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Susana Sumelzo: “No entiendo que el PSOE vote con PP y C’s en el Ayuntamiento de Zaragoza”

El acto se celebró en el salón de actos de CCOO.

Óscar F. Civieta

La Fundación Sindicalismo y Cultura de CCOO sentó ayer en la mesa a las cuatro fuerzas, teóricamente, de izquierdas, para debatir acerca de la situación política actual y, como no podía ser de otra manera, comenzar a hacer campaña con la vista puesta en las elecciones generales.

Bajo el título “Cambio de ciclo político. Perspectivas”, y con el periodista Plácido Díez como moderador, el salón de actos de la sede del sindicato reunió a cuatro de los candidatos por Zaragoza: Susana Sumelzo (cabeza de lista del PSOE), Pedro Arrojo (número uno en las listas de Podemos), Rosa Magallon (IU y cabeza de lista por Unidad Popular) y Chesús Yuste (Chunta Aragonesista y número 2 de Unidad Popular).

La necesidad de sacar a la derecha del Gobierno fue el mensaje común que subyació en muchas de las intervenciones. Tanto esa idea como la de que Ciudadanos es más de lo mismo fueron dos de los ejes basilares del debate. Lo que más sorprendió, sin embargo (incluso provocó los aplausos de los más de 100 asistentes), fue la afirmación de Susana Sumelzo de que no entiende que su partido, el PSOE, haya votado junto con PP y Ciudadanos en el tema de las ordenanzas fiscales del Ayuntamiento de Zaragoza.

Aunque posteriormente matizó que esto solo había sucedido en tres ordenanzas y pidió al Ejecutivo municipal (de Zaragoza en Común) que se sentara más a negociar con los socialistas, que son los que propiciaron con su voto la investidura de Pedro Santisteve, la diputada no se anduvo con ambages al mostrar su clara discrepancia con la decisión tomada por sus compañeros en el Consistorio de la capital aragonesa.  

Evitar otro Gobierno popular

Fue precisamente Sumelzo la que abrió el debate con un mensaje claro: “No nos podemos permitir otros cuatro años de retroceso social”. Recurrió a la unidad de la izquierda para afirmar que las cuatro fuerzas allí presentes debían “sumar coincidencias” y que solo desde esa ideología se podría “salir del atolladero”.

Pedro Arrojo apuntó que “la austeridad es una farsa” y que no se está saliendo de la crisis, “sino que se está cambiando el modelo”. El que manda, dijo, es el aparato financiero, “pero no lo hace con el dinero de los ricos, sino con el de todos nosotros, que está metido en sus bancos”. Según el candidato de Podemos, el cambio ya está en marcha y su partido tiene mucha parte de culpa.

Para Rosa Magallón es necesario abrir un debate “alternancia versus alternativa”. La salida de la crisis que vende Rajoy, afirmó, es una “falta de respeto”. El número dos de Unidad Popular, Chesús Yuste, defendió que el sistema del 78 “está dando sus últimas bocanadas y lo saben incluso en el PP”. De la situación actual, explicó, no se debe culpar solo a la crisis, sino a los métodos para huir de ella que está desarrollando el PP y antes el PSOE: “Las mismas recetas que Merkel le aplica a Montoro, las aplica él a las comunidades autónomas. Será complejo de inferioridad”.

Los cuatro reconocieron la necesidad de virar drásticamente el rumbo y coincidieron en que Ciudadanos no representa ningún cambio. Refiriéndose a ellos, Sumelzo indicó que le preocupa el auge de “ciertas actitudes populistas”. La formación naranja, aseguró, “apoya al PP en todas sus propuestas”.

Para Magallón es preciso cambiar el modelo neoliberal, “que nos han tratado de convencer de que era el único posible”. Poético se mostró Arrojo al decir que “la política es el arte de hacer posible lo necesario”.

