José Luis Gómez retoma los “Entremeses” de Cervantes, 20 años después

El fundador del Teatro de La Abadía de Madrid, José Luis Gómez, retoma hoy en el Teatro Romea de Barcelona los “Entremeses”, de Cervantes, un montaje emblemático de este centro de creación, que este año celebra su veinte aniversario con la reposición de uno de sus primeros espectáculos.

La obra, que se podrá ver en Barcelona hasta el 7 de junio, nació en 1995, fruto del largo proceso de formación e investigación de un grupo de jóvenes actores.

Veinte años después, cuatro de aquellos actores y seis nuevos han vuelto sobre estas piezas teatrales, que Miguel de Cervantes creó para que fueran interpretadas en los entreactos de los Autos Sacramentales.

“Este reencuentro con la obra y con José Luis Gómez ha sido diferente que hace veinte años. Hemos encontrado otro lugar común, diferente, pero placentero”, ha dicho Imma Nieto, una de las actrices que vivió la lenta gestación de esta obra hace veinte años y ahora, tras una carrera profesional que le ha llevado a diferentes latitudes, vuelve a trabajar con el maestro.

El montaje de José Luis Gómez transcurre alrededor de un gran árbol, donde los habitantes de un pueblo representan los “Entremeses”, a modo de fiesta, sin más accesorios que sus trajes regionales, las sillas de sus casas y sus instrumentos musicales.

De esta manera, la obra entrelaza “La cueva de Salamanca”, sobre un cornudo contento e ignorante, “El viejo celoso”, sobre un marido posesivo, y “El retablo de las maravillas”, una burla de los estatutos de limpieza de sangre de la época.

“El tema central de estas piezas es la beatería y la religiosidad aparente”, ha señalado el director de la obra, que ve muchas conexiones con nuestros tiempos, en los que reina “lo políticamente correcto y la mentira”.

Gómez también ha tenido palabras de crítica a los gobernantes, “que hablan de rebajar el IVA justo antes de las elecciones”, y les ha dicho, parafraseando a Azaña: “permítame su señoría que me sonroje en su lugar”.

Por último, se ha referido a la búsqueda de los huesos de Cervantes y ha dicho que “estaría bien saber dónde está enterrado”, pero resulta paradójico que se gasten “cuantiosas cantidades de dinero” en esta búsqueda, cuando “no hay medios para dar vida a su obra y trabajar sobre él”.