Sobre este blog

El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Podemos Contigo, Claro que Podemos (ya verás)

Presentación de Contigo Podemos Gran Canaria.

Situemos previamente la cuestión. Podemos, el partido de Pablo Iglesias, está tratando de organizarse en Canarias mediante un proceso democrático que ya se ha abierto y que concluirá la semana que viene con la elección de su dirigencia regional y de cada una de las dos islas capitalinas. O sea, todavía están sus miembros en la fase previa a la designación de candidatos y candidatas, proceso que vendrá a continuación. Mucho más lejos queda aun lo que decidan los electores, cuántos concejales, consejeros de cabildos o parlamentarios ha de tener esta formación de nuevo cuño que promete dar mucho entretenimiento a la canallesca y muchos disgustos a los que se encuadran –o se quieran encuadrar- en lo que los mismos podemistas llaman “la casta”. Situado el momento procesal en el que anda entretenido Podemos, ya estamos en condiciones de confirmarles que los cuchillos entre las distintas corrientes, facciones o movimientos se cruzan en el aire de manera nada pacífica. Este domingo acabará la campaña y los partidarios de las candidaturas en liza no escatiman en gastos. Les recomendamos que lean el artículo que hemos publicado al veterano Javier Doreste, procedente de Canarias por la Izquierda y encuadrado en el sector más oficialista de cuantos concurren a estas elecciones, Claro que Podemos. Según Doreste, la facción Contigo Podemos, que encabeza en Gran Canaria el activista Juan Manuel Brito, ha mostrado su disposición a pactar con Nueva Canarias en el Cabildo de esa isla siempre y cuando el partido de Román Rodríguez renuncie al proyecto del tren que uniría la capital con Maspalomas. Es cierto, aunque las partes lo nieguen, que contactos ha habido, al menos con la facción agüimenense de Nueva Canarias, es decir, con Roque Aguayro, el partido de Antonio Morales, pero lo que no estamos en condiciones de asegurar es que ésa que dice Doreste haya sido la condición o una de las condiciones, si es que ha habido alguna. Sí está confirmado que como al alcalde de Agüimes se le ocurra ir al Cabildo con un acuerdo previo con Podemos, el que se queda fuera de la lista de Nueva Canarias es él porque Román, al que le falta el canto de un duro para volver a hacer doblete, lo consideraría casus belli.

Cargarse a la empresa de Noemí Santana

La acusación de Javier Doreste a sus compañeros (y sin embargo compañeros) de Contigo Podemos tiene mucha enjundia. Porque de ser cierta nos tropezamos con un factor nada desdeñable: la lideresa canaria de Podemos, la única representante canaria en el Consejo Ciudadano Nacional del partido, Noemí Santana, es empleada de Ferrocarril de Gran Canaria, la empresa pública dependiente del Cabildo de la isla creada precisamente por Román Rodríguez durante el gobierno insular que Nueva Canarias sostuvo con el PSOE entre 2007 y 2011. Santana fue contratada como personal eventual en aquella época pero ha conseguido pasar a trabajadora fija bajo el mandato del Partido Popular. Ejerce como administrativo a pesar de tener carrera superior (es licenciada en Empresariales) desde que fue contratada por el partido en el que entonces militaba. De aceptarse las presuntas exigencias de Contigo Podemos a Nueva Canarias de renunciar al tren, la empresa en la que trabaja Noemí Santana se quedaría vacía de contenido, lo que dejaría en el desempleo a la líder más líder canaria de Podemos. ¿A que disparan con machete? Desde el sector más oficial, Claro que Podemos, en el que se encuadra Santana, hacen oídos sordos a esas insinuaciones, y si nos remitimos al referido artículo de Javier Doreste, el pacto con Nueva Canarias no lo complicaría su pasión por el ferrocarril, sino directamente su pertenencia a lo más rancio de “la casta”. Porque Nueva Canarias, según este reputado dirigente procedente de Canarias por la Izquierda, ha sido lo peor de lo peor en la reciente historia política de las Islas. Léanse el artículo y saldrán de duda.

También enfrentados por los mogollones

Por si fuera poca la artillería en torno al tren de Gran Canaria y la pertenencia a la casta de todos los partidos que se han rozado con el poder, otras batallas se han puesto sobre la mesa en el distanciamiento de los Podemos en esta fase electoral suya de ellos. La polémica suscitada en torno a la prohibición judicial de los mogollones en el entorno del parque de Santa Catalina también ha sido utilizada como arma arrojadiza entre los Claros y los Contigos, porque mientras los primeros se han alineado con las resoluciones judiciales, luego con los vecinos que tratan de impedir las verbenas, los segundos son más proclives a que los vecinos quejosos cedan y comprendan que la fiesta debe continuar a pesar de los derechos que pudieran o pudiesen asistirles. Hay que reconocerle a Claro que Podemos que resulta muy valiente enfrentarse a una opinión pública muy entregada a la causa carnavalera caiga quien caiga, pero resulta un poco desalentador que también una cuestión tan mundana pueda separar también a las izquierdas. Pero cada uno es muy dueño de casarse con las causas que considere más justas. Y esta de los vecinos del 5 de Simón Bolívar va camino de emponzoñarse, y no precisamente para Podemos o el PSOE, sino para el Gobierno municipal del PP, que miente cada vez que dice que está negociando con los vecinos o cumpliendo con los mandatos judiciales. Porque los comunicados de los demandantes nada tienen que ver con las acciones y los palabros del señor alcalde. Y se acerca peligrosamente el viernes, tic, tac, tic, tac.