Chesús Yuste dijo que “el 20D o se cambia algo para que todo siga igual, o cambiamos algo de verdad”. Y la fórmula del cambio, afirmó, es Unidad Popular, “una candidatura sin fichajes”. Dardo envenenado para el candidato morado después del “fichaje”, como número dos por Zaragoza, del militar Julio Rodríguez. Arrojo, pacifista reconocido, salió del paso diciendo que él no está “en contra de los militares, sino del militarismo”.  

No tuvo problemas en reconocer que no le ha gustado el sistema de elección, “el dedazo”, y anunció que si Podemos obtiene dos diputados, se compromete a dejar su escaño en el Congreso a mitad de legislatura, para que lo ocupe la número tres, Esmeralda Gómez.

Dentro de los cambios necesarios, Sumelzo señaló que lo primero que harían es derogar, por partes, la reforma laboral. En un principio con un decreto ley que afectara a los puntos más importantes  y, posteriormente, sentándose a negociar con los sindicatos. Abrió la puerta, además, a cambiar algunas decisiones tomadas por su partido. Por ejemplo la reforma del artículo 135 de la Constitución, lo que calificó como “una equivocación”.

Dijo también que el Senado, tal cual existe, “tiene que desaparecer”. Irónico fue Yuste en este aspecto al afirmar que si la Cámara Alta se disolviera “solo se enterarían los senadores”.

Respecto a los impuestos, la candidata del PSOE señaló que si se quiere recaudar dinero hay que subirlos, “para que paguen más los que más tienen”. Por añadidura apuntó que la intención de su partido es subir el salario mínimo interprofesional de manera progresiva hasta establecerlo en 1.000 euros.

Yuste explicó que subir los impuestos es una fórmula de recaudación, pero recordó que hay otra consistente en “perseguir el fraude fiscal”. Los técnicos de Hacienda, dijo, “saben cómo hacerlo, solo necesitan un Gobierno decente que les diga que adelante”.

La Constitución del 78 y Cataluña

La necesidad de que haya un cambio en la Carta Magna fue uno de los asuntos que evidenció discrepancias entre el PSOE y el resto de partidos. Todos apoyaron el inicio de un proceso constituyente excepto la candidata socialista, que aseguró que “todo se puede debatir, pero que no es necesario un proceso constituyente, sino que una reforma constitucional sería suficiente”.

El más expresivo en este apartado fue Yuste: “Ojalá haya un proceso constituyente, ojalá se abra el melón del todo. Incluso para discutir el modelo de estado”, señaló.

Como era previsible, la problemática de Cataluña apareció en la mesa de debate. Y también ahí se escucharon opiniones distantes. Podemos, CHA e IU defendieron (siempre lo han hecho) el derecho a decidir. “Yo no quiero que Cataluña se vaya de España, pero habrá que presentarles un proyecto ilusionante”, dijo Arrojo. Los tres candidatos coincidieron, casi con las mismas palabras, en un idéntico mensaje: “No hay que tenerle miedo a las urnas”.

Rosa Magallón puntualizó que ellos apuestan por una España federal y Yuste explicó que el mensaje que los ciudadanos habían mandado al Parlament era que querían votar y decidir. Sumelzo, por su parte, evitó pronunciarse al respecto y se limitó a decir que lo de Cataluña “es la mayor crisis constitucional desde el Golpe de Estado”.

Confluencia de la izquierda

Y de puntillas pasaron también sus compañeros de mesa por el asunto de la fallida confluencia de la izquierda. Yuste deslizó que allí había cuatro fuerzas políticas y que dos iban juntas a las elecciones y Magallón apuntó que ellos eran “nítidamente de izquierdas” y que les hubiera gustado englobar a más partidos.

La cabeza de lista por Unidad Popular explicó que en su candidatura había muchos miembros de las mareas o del 15M. Este asunto, el de los movimientos sociales, más bien el de quiénes son ‘los padres’ de los mismos, mostró ciertas desarmonías. Para Magallón, todos han participado en ellos, “y no son patrimonio de nadie”. Arrojo, sin adjudicarle a la formación violeta todo el mérito, sí envió el mensaje de que “el 15M fue capaz de decir lo que no decía la izquierda y Podemos trata de recoger lo que ha sido ese debate de la calle”

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