Se llaman Luna y Ponderoso y ya llevan unos días retozando en Munich, lugar al que han llegado con unos 30 años de edad y tras vivir en León hasta hace unos días. Los dos osos, que permanecían en el Coto Escolar de León, han cambiado de hogar y ahora se mueven a sus anchas por el santuario que lleva por nombre Gnadenhof für Bären, en Bad Füssing, un lugar en el que en principio vivirán el resto de sus vidas en condiciones que les permitirán desarrollar sus comportamientos naturales. Y de momento la aclimatación está siendo favorable, lo que es una buena noticia ya que no era empresa fácil.
El viaje desde la provincia de León hasta Alemania se logró realizar sin incidentes, bajo estrictas medidas de seguridad y de bienestar. Los dos animales llegaron a tierras alemanas y, una vez descargados sin dificultades, fueron trasladados directamente a las instalaciones de cuarentena, donde pasarán sus primeros días hasta recibir los resultados de sus análisis de sangre, tal como establecen los protocolos veterinarios del centro. Concretamente, Luna y Ponderoso permanecen en un recinto específico dentro de la zona de cuarentena del santuario, un paso necesario antes de integrarse a las diez hectáreas de terreno que compartirán con otros 14 osos rescatados.
En el centro alemán ven cómo Luna y Ponderoso caminan o incluso se bañan con toda normalidad. En este nuevo entorno, además de la gran cantidad de metros cuadrados reseñados por los que podrán moverse a su antojo, contarán con atención veterinaria especializada, además de que se trata de espacio natural adaptado a las necesidades físicas y emocionales para osos como estos dos ejemplares. Seguirán viviendo en cautividad pero a partir de ahora lo harán con más espacio, estímulos y cuidados que antes, según algunas de las personas que han estado muy encima del traslado.
Desde entidades que trabajan por la conservación y el bienestar de animales como Luna y Ponderoso, celebran que los osos se encuentren bien, en buen estado de salud y adaptándose progresivamente a su nuevo entorno. “Tras décadas de cautividad, ahora tendrán por fin la oportunidad de explorar y vivir en un espacio adecuado a las necesidades de su especie”, han expresado desde FAADA y PACMA. Por su parte, desde el equipo del centro alemán han asegurado que “verlos llegar sanos y tranquilos ha sido un momento muy especial. Se trata de un logro colectivo fruto de meses de trabajo, coordinación y compromiso”.
Más de 500 animales
De hecho el nuevo hogar para los dos osos que vivían hasta poco en León posee toda una trayectoria en cuanto a la recogida, recuperación y conservación de animales. Actualmente, Gnadenhof für Bären acoge a más de 500 animales de diferentes especies rescatados de situaciones de maltrato o abandono. Las entidades animalistas mencionadas apuestan por este tipo de traslados para mejorar la calidad de vida de las diferentes especies, mantienen el contacto con el centro alemán y tienen la intención de visitarlos una vez que avance la fase de integración en la que actualmente se encuentran Luna y Ponderoso.
Los dos osos se encontraban en el Coto Escolar de León, instalaciones municipales gestionadas por el ayuntamiento y que constaban de un recinto de 600 metros cuadrados. De ahí la alegría de las entidades que han promovido el trasladado, ya que Luna y Ponderoso tienen ahora un espacio muchísimo más amplio para poder moverse a sus anchas. Dicha diferencia de dimensiones también es la que obliga a ser precavidos en cuanto a la aclimatación de los animales, ya que ahora se sienten en un espacio completamente diferente respecto en el que han permanecido unos 30 años. Y es que Ponderoso llegó al Coto Escolar en 1991, con seis meses de edad, mientras que Luna lo hizo en 1993, con dos años.
El traslado se llevó a cabo con todas las garantías veterinarias y de bienestar animal para dos ejemplares que son considerados los osos más ancianos que permanecían en cautividad en nuestro país. Tras superar los controles veterinarios pertinentes, así como la vacunación obligatoria, se confirmó que poseían un buen estado de salud gracias al cual podían ser trasladados hasta Gnadenhof für Bären sin que se temiera por ningún contratiempo o peligro para Luna y Ponderoso. Había lógicamente ciertos riesgos en el traslado, aunque la experiencia de la empresa encargada de hacerlo, con un vehículo perfectamente climatizado y adaptado para este tipo de animales, hizo que el traslado se saldara con éxito.