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¿Vida en las arcillas de Marte? Un estudio revela por qué se convirtieron en un lugar propicio para ello

Marte sigue centrando los esfuerzos de los científicos, que siguen buscando nuevas evidencias que confirmen sus sospechas: hubo o podría haber vida en el planeta rojo. Esto es algo que parece imposible, porque hablamos de un lugar árido y frío, donde la temperatura media está por debajo de los 60 grados bajo cero. Pese a esas condiciones extremas, hay señales que llaman al optimismo. La principal, la presencia de agua líquida en algunas de sus zonas.

Ahora, un nuevo estudio liderado por científicos de la Universidad de Texas vendría a avalar esa idea de que Marte albergó vida en algún momento. En un estudio publicado en Nature Astronomy, encontraron que los terrenos arcillosos de Marte se formaron cerca de masas de agua superficial estancadas, comunes hace miles de millones de años.

De acuerdo con sus hallazgos, este entorno habría contribuido a la meteorización química necesaria para crear gruesas capas de arcilla ricas en minerales y eso podría haber proporcionado la combinación ideal de agua, minerales y un entorno tranquilo para el desarrollo de la vida.

“Estas áreas tienen mucha agua, pero poca elevación topográfica, por lo que son muy estables”, explica la autora principal del estudio, Rhianna Moore, en un comunicado de la universidad. A su juicio, con esa estabilidad no se deterioran los entornos potencialmente habitables: “Las condiciones favorables podrían mantenerse durante períodos más largos”.

Arcillas cerca del agua

Hace miles de millones de años, Marte era un mundo húmedo con ríos y lagos, de los que quedan huellas en su superficie. Durante ese periodo, sí se conocía la formación de gruesas capas de arcilla, pero no tanto de los entornos donde surgieron y cómo el terreno circundante influyó en su evolución.

Moore analizó imágenes y datos de 150 depósitos de arcilla identificados previamente en un estudio global realizado por la sonda Mars Reconnaissance Orbiter de la NASA. Investigó las tendencias en sus características topográficas, así como la proximidad a otras formaciones geológicas.

El equipo encontró que las arcillas se encontraban principalmente a baja altitud, cerca de depósitos lacustres, pero alejadas de las redes de valles, donde se cree que el agua fluía con mayor intensidad por el terreno. “Este equilibrio entre la meteorización química y física contribuyó a su conservación a lo largo del tiempo”, aseguran.

Los autores reparan en las similitudes del entorno arcilloso de Marte y de la Tierra. “En la Tierra, los lugares donde solemos observar las secuencias minerales arcillosas más gruesas son los ambientes húmedos y aquellos con mínima erosión física que pueda eliminar los productos de meteorización recién creados”, añade Tim Goudge, coautor y profesor adjunto del Departamento de Ciencias Terrestres y Planetarias de la Escuela Jackson.

Y va más allá: “Estos resultados sugieren que este último elemento también se observa en Marte, mientras que también hay indicios del primero”.