La ruta de senderismo que tienes que hacer si visitas este Parque Natural: atraviesa una antigua vía minera y conecta caminos históricos

El Parque Natural Sierra Morena de Sevilla ocupa una franja extensa del norte de la provincia y se caracteriza por una combinación de espacios forestales, relieves suaves y una red de caminos heredados de usos anteriores del territorio. En este entorno, la práctica del senderismo se apoya en itinerarios que no fueron concebidos originalmente con fines recreativos, sino como infraestructuras funcionales ligadas a la actividad económica y a la movilidad rural. El resultado es una oferta de recorridos que permite desplazarse por el paisaje siguiendo trazados con un largo recorrido histórico.

La transformación de antiguos caminos en senderos señalizados ha permitido conservar parte del patrimonio asociado a la minería, la ganadería y las comunicaciones interiores. Muchos de estos recorridos mantienen elementos visibles de su uso original y discurren por espacios que han cambiado de función sin desaparecer del todo. En el caso de la Sierra Morena sevillana, la presencia de antiguas explotaciones mineras y de vías ferroviarias en desuso ha condicionado la configuración actual de varios itinerarios abiertos al público.

Entre las rutas que concentran mayor diversidad de referencias territoriales se encuentra la conocida como Ruta del Rebollar. Este recorrido circular se sitúa en el entorno del Cerro del Hierro, un enclave marcado por la extracción de mineral durante siglos y por una posterior reconversión en espacio protegido. La ruta permite atravesar distintos tipos de caminos públicos y observar cómo el paisaje actual es el resultado de la superposición de procesos naturales y de una intensa actividad humana desarrollada a lo largo del tiempo.

Ruta del Rebollar, en el Parque Natural Sierra Morena de Sevilla

La Ruta del Rebollar se desarrolla en el término municipal de San Nicolás del Puerto y presenta un trazado circular con una longitud aproximada de ocho kilómetros. El tiempo habitual de realización se sitúa en torno a las dos horas, y su nivel de dificultad se considera medio, debido principalmente a la distancia total y a la alternancia de tramos con firme regular e irregular. El inicio y el final del itinerario se localizan en las inmediaciones del antiguo poblado minero del Cerro del Hierro, que actúa como principal punto de referencia del recorrido.

Una parte significativa del trazado discurre por una antigua plataforma ferroviaria utilizada históricamente para el transporte de mineral. Este tramo, actualmente adaptado como vía verde, conserva el carácter lineal y la pendiente suave propios de este tipo de infraestructuras. A lo largo del recorrido se mantienen visibles elementos asociados a la actividad extractiva, que permiten identificar el uso original del camino y su vinculación directa con la explotación del hierro en la zona.

El itinerario abandona posteriormente la vía ferroviaria para incorporarse a caminos públicos que conectaban distintas localidades de la sierra. En estos sectores, el entorno se caracteriza por una mayor presencia de vegetación, con formaciones forestales propias del bosque mediterráneo. La ruta atraviesa áreas en las que aparecen encinas, quejigos y rebollos, siendo esta última especie la que da nombre al sendero y uno de los elementos vegetales más reconocibles del recorrido.

Otro de los tramos destacados corresponde a una vía pecuaria tradicional, utilizada durante décadas para el tránsito de ganado entre términos municipales. Este camino mantiene su condición de dominio público y forma parte de la red histórica de comunicaciones rurales. Su inclusión en el itinerario permite comprender la función que estas vías desempeñaron en la organización del territorio y en las actividades económicas ligadas a la ganadería extensiva.

En el tramo final, la ruta vuelve a enlazar con la antigua plataforma ferroviaria, cerrando el circuito y regresando al punto de partida. Durante este tramo, el recorrido bordea el Monumento Natural del Cerro del Hierro, una formación geológica singular en la que se aprecian relieves modelados tanto por procesos naturales como por la actividad minera desarrollada durante siglos. El sendero se encuentra señalizado y homologado como ruta de uso público, no requiere autorizaciones específicas y puede realizarse durante todo el año, teniendo en cuenta las condiciones meteorológicas y el estado del terreno.

Si vas a visitar espacios naturales, recuerda la importancia de respetar el entorno y sigue las guías y recomendaciones oficiales para no poner en peligro el lugar ni tu integridad física.