No Podemos con Onalia (una historia moganera)

Al otro lado de la isla de Gran Canaria también se hace política, más contaminada aún por las relaciones y el peso que tiene en la convivencia ese aserto popular que dice que “pueblo chico es infierno grande”. Pero se hace política, estaría bueno. Hasta en el Ayuntamiento de Mogán, feudo inexpugnable del gran Francisco González, nuestro admirado Paquirrín, ha llegado la sacudida de Podemos, primero de la mano de una trabajadora municipal, Dunia Hernández, a la que enseguida se le atribuyó una excesiva complicidad con el alcalde del municipio hasta el punto de catalogarse su corriente como Podemos sector Paquirrín. La oficialidad del partido la defenestró desde Las Palmas sin miramientos. Su sustituta es Verónica Suárez Ávila, de la que desde luego puede asegurarse que del sector Paquirrín no es, y no porque ella haya hecho público repudio, sino porque parece haberla captado con las artes que ella solo sabe manejar la enemiga pública número uno del alcalde, la irreductible Onalia Bueno. Ya se da por hecho en el municipio que ambas, Verónica y Onalia, Onalia y Verónica, han llegado a un acuerdo para que Podemos apoye a Ciuca para el Ayuntamiento de Mogán a cambio de que Ciuca apoye a Podemos para el Cabildo de Gran Canaria llegado el momento electoral oportuno. Desde la central insular de la marca de Pablo Iglesias vuelven a negar la mayor, de momento sin destituir a Verónica, “que es buena chica y la otra una lianta”. Pero para enredar aún más la madeja, la concejala de Presidencia y Hacienda del Ayuntamiento, Mari Carmen Navarro, ha desvelado, en el pleno municipal de esta semana, la innegable relación entre Ciuca y Podemos: ambas formaciones políticas han presentado exactamente las mismas alegaciones, escritas en el mismo ordenador e impresas en la misma impresora, contra los presupuestos municipales moganeros. Dentro vídeo.

Dimisión en las Juventudes Socialistas

La cosa anda también muy revuelta en el Partido Socialista Canario, y no solo en las capas altas de la atmósfera, es decir, entre los que mandan o quieren que los que mandan se marchen para mandar ellos. En ámbitos algo menos relevantes pero sí influyentes también hay sacudidas de cierto interés. Por ejemplo, en las Juventudes Socialistas de Canarias, cuyo secretario general, Sergio Medina, dimitía hace solo unos días alegando estrictos “motivos personales”. A las fuentes oficiales de la organización le preguntamos si no había, por casualidad, alguna otra razón oculta tras esa excusa tan socorrida y nos contestaron que no, que no podemos siempre ser tan mal pensados. Pero indagando, indagando, nos hemos encontrado que la dimisión de Medina se produjo exactamente 24 horas antes de que las representaciones de Tenerife, Gran Canaria y Lanzarote en el comité regional de la formación se dispusieran a votarle negativamente su gestión al frente de JJSS tras revelarse, a su vez, que pretendía colarse en la lista del PSOE al Parlamento por la isla de Tenerife. Era una de las bazas de Patricia Hernández, la candidata regional, cuya mano derecha en la campaña es precisamente la pareja del dimitido Sergio Medina Reverón. Se abre ahora un interesante proceso interno a ver quién pasa a controlar a las Juventudes Socialistas, que tiene en su poder una docena de votos en el Comité Regional del PSOE, máximo órgano entre congresos y el que estatutariamente ha de configurar las listas al Parlamento en las próximas elecciones.

Los patinazos de Ana Oramas

El Carnaval por encima de cualquier otra consideración, incluidos los buenos modales. La diputada nacional Ana Oramas ha tenido un apoteósico patinazo que no ha tardado en ser respondido por la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), el colectivo de jueces mayoritario en la judicatura. Su descalificación a la jueza de lo Contencioso que ratificó la prohibición de los mogollones en el parque de Santa Catalina y sus alrededores es impropia de un cargo institucional y sólo tiene antecedentes en los exabruptos que con relativa frecuencia lanzan los hooligans del PP cuando una resolución judicial contraviene sus intereses. Ana Oramas ha preferido abrazar el populismo y sin tener ni pajolera idea del estado judicial de la cuestión carnavalera canariona, se ha lanzado a patinar de lo lindo. Ignora, por ejemplo, que lo que ha hecho esa juez a la que ella ha llamado “goda” no es una nueva resolución, sino un auto ratificando varias sentencias anteriores, entre ellas una firme del Tribunal Supremo, que obliga al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria a tomar medidas para garantizar el descanso de los vecinos. Una juez sin margen de maniobra alguno más allá de imponer el cumplimiento de una sentencia a petición de la parte recurrente, cabreada ante lo que considera una falta de respeto del Ayuntamiento. Una juez, por cierto, que lleva más de diez años en Canarias, que empezó su carrera en un juzgado de Tenerife para luego pasar a los de la capital grancanaria, donde reside y donde han nacido sus hijos. Se pueden criticar todas las resoluciones judiciales, a ser posible con argumentos jurídicos y como mínimo tras leérselas; lo que no se puede hacer es insultar a los que las dictan, y menos si se forma parte de otro de los poderes del Estado, como es el legislativo; porque estamos ante una intromisión intolerable que no puede permitirse un representante institucional bajo ningún concepto.

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