, la directora de la División de Control de VIH, ITS, hepatitis virales y Tuberculosis del Ministerio de Sanidad, que ha participado en la charla, ha sido un acierto dedicar un capítulo a la enfermedades de transmisión sexual, que “son las grandes olvidadas y tienen una tendencia absolutamente creciente”. “Hay picos de enfermedades de transmisión sexual y esto ha sucedido después de la pandemia de la COVID-19”.

Los mejores pronósticos, según el coordinador de la investigación José Miguel Cisneros, son para las hepatitis A,B y C y para la tuberculosis. “Para el año 2050 existe la posibilidad de eliminación de las hepatitis A, B y C, pero solo si se implementan las medidas necesarias para ello”, como la vacunación universal para la A o los cribados, concluye el informe.