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La prisión de Teruel no puede abrir un módulo nuevo y terminado por falta de funcionarios

Visita de las autoridades en 2013.

Elisa Alegre Saura

Teruel —

La primera fase de la ampliación de la cárcel de Teruel se estrenó en 2013 con visita de las autoridades incluidas, pero desde entonces no ha habido fotos oficiales del nuevo módulo, que se anunció que se terminaría en 2015, porque la falta de personal impide abrirlo. Así lo denuncia la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip), el sindicato mayoritario de prisiones, que explica que no es ni mucho menos un caso aislado, y que la falta de personal provoca, además, problemas en el día a día en las cárceles, donde han aumentado las agresiones.

En la cárcel de Teruel las obras de la nueva zona terminaron hace tiempo pero el módulo no se ha abierto porque no hay personal para hacerlo, pero tampoco hay suficiente dotación para el servicio diario, denuncian desde el sindicato.

El este centro penitenciario trabajan actualmente un centenar de personas, aunque en el interior los encargados de la custodia de los presos son 48 y necesitarían al menos otras 12 personas “para estar como estábamos antes”, explica la delegada del sindicato en Teruel, María Jesús Fuertes.

Destaca que la prisión de Teruel funciona “porque trabajamos muy bien, con gran esfuerzo”, algo que valoran los reclusos, que solicitan este centro respecto a otros, y resalta que su trabajo se parece “al de un colegio mayor, porque tenemos que atender a los presos con lo que necesitan”.

Pero tras varios años sin reponer plazas que se quedan vacías, por traslados, jubilaciones o fallecimientos, la situación en las cárceles lleva a situaciones en las que a veces “es imposible sacar el trabajo adelante”, como denuncia el presidente del sindicato a nivel nacional, José Luis Pascual.

Más de 3.500 plazas sin cubrir

Según Pascual, en las cárceles españolas hay actualmente dos terceras partes del personal que había, y esto está poniendo al sistema “al borde del colapso”. En total, calculan que son más de 3.500 plazas sin cubrir, así que el problema de Teruel no es ni mucho menos un caso aislado. “Se gestionan mal los recursos, se tira el dinero en abrir prisiones nuevas que no se llenan”, denuncia la delegada sindical -entre otras cosas porque no se cumple el reglamento que dice que cada preso debe estar en una celda-  y no se dota de personal de manera adecuada.

El máximo responsable del sindicato a nivel nacional cargaba recientemente contra el secretario de Estado de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste Castillejo, en un acto reivindicativo en Teruel, que repitieron en varias ciudades de España, en el que repartían chorizos entre los ciudadanos para denunciar su situación. Es el comienzo de una campaña de movilizaciones, después de cinco años sin que, asegura, la cúpula de Prisiones se haya sentado ni siquiera con los sindicatos de funcionarios.

El presidente del sindicato acudió a Teruel para dar a conocer la situación de la cárcel y para recordar a Yuste Castillejo que el secretario de Estado empezó su carrera en instituciones penitenciarias en Teruel, “y ya no recuerda cómo se trabajaba”.

Alerta, también, de que la falta de personal tiene una consecuencia directa, que es el aumento de las agresiones en las cárceles. Según los datos proporcionados por los sindicatos, 360 el pasado año, una diaria, y “nadie va a trabajar para que le partan la cara”. La delegada en Teruel recuerda que el plan de prevención de riesgos laborales de los trabajadores de prisiones “es el mismo que los funcionarios de Hacienda”.

